Por Ricardo Sucre Heredia, 25/10/2014
Por las reacciones en las redes sociales, la sustitución de Miguel Rodríguez Torres en el Ministerio del Interior anunciada por Maduro el día 24-10-14, sorprendió a propios y extraños. No se esperaba. Al menos, no ahora.
De las cosas que leí antes de este
anuncio, la que se acercó con más precisión fue la columna de Fernando Egaña en
Quinto Día de fecha 24-10-14, quien dejó ver la pronta salida de
Rodríguez Torres por el conflicto con los colectivos, a raíz del
enfrentamiento en el que murieron 5 integrantes de un colectivo, ocurrido
el 7-10-14 en Caracas.
En mi cuenta, luego que Maduro hizo el
anuncio de los cambios, la mayoría de las explicaciones en el mundo opositor
giraron en torno al motivo dado por Egaña: los colectivos ganaron la
partida contra el gobierno, y lograron la salida del general que despachó hasta
hoy desde la esquina El Platanal.
No descarto esta explicación, pero no
creo que haya sido la principal causa para la salida de Rodríguez Torres. Más
bien, pienso que hay una cadena de acontecimientos que llevaron a esta
decisión, catalizada por las expectativas que el gobierno tiene de cara al
2015.
No dudo de la capacidad para la
violencia delincuencial y política que tienen los colectivos armados por
el propio gobierno, pero no percibo al gobierno en tal situación de debilidad,
que uno o varios colectivos le marquen la pauta en lo que a decisiones
se refiere. Si es así -como escribió una persona en twitter- roguemos a
los colectivos que protesten porque no hay harina, aceite, champú,
medicinas, repuestos, para que aparezcan con la misma velocidad con la que
Rodríguez Torres fue destituido.
Aventuro dos hipótesis para tratar de
explicar los cambios ocurridos el 24-10-14.
Una, es la hipótesis optimista. Otra,
la hipótesis pesimista.
Comencemos con la hipótesis optimista.
Maduro considera regresar a lo que fue
su estilo cuando arrancó el gobierno en abril de 2013, hasta agosto de ese año,
el cual tuvo una mejor evaluación en la opinión pública, y no el estilo de
ahora, que tiene valores de evaluación bajos, muy diferentes a los que logró en
2013.
Un dato para esta hipótesis. De acuerdo
a la firma Datanálisis,
en abril de 2013, Maduro logró tener un 55,2% de aprobación. En octubre de
2013, el valor cayó a 30,2 por ciento. 25 puntos en poco más de un año.
Bárbaro.
En la entrada de este Blog titulada
Momento
político de fecha 4-8-13, se argumentó con base en
estudios de opinión publicados para esa fecha, que el gobierno daba un giro
autoritario, causado por lo que se llamó la crisis en la confianza en la
gestión, carencia que Maduro compensó con darle más confianza a Rodríguez
Torres y a la lógica de la inteligencia de los aparatos de seguridad del
Estado: todo es una conspiración.
La paranoia es la debilidad fundamental
de todo político, sea del gobierno o de la oposición. Cualquier crítica se
asume como parte de una conspiración ¿Por qué Maduro sería distinto? Al
contrario, luce más permeable a esta influencia porque mi análisis es que desde
el punto de vista de la personalidad, Maduro transmite una inseguridad
estructural que compensa con la figura de su esposa, Cilia Flores, quien le
ofrece la armonía y la seguridad que estructuralmente no posee o no en las
cantidades que una tarea como la Presidencia, exige.
A diferencia de Chávez, quien asumía
riesgos y por eso era carismático, Maduro se acerca más a prototipo del
político convencional venezolano: lento, burocrático, dar muchas vueltas para
que nadie note las verdaderas intenciones, tratar de estar bien con todo el
mundo, e ir pisando el terreno primero, antes de tomar una decisión.
Esa excesiva confianza depositada en la
visión que tiene la seguridad del Estado del mundo representada por Rodríguez
Torres, con el tiempo creció y se distorsionó.
