Luis Manuel Esculpí
marzo de 2015
La
calidad de vida se deprecia cada día. Lo que se pulveriza es el salario de los
venezolanos. La consigna que más provoca vocear, aun no siendo original, es la
que popularizó Clinton en su campaña, a riesgo de provocar las repetidas
peroratas contra el imperio: “¡Es la economía estúpido!”. El SICAD no funciona,
se suspenden las subastas, ahora entendemos porque el SIMADI significa Sistema
Marginal de Divisas. No hay que ser neoliberal para comprender que si hay una
gran demanda y la oferta no se corresponde con ella, se encarece el producto.
Una cosa es sujetar todo a las leyes del mercado y otra es pretender ignorar su
existencia. Todo indica que, esta vez, lamentablemente, la mayoría de las
predicciones de los economistas si se cumplirán.
Creen
que no publicando, o "maquillando", las cifras del Banco Central en
cuanto a inflación y escasez atenúan la grave situación. El discurso en las
sucesivas cadenas anda por un lado y la vida real marcha por otro. La evasión,
la ignorancia, el fanatismo o el temor impiden que sus allegados los sitúen en
la realidad. La recurrente denuncia de supuestos golpes y la prolongada
conmemoración del fallecimiento de su antecesor ha constituido el centro de su
prédica reciente. Entre tanto el dólar paralelo "pulveriza" al
régimen de cambio de divisas, la inflación galopa y la escasez se agudiza. Mientras
los venezolanos sufren las calamidades producto de una política nefasta, actúan
como quien ignora la situación, colocando otros temas en la agenda de la
opinión pública.
El
flamante superintendente de "precios justos" anuncia la instalación
en supermercados y farmacias de más de veinte mil captahuellas para
"ayudar a todos a hacer las compras de manera tranquila y sin cola" y
señala igualmente "el modelo político que impulsamos, que es subsidiado,
tenemos que tener las captahuellas un tiempo importante". Reconociendo
implícitamente que la escasez se prolongará en el tiempo.
La
improvisación pareciera ser la norma y la planificación la excepción. Quienes
hoy gobiernan -con pocas y raras excepciones- no estaban preparados para
ejercer esas funciones. Lo hicieron mal en tiempos de bonanza, en época de
penurias no lo harán mejor. La gente por lo menos intuye, si es que no está
plenamente consciente, tal situación. De allí que son muy remotas para no decir
inexistentes, la posibilidades de rectificación del gobierno. Su prestigio y
respaldo están en los niveles más bajos conocidos por gobierno alguno.
Lamentablemente los venezolanos estamos pagando las consecuencias de tan mal
gobierno.
Como
se ha dicho en otras oportunidades "el problema no es solo el tipo de
cambio, el problema es el cambio del tipo". Las elecciones parlamentarias
de este año constituyen una posibilidad real en la ruta Constitucional y
Democrática de abrir cauces para adelantar el cambio político. Sin subestimar
el margen de maniobra del que aun dispone el adversario y sin sobreestimar
nuestra propia fuerza, no se puede desestimar para nada la probabilidad cierta
de lograr una mayoría en la Asamblea Nacional.
La
próxima definición del poder prevista es esa, no concurrir a ella implicaría
reincidir en graves errores del pasado reciente. Evadir esa disputa del poder
planteando abstenerse, aun sin proponérselo, implica favorecer al régimen.
Extrañamente,
mientras el CNE solicita la entrega urgente de los circuitos en los cuales la
oposición haría primarias, sin informar oficialmente la conformación definitiva
de esas circunscripciones ni anunciar la fecha de los comicios con su
respectivo cronograma, el cuestionado Presidente de UNASUR en su inútil visita
anunció para el próximo septiembre la celebración de las parlamentarias.
Ahora
veremos que hace el CNE, si ratifica la fecha de septiembre, en la práctica
desmentiría la anterior y absurda declaración de Samper acerca de la existencia
de la separación de poderes en Venezuela, o guarda las apariencias
modificándola. Lo cierto es que es insólito que, mientras el órgano electoral
no realizó un anuncio que es de su absoluta competencia, haya sido el
cuestionado visitante quien hiciera público el aviso.
Maduro,
con su reiterada propensión a calificar cualquier declaración de injerencia en
los asuntos internos del país, por supuesto en esta oportunidad guardó silencio
por el espaldarazo que recibió. Mientras prestigiadas figuras de la escena
internacional han criticado severamente la prisión contra dirigentes de la
oposición, entre ellas la del Alcalde del Área Metropolitana, Antonio Ledezma,
y la represión desatada más recientemente donde fue asesinado un adolescente en
el estado Táchira la delegación de UNASUR se prestó para cumplir un triste papel.
La declaración formal demuestra que no vinieron con ninguna intención de mediar
y fueron totalmente parciales con un gobierno que habla de diálogo, pero escoge
el camino de la confrontación. Una razón más para trabajar por el cambio
político necesario y alcanzar una victoria contundente. ¡Con la unidad lo
lograremos!
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