Pablo Pérez febrero
de 2015
@PabloPerezOf
Una
de las claves de todo líder político que pretende asumir funciones de
conducción de un pueblo, es que debe saber escuchar. Cuando uno escucha,
aprende, detecta, percibe, entiende y corrige, entre tantos beneficios. Cuando
no se escucha se puede correr el riesgo de seguir en un camino errado y hasta
peligroso no sólo para las aspiraciones personales, sino para el ciudadano.
La
crisis venezolana obliga a escuchar. A escuchar al pueblo hastiado de la
escasez, la inflación y la inseguridad entre todos sus males. Escuchar a los
empresarios que tienen mucho que decir y hacer para salir de la crisis.
Escuchar a la disidencia política porque esta representa a un amplio sector del
país. Y escuchar a los mejores expertos en las distintas áreas para encontrar
soluciones a los problemas.
Nada
de eso está ocurriendo. Maduro pareciera que no escucha. Todo indica que sólo
atiende las recomendaciones de su entorno y sobre todo de los más radicales. Y
a veces cuando sólo se escucha a un pequeño sector, sólo se oye lo que se
quiere oír y no lo que se debe oír. Cuando eso sucede no es posible ver las
reales dimensiones de las dificultades. No se sabe el verdadero tamaño de la
crisis. No se sabe cuánto sufre el pueblo, cuanta esperanza se ha perdido.
La
crisis venezolana es una muy peligrosa fusión de todo lo anteriormente
señalado, pero además con un creciente número de presos políticos y de represión.
Lo que han hecho con Leopoldo, Ledezma y todos los restantes detenidos por
pensar distinto, es una clara señal que no se escucha, que no se percibe, que
no se entiende lo que el país está pidiendo.
El
país está pidiendo un cambio de modelo. Pero no sólo del modelo económico, sino
también del modelo militar-policial y represivo. También del modelo en el cual
sólo se escucha a una minoría, en desmedro de las mayorías. Venezuela reclama
un modelo en el cual prive la sensatez, la gerencia, la inclusión y la
tolerancia.
El
gobierno está forzando los acontecimientos. Pareciera que están interesados en
generar un caos controlado que les permite atornillarse en el poder, acabar con
la disidencia y sembrar el miedo en las personas. No están comprendiendo que la
salida es electoral. Y no lo quieren entender, porque las encuestas dicen que
van a perder las elecciones parlamentarias. Un demócrata entiende que la
derrota es parte del juego. Quien no es demócrata pretende torcer las reglas
del juego para ganar con abusos y arbitrariedades.
¿Servirá
de algo que una delegación de UNASUR venga a Venezuela? Creo que no, porque el
gobierno pretenderá que sólo los escuchen a ellos y obvien al resto del país
que es la mayoría. Harán de nuevo, como lo han hecho durante 16 años, el papel
de víctimas. Serán las mismas plañideras de siempre echando la culpa a la
oposición, a Estados Unidos y a los empresarios de ser los responsables de la
crisis.
Maduro
escucha a Venezuela. Estás convirtiendo al país en un calabozo policial. El
Sebin cada vez se parece más a la Seguridad Nacional de Pérez Jiménez. La
cárcel de Ramo Verde y “La Tumba” son la versión actual de La Rotunda de Gómez.
La receta del golpe y la guerra económica ya no la acepta la ciudadanía. Si de
verdad escucharas, lograrías entender que tu papel transitorio es histórico. El
cambio está en marcha.
@PabloPerezOf
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