La señal de ese exceso fue el
enfrentamiento con los colectivos, que pudo encender la luz roja en el tablero
que el gobierno respeta y que tiene una sola regla: lo que potencialmente pueda
causar tensión e inestabilidad política, es prioritaria su atención.
Junto a esto, un factor ayudó a la
salida de Rodríguez Torres. La inseguridad se mantiene y la percepción que hay
(o que tengo), es que aumentó en las últimas semanas.
No es solo el asesinado de Robert
Serra. Es la muerte de un dirigente estudiantil de la UNERG cercano al
gobierno. Es el aumento de los asesinatos de policías, no se sabe si para
robarlos o como parte de una vendetta delincuencial o política.
Todo lo anterior ocurrió en apenas 15
días. Lo que transmiten estos hechos es que la visión tecnológica de Rodríguez
Torres y pese al esfuerzo que hizo el gobierno en llevarla a cabo y las
inversiones en recursos que hizo y hace, este enfoque luce insuficiente para
detener la espiral de la violencia, que tiene vida propia.
También agrego a beneficio de esta
hipótesis, un par de entrevistas dadas por Diosdado Cabello. Una a El Universal
y otra al programa José Vicente Hoy del
canal Televen.
En sendas entrevistas, Cabello da
cuenta de la tensión que supone para el alto gobierno el ejercicio del poder.
No es que Cabello se sienta débil, sino que acusa recibo del desgaste que lleva
el poder y que, de seguir así, comprometerá la estabilidad del gobierno.
Mi hipótesis es optimista en el sentido
que los hechos comentados encendieron las alarmas en el alto gobierno y una
manera que consideran puede revertir esta tendencia de desgaste que muestran
las encuestas, es regresar a esos 3 meses de 2013 en los que Maduro logró tener
una aceptable evaluación en la opinión pública, sin tener que apelar al llamado
Dakazo, discutible en sus efectos, pero que en la representación social
quedó como que eso ayudó a mejorar su imagen. Un Maduro más seguro de sí mismo
y menos influenciable a relatos de conspiraciones.
En resumen, la hipótesis optimista es back
to the beginning.
La hipótesis pesimista es que el
gobierno anticipa un 2015 de conflictos sociales y políticos, escenario que no
es descabellado.
Un hecho se configura como el
catalizador de la tensión política acumulada: la elección a la AN. No solo la
escogencia de los candidatos, sino los resultados van a llevar a buscar una
solución política a una situación que hoy es de desgaste, cada actor jugando al
desgaste del otro, en una especie de guerra de trincheras.
Si ese es el escenario y la estabilidad
política es fundamental, luce razonable hacer lo que Maduro hizo: promover el
juego cerrado entre los órganos de seguridad civiles y militares, para
enfrentar ese eventual escenario.
Así las cosas ¿Quienes mejores
facultados para eso que Carmen Meléndez Rivas y Vladimir Padrino López?
Desde el punto de vista político, son
totalmente leales al gobierno y a Maduro. Me atrevería a decir que mantienen su
prestigio dentro de las FAN.
Como funcionarios, Meléndez y Padrino
han logrado en Defensa y en el CEO respectivamente, una excelente división del
trabajo, en la que no se observan rivalidades o competencia para serrucharse el
puesto o celos profesionales. Meléndez sabe cuál es su tarea y la hace sin
complejos, e igual pasa con Padrino López. Los dos, además, están en la moda: patean
calle, pero la calle castrense.
Para Maduro, esa llave que se formó en
julio de 2013, quizás haya sido la mejor decisión que ha tomado y por eso era
poco probable que los cambiara cuando los ascensos militares de julio de 2014.
Pasó lo esperado en este escenario: los ratificó a los
dos, y a otro oficial del perfil de Padrino y Meléndez, el general Alexis López
Ramírez, pasó a retiro, pero lo colocó cerca, como secretario del Codena y
secretario del Consejo de Estado.
Si en alguna institución a mi juicio
Maduro logró establecer buenos canales de comunicación, es con las FAN. Creo
que Chávez no tendría nada de que quejarse en este campo, de estar vivo.
