Por Rafael Hernández
Hablar de Petare o de Catia
es pensar en un grupo muy intensivo de barrios y urbanizaciones populares.
Millones de personas, ocupan
esos lugares y lo hacen con sus costumbres, su visión de la vida, deporte,
música. Nos ocupamos en el día de hoy de Catia.
Hablar de Cabrujas, Jacobo
Borges, Rafael Rondón, Willy McKey, entre miles de ejemplos y no recordar sus
años en esta zona tan popular y amada es un acto de egoísmo.
Narrar historias del país y
no recordar eventos anteriores a la fundación de Caracas en una zona como esta
que nos abre sus brazos apenas subimos de la Autopista Caracas-La Guaira con
entusiasmo y esperanza.
Desde siempre la zona de
Catia, que formalmente no existe, pero que tenemos que recordarla como un
conjunto humano que incluye la Parroquia Sucre, Lídice, Manicomio, Toda la subida
hasta el Kilómetro 12 a El Junquito, ha sido un lugar donde miles de
organizaciones, experiencias, luchas, esperanzas se han posado.
Catia como diría Alfredo
Maneiro, “El Cojo Lira” o Carlos Rodríguez es un lugar en la que vale la pena
militar. Por su historia, sus experiencias concretas, su gente
Hoy nace una nueva
organización que pretende darle una nueva perspectiva a la zona: Fundación de
Desarrollo de Catia: “Catia posible”. Ella pretende darle una nueva dimensión a
un conjunto de organizaciones e individualidades que cada día quieren un mejor
futuro para la zona.
La ciudadanía, historia,
atención a la iniciativa emprendedora, jóvenes, mujeres, tratar de apoyar las
ollas comunitarias, deporte, reunir para reflexionar a los líderes de la zona,
son, entre otras cosas, asuntos por los que tratará de ocuparse y promover la
unión de todos aquellos que pretendan dar un esfuerzo grande o pequeño por el
lugar.
Catia posible es un
esfuerzo para llamar a todos los catienses a contribuir en la construcción de
un futuro mejor. ¡Saludos!