Vladimir Hernández febrero de 2014
Es la actual Caracas de noche, que
vive intensas protestas contra el gobierno, una situación que se repite en
muchas otras ciudades del país.
La protesta, dirigida por opositores
al presidente Nicolás Maduro, consistía en bloquear en acciones relámpago
calles o avenidas neurálgicas, con basura, objetos o cualquier cosa que sirva
para detener el tránsito. En Venezuela eso tiene un nombre clave:
"guarimba".
En términos militares sería como un
método similar al de una guerra de guerrillas, en el que pequeños grupos buscan
generar caos como forma de protestar.
Y esto se traduce ahora, como vio BBC
Mundo en Caracas, en imágenes de basura en llamas, nubes de humo negro en
autopistas, y una especie de juego del gato y el ratón entre manifestantes y
efectivos del orden público.
La Guardia Nacional fue desplegada
para limpiar calles y avenidas de protestas como esta. Y ello incluyó gases
lacrimógenos (incluso a edificios), disparos con perdigones y la detención de
varias personas, aunque no hay una cifra oficial. Se trató de una de las
respuestas más contundentes hasta el momento de parte de los cuerpos de
seguridad.
En algunas zonas también se escucharon
claros sonidos de armas de fuego, según se pudo conocer a través de testigos.
Algunos de ellos presumiblemente por parte de integrantes de los llamados
"colectivos", grupos armados afectos al gobierno, que constituyen la
tercera pieza de esta mezcla de violencia.
Todo esto mientras un tribunal de
Caracas ratificaba en horas de la madrugada del jueves una medida privativa de
libertad contra el líder opositor Leopoldo López, quien enfrenta entre otras
acusaciones, las de terrorismo y daños a la propiedad pública, por su
participación en la marcha del pasado 12 de febrero.
Llamas
El auto que lleva a BBC Mundo se mueve
a paso ligero, no hay tráfico, sólo el humo en varias avenidas impide
momentáneamente tener una completa visibilidad.
Muchas calles, comúnmente a oscuras en
la capital, más bien ahora se ven iluminadas por las llamas de la basura
encendida que corcovean hasta que llegan los militares a apagarlas.
"Hay una guarimba en la avenida
principal de El Valle...", dice alguien desde el radio transmisor que
tiene el chofer. Un colega lo ayuda a evitar la zona, para así evitar que la
vía esté cerrada.
Hay algunas rutas que parecen haber
sido abatidas por un huracán. No es broma.
Enormes ramas de árboles cortan la
ruta. Sacos, contenedores, bolsas, cajas, todas regadas anárquicamente cierran
el paso.
En ocasiones, como le contó una de
estas manifestantes a BBC Mundo (que por seguridad no puede ser identificada),
los que están detrás de estas acciones permanecen un rato contemplando lo que
hicieron, o cantando una que otra consigna. Pero todos a correr cuando llegan
los militares o la policía antimotines.
El gobierno de Maduro condena
enérgicamente estas acciones.
"Son los grupos estos
quema-todo", los describió el mandatario venezolano en una transmisión el
miércoles en la noche.
Tanto Maduro como sus funcionarios los
llaman a estos manifestantes "fascistas" y asegura que sólo buscan
"la violencia".
Por ello las autoridades ordenaron un
despliegue de la Guardia Nacional para acabar con la protesta. Y este
miércoles, mientras Maduro hablaba al país en una transmisión obligatoria de
radio y televisión, la Guardia Nacional actuó con fuerza.
Una de las manifestantes previamente
en contacto con BBC Mundo contó que tuvo que esconderse en un edificio de la
Guardia Nacional, que la perseguían, y que incluso habría lanzado bombas
lacrimógenas hacia el interior del edificio.
La versión fue confirmada por testigos
independientes que vieron lo ocurrido.
La prensa local reportó agresiones
serias incluso con armas de fuego a manifestantes, edificios y automóviles en
varias zonas en el este y oeste de Caracas.
El alcalde del municipio Chacao, Ramón
Muchacho reportó más de una decena de afectados por contunsiones, perdigones,
quemaduras y bombas lacrimógenas a través de su cuenta de Twitter, y denunció
además que un grupo de estudiantes y periodistas quedaron atrapados en un
edificio de Altamira, barrio de esa zona, mientras en las afueras se escuchaban
detonaciones.
Controversia
"Hay guarimbas en Bello Monte
también, y ya Santa Fe quedó libre...", vuelve a sonar la radio del auto
que nos lleva.
Las zonas que despeja la Guardia
Nacional recuperan la libertad de tránsito mientras dura la presencia de los
efectivos. Luego vuelven a surgir, como desde las sombras, las cajas de cartón,
las bolsas de basura en llamas, y sobre todo el humo que delata su presencia.
Las "guarimbas" surgieron
durante una serie de protestas que se desatron durante un paro nacional que
entre finales de 2002 y principios de 2003 se efectuó por la oposición a Hugo
Chávez en Venezuela.
El método de protesta, en ese
entonces, creó fuertes cuestionamientos dentro del sector opositor, además de
aquellos en el chavismo.
Las críticas dentro de la oposición se
centraban específicamente en aquellos que lamentaban la molestia que generaba
dicha protesta a los vecinos, y no tanto al gobierno, que era su objetivo.
Ahora, más de una década después, la
crítica y la controversia volvió. No todo el mundo está de acuerdo con la quema
de cosas o el cierre de vías.
Laura Candent, manifestante de una
"guarimba", le dijo a BBC Mundo que entendía la molestia, pero
defendió la práctica.
"Sí es verdad que algunos puedan
llegar tarde a su trabajo porque se haya cerrado una calle, pero nosotros les
decimos que si no protestamos ahora quizás en diez años esa persona no tenga un
trabajo por cómo están las cosas", señaló.
"La situación está cada vez peor,
no hay derecho a que muchas familias tengan que hacer colas (filas) para
comprar comida, y eso si pueden pagarla (por la elevada inflación
existente)", agregó.
Un sector que actualmente sabe mejor
que nadie lo que han significado las "guarimbas" es el de los taxistas.
Juan, conductor de una de las
principales líneas privadas de Caracas, le dijo a BBC Mundo que en su empresa
"pocos quieren trabajar de noche mientras dure esta situación".
"Ahora apenas unos 10 vehículos
estamos trabajando, cuando normalmente somos unos 50", indicó.
Apoyo de la oposición
No obstante, dentro del espectro
opositor hay un segmento, importante, que sí las apoya.
En buena medida por la frustración
existente a vivir en unos de los países con mayor criminalidad e inflación del
continente, y haber sufrido en el último año dos devaluaciones que llevaron a
la tasa no oficial del dólar a ser casi 10 veces superior al precio oficial.
De acuerdo a algunos analistas
consultados muchos de los que no apoyaban antes a las "guarimbas"
ahora sí lo hacen porque no encuentran otra forma de mostrar su descontento.
Y es que la oposición venezolana no
tiene un escenario electoral al cual aspirar para impulsar un cambio. De ahí,
coinciden varios análisis, que se busca forzar la mano con acciones radicales.
Pero hace diez años el método
"guarimba" le significó una pérdida de apoyo importante a la
oposición en elecciones posteriores (junto a lo que dejó el fallido golpe de
Estado contra Chávez en 2002).
Quizás la diferencia entre aquel
entonces y ahora es que en 2003 el gobierno de Chávez prácticamente los ignoró.
Esta vez, la respuesta de la Guardia
Nacional ha sido la más enérgica y dura de todos los años del chavismo.