Por lo demás, una mujer en el
Ministerio del Interior refrescará la imagen de un ministerio cuya imagen se
deterioró severamente por los eventos de febrero de 2014. Será interesante ver
el toque femenino en una cartera ejercida exclusivamente por hombres y asociada
a una tarea también masculina: reprimir.
Otro elemento que ofrezco para apoyar
esta hipótesis pesimista es la doble
titularidad de Padrino López. Será Ministro de la Defensa y
mantendrá, al menos en las primeras de cambio, su función como jefe del CEO.
Este dato es interesante. Chávez fue
muy celoso en separar lo operacional de lo administrativo (que fue lo que
impulsó cambiar la Lofan en 2005), y él se colocó como la instancia de
equilibrio en las FAN.
Maduro rompe con esto y coloca lo
administrativo y lo operacional en manos de una persona, con lo que comunica
varios mensajes: 1.-Que tiene plena confianza en la lealtad de las FAN y en la
de Padrino López, 2.-Una señal para proseguir en los cambios que ocurren dentro
de las FAN, que con Maduro han avanzado bastante (me atrevería a decir, a mayor
velocidad que la que tenía cuando Chávez, y el corporativismo no carismático de
Maduro ayuda a ese ritmo); y 3.-Que Maduro, al menos por ahora, no visualiza un
oficial que pueda estar en la misma dinámica que Padrino y Meléndez.
En resumen, Padrino y Meléndez como
cabeza de ministerios con poder de fuego, ofrecen a Maduro lealtad y
capacidad para responder rápido en una probable situación de crisis. Y por eso
se habla de hipótesis pesimista. El gobierno se coloca en posibles escenarios
de violencia y tensión de alta intensidad. Si esto ocurre, hay que tener
personas de lealtad comprobada, que no estén quemados, y que puedan hacer llave
para responder rápidamente a los escenarios de tensión planteados, que seguramente
veremos en 2015.
El tiempo dirá la validez de estas
explicaciones. Solo agrego -para cerrar esta entrada- que compruebo de nuevo
que Maduro no es el pelele que retrata el discurso opositor.
Por supuesto, es la opinión de un analista
que no presume ni le interesa que crean que tiene burdel político,
pero el tiempo favorece la opinión que no es un pelele.
En agosto de 2013, cuando asistía a
reuniones con grandes políticos y gente de gran burdel político, era
común escuchar que el general García Plaza sería el hombre fuerte del
gobierno.
En esa época, era común escuchar los
cuentos de quienes presumían del burdel político, el tengo un amigo
que…..les decía que García Plaza carajeaba a los ministros, y por eso
sería el hombre fuerte del régimen ¿Qué pasó? García Plaza cumplió su
tarea. Hoy es exministro y oficial retirado.
Luego, el burdel político dijo
que Maduro no podría con Giordani. Lo sacó del gabinete y lo criticó. En el
interín, también se llevó a Navarro, otro de los históricos. Después se
dijo que no movería a Ramírez porque era el hombre de los reales. Lo
movió a Cancillería.
Al mismo tiempo, se decía que el poder
real lo tenía Rodríguez Torres. Que sería el candidato. También era el hombre
fuerte. Fue destituido, con 15 días de descanso antes de tener “otra
misión”, según indicó Maduro.
Veo que ahora las nuevas barajitas para
probar que Maduro es un pelele son los disidentes del chavismo y los colectivos.
Veremos.
En todo caso, mantengo mi hipótesis que
Maduro lentamente construye su base y estructura de poder propia. Qué hará una
vez que lo logre (creo que lo logrará), es una incertidumbre.
Puede optar por un socialismo moderado
o por un capitalismo de Estado despótico, en la bonita expresión de Mark Lilla para referirse
a la forma de gobierno que hoy tiene China.
Hoy, la tendencia es hacia un
capitalismo de Estado despótico a la venezolana. Es decir, con desorden.
Veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico