Por Econ. Jesús Alexis González, 17/03/2013
Coordinar las actividades
económicas de una sociedad, es un tema de evidente dificultad que en el estatismo del caso venezolano en los últimos 14 años, no ha
significado la presencia de un modo de producción que desarrolle las fuerzas
productivas, ante la ausencia de una racional
economía política. En ese sentido, vale citar parcialmente la publicación No 219, 15/03/2013 del Banco Central de Venezuela (BCV) donde se señala:
“En 14 años de revolución bolivariana el instituto emisor ha estado a la altura
de los desafíos, dando respuestas oportunas creativas y de elevada capacidad
técnica. Entre los múltiples retos destacan como hitos de esta era, la
reconversión monetaria llevada a cabo en tiempo récord (8 meses) durante el año
2007. Este proceso implicó la sustitución de un cono monetario por otro, que
entró en vigencia el 1 de enero de 2008, y que dotó a la población de una
familia de billetes que incluye por primera vez la figura de la mujer, el
indígena y el afrodescendiente”. (Sin comentarios ¡!).
Al propio tiempo, las
autoridades de la economía venezolana han señalado que $ 40.000 millones es suficiente asignación para importar en2013, lo
cual ha de realizarse sólo por Cadivi
Veamos el panorama: Venezuela en 2012 realizó importaciones por unos $ 59.000 millones ($ 12.669 millones en 1999)
periodo durante el cual Cadivi representó el 61% ($ 35.990 millones), Sitme el
25% ($ 14.750 millones) y el paralelo el 14% ($ 8.260 millones). Estimando un
crecimiento moderado de las importaciones de un 10% para 2013 (un tercio de la
variación 2012) las ubicaría en unos $
65.000 millones lo cual supone que el gobierno participaría en un 61,5% del monto en divisas necesarias
para importar. Tan atrevido escenario nos resulta totalmente inviable, y
obligará a una nueva devaluación encubierta (hasta acumular 90,7%)
mediante (quieran o no) un mecanismo
sustitutivo del Sitme (Bs 8,2/$) con potencial efecto sobre el comportamiento
del paralelo (Bs 11,5/$). Este nuevo ajuste pudiere soslayarse con un aumento
en su participación de las divisas del país generadas por las exportaciones
petroleras (98% del total), que para 2012 representó en importaciones un 45,2%
de dicho total. Somos de la obvia opinión que disminuir en lo inmediato la
oferta de divisas tiene por romántica
finalidad restringir las importaciones en función de estimular a corto plazo el aparato productivo nacional
(aspiración no tan simple de alcanzar) a la par de propiciar ventajas a la producción social en relación a la
actividad privada. Ante las cifras expuestas nos permitimos una interrogante:
es viable a corto plazo restringir la oferta gubernamental de divisas? La terca economía ya nos refleja que
para febrero 2013 la escasez de productos básicos se situó en un 20% cuando en condiciones normales no debe superar el 5%.
En
concordancia con el momento religioso y el tema en comento, nos permitimos
finalizar citando al padre Bergoglio (hoy
papa Francisco): “El diálogo nace de una actitud de respeto hacia otra
persona, de un convencimiento de que el otro tiene algo bueno que decir; supone
hacer lugar en nuestro corazón a su punto de vista, a su opinión y a su
propuesta. Dialogar entraña una acogida cordial y no una condena previa”.
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