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miércoles, 11 de marzo de 2015

El problema no es solo el tipo de cambio, por @lmesculpi

Luis Manuel Esculpí marzo de 2015

La calidad de vida se deprecia cada día. Lo que se pulveriza es el salario de los venezolanos. La consigna que más provoca vocear, aun no siendo original, es la que popularizó Clinton en su campaña, a riesgo de provocar las repetidas peroratas contra el imperio: “¡Es la economía estúpido!”. El SICAD no funciona, se suspenden las subastas, ahora entendemos porque el SIMADI significa Sistema Marginal de Divisas. No hay que ser neoliberal para comprender que si hay una gran demanda y la oferta no se corresponde con ella, se encarece el producto. Una cosa es sujetar todo a las leyes del mercado y otra es pretender ignorar su existencia. Todo indica que, esta vez, lamentablemente, la mayoría de las predicciones de los economistas si se cumplirán.

Creen que no publicando, o "maquillando", las cifras del Banco Central en cuanto a inflación y escasez atenúan la grave situación. El discurso en las sucesivas cadenas anda por un lado y la vida real marcha por otro. La evasión, la ignorancia, el fanatismo o el temor impiden que sus allegados los sitúen en la realidad. La recurrente denuncia de supuestos golpes y la prolongada conmemoración del fallecimiento de su antecesor ha constituido el centro de su prédica reciente. Entre tanto el dólar paralelo "pulveriza" al régimen de cambio de divisas, la inflación galopa y la escasez se agudiza. Mientras los venezolanos sufren las calamidades producto de una política nefasta, actúan como quien ignora la situación, colocando otros temas en la agenda de la opinión pública.

El flamante superintendente de "precios justos" anuncia la instalación en supermercados y farmacias de más de veinte mil captahuellas para "ayudar a todos a hacer las compras de manera tranquila y sin cola" y señala igualmente "el modelo político que impulsamos, que es subsidiado, tenemos que tener las captahuellas un tiempo importante". Reconociendo implícitamente que la escasez se prolongará en el tiempo.

La improvisación pareciera ser la norma y la planificación la excepción. Quienes hoy gobiernan -con pocas y raras excepciones- no estaban preparados para ejercer esas funciones. Lo hicieron mal en tiempos de bonanza, en época de penurias no lo harán mejor. La gente por lo menos intuye, si es que no está plenamente consciente, tal situación. De allí que son muy remotas para no decir inexistentes, la posibilidades de rectificación del gobierno. Su prestigio y respaldo están en los niveles más bajos conocidos por gobierno alguno. Lamentablemente los venezolanos estamos pagando las consecuencias de tan mal gobierno.

Como se ha dicho en otras oportunidades "el problema no es solo el tipo de cambio, el problema es el cambio del tipo". Las elecciones parlamentarias de este año constituyen una posibilidad real en la ruta Constitucional y Democrática de abrir cauces para adelantar el cambio político. Sin subestimar el margen de maniobra del que aun dispone el adversario y sin sobreestimar nuestra propia fuerza, no se puede desestimar para nada la probabilidad cierta de lograr una mayoría en la Asamblea Nacional.

La próxima definición del poder prevista es esa, no concurrir a ella implicaría reincidir en graves errores del pasado reciente. Evadir esa disputa del poder planteando abstenerse, aun sin proponérselo, implica favorecer al régimen.

Extrañamente, mientras el CNE solicita la entrega urgente de los circuitos en los cuales la oposición haría primarias, sin informar oficialmente la conformación definitiva de esas circunscripciones ni anunciar la fecha de los comicios con su respectivo cronograma, el cuestionado Presidente de UNASUR en su inútil visita anunció para el próximo septiembre la celebración de las parlamentarias.

Ahora veremos que hace el CNE, si ratifica la fecha de septiembre, en la práctica desmentiría la anterior y absurda declaración de Samper acerca de la existencia de la separación de poderes en Venezuela, o guarda las apariencias modificándola. Lo cierto es que es insólito que, mientras el órgano electoral no realizó un anuncio que es de su absoluta competencia, haya sido el cuestionado visitante quien hiciera público el aviso.

Maduro, con su reiterada propensión a calificar cualquier declaración de injerencia en los asuntos internos del país, por supuesto en esta oportunidad guardó silencio por el espaldarazo que recibió. Mientras prestigiadas figuras de la escena internacional han criticado severamente la prisión contra dirigentes de la oposición, entre ellas la del Alcalde del Área Metropolitana, Antonio Ledezma, y la represión desatada más recientemente donde fue asesinado un adolescente en el estado Táchira la delegación de UNASUR se prestó para cumplir un triste papel. La declaración formal demuestra que no vinieron con ninguna intención de mediar y fueron totalmente parciales con un gobierno que habla de diálogo, pero escoge el camino de la confrontación. Una razón más para trabajar por el cambio político necesario y alcanzar una victoria contundente. ¡Con la unidad lo lograremos!

Luis Manuel Esculpí

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