EWALD SCHARFENBERG Caracas 12 AGO 2014
El sindicato de Sidor,
la principal acerería venezolana, de propiedad estatal, negocia desde hace dos
años el convenio colectivo
Tres heridos y un número indeterminado
de detenidos fue el saldo de las protestas obreras de este lunes en Ciudad
Guayana (estado de Bolívar, suroeste de Venezuela), reprimidas con dureza por piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Las protestas estuvieron
protagonizadas por obreros de Sidor, la principal acerería venezolana, de propiedad
estatal, y núcleo de la industria pesada de transformación de minerales
instalada en la ribera sur del río Orinoco.
El sindicato Sutiss, representante de
la fuerza laboral de Sidor y uno de los de más acendrada tradición de combate en el país,
está negociando desde 2012 un contrato colectivo para sus afiliados, que
reemplace al ya vencido desde 2010. Sin embargo, su contraparte, el Estado
venezolano, ha puesto toda clase de cortapisas en el proceso. A casi dos años
del inicio de las conversaciones, paralizadas hace dos semanas por la empresa y
a falta de 11 cláusulas por acordar, el sindicato decidió salir a las calles y
denunciar las tácticas dilatorias del patrón.
Ese patrón el Gobierno, a cuyo frente
está el presidente Nicolás Maduro, que en el pasado fue dirigente sindical del
Metro de Caracas. En transmisiones televisadas y diversas tribunas, Maduro no
pierde oportunidad para criticar al sindicato del acero, al que acusa de ser
una “mafia sindicalera”, “trasnochada” y “reivindicacionista”, que se confabula
para “llevar a Sidor a la quiebra”, haciéndole “el juego a la derecha”. En
cualquier caso, el conflicto se va enconando y amenaza con convertir a Sidor y
a Ciudad Guayana, respectivamente, en el Astillero Lenin y el Gdansk de la
revolución bolivariana.
Los manifestantes se agruparon en los
accesos de entrada de Sidor desde temprano en la mañana y luego cortaron el
paso por la avenida Guayana que comunica a la localidad con Ciudad Bolívar
(antigua Angostura, capital política de la provincia) y el resto del país.
Pelotones dela GNB, con apoyo de vehículos blindados, los dispersaron con
andanadas de gases lacrimógenos y perdigones. La fuerza militar también entró a
las instalaciones de la siderúrgica para apresar a varios protestantes.
Según informa la reportera Clavel
Rangel, del diario local El Correo del Caroní, los lesionados por salvas
de perdigones fueron los obreros William Castillo (ocho heridas en la espalda),
Jesús Verde (herido en la nariz) y Jhoan Pérez, con heridas en el pecho y la
mandíbula. Todos debieron recibir atención médica en una clínica de la ciudad.
El presidente de Sutiss, José Luis
Hernández, reclamó ante los periodistas que, luego de haber recuperado Sidor
“de las trasnacionales” y de haberse ganado el respeto del fallecido presidente
Hugo Chávez, el sindicato debía enfrentar la represión ordenada desde el
Ejecutivo por Nicolás Maduro. “Nosotros habíamos resistido gases y bombas con
Ternium, pero nunca que nos dispararan", recordó, en referencia a la
precedente administración privada de la empresa.
Sidor (Siderúrgica del Orinoco) fue la
piedra angular de los planes industriales, iniciados por la última dictadura
militar de Venezuela de Marcos Pérez Jiménez (1952-58), y continuados por los
gobiernos de la llamada democracia representativa (1959-1999), para desarrollar
un complejo siderúrgico en la confluencia del río Orinoco y uno de sus
principales tributarios, el río Caroní. La cercanía de yacimientos de hierro y
bauxita, junto a la disponibilidad de energía hidroeléctica, inspiraron esos
planes.
Tras varias décadas de inversiones sin
retorno y altibajos en la productividad, el Gobierno del democristiano Rafael
Caldera decidió privatizar Sidor en 1997, que quedó en manos de un consorcio
que actuaba bajo la marca Ternium y liderado por el grupo argentino Techint,
con participación de socios de México, Brasil y Venezuela. En 2008 Hugo Chávez la renacionalizó, luego de
violentos disturbios sindicales contra el consorcio.
El chavismo no consiguió, sin embargo,
restaurar la productividad en la empresa, a la que llegó a poner en 2008 bajo
control obrero en un ensayo controlado –y según algunos críticos, solo nominal–
de sovietización. En los últimos años el Gobierno de Maduro optó por
militarizar en la práctica las operaciones de Sidor. Según un documento que se
filtró a la prensa a finales de julio y que las autoridades gubernamentales ni
confirmaron ni desmintieron, se estaría negociando la cesión de la gerencia de
Sidor a una empresa china.
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