Julio César Moreno
León 04 de Abril de 2015
Las
sanciones por violación a los derechos humanos que Estados Unidos ha impuesto a
los militares Antonio Benavides Torres, Gustavo González López, Justo Noguera
Pietri,
Manuel Pérez Urdaneta, Manuel Bernal Martínez,
Miguel Vivas y a la Fiscal del Ministerio Público Katherin Harrington
corresponden al derecho que todo país tiene en ejercicio de su soberanía a
permitir o negar la visa y la entrada en su territorio a cualquier ciudadano
extranjero. Es claro además que los gobiernos pueden y deben controlar el
origen y la naturaleza de los depósitos, cuentas bancarias y movimientos
financieros, con base a sus leyes y a los tratados internacionales. Haciendo
uso de esas leyes la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC)
perteneciente al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, incluyó el 2012 en
la lista negra de personas vinculadas al narcotráfico internacional -cancelando
sus visas y congelando sus cuentas- al diputado del Parlamento Latinoamericano
Amílcar Figueroa (PSUV), a Cliver Alcalá Cordones, Freddy Bernal, Ramón Madriz,
Ramón Rodríguez Chacín, Henry Rangel Silva y Hugo Carvajal. En respuesta a
estas medidas, el régimen chavista ha ratificado o designado en altas
responsabilidades públicas a los sindicados en la comisión de esos graves
delitos. El general Hugo Carvajal, detenido en Aruba por solicitud de la DEA en
enero de 2014, fue liberado, luego de oscuras negociaciones que concluyeron con
la contradictoria decisión de la corona holandesa que reconoció el fuero
diplomático de Carvajal, le expulsó de la isla y le declaró “persona no grata”, permitiéndole evadir a la
justicia norteamericana y regresar a Venezuela. El diputado Freddy Bernal fue
designado comisionado para la reforma del sistema policial, mientras que a
Rangel Silva y a Rodríguez Chacín se les
eligió gobernadores de Trujillo y Guárico respectivamente. Al general Gustavo
González López le nombran ministro de Interior y Justicia, y junto a sus
compañeros de negra lista se le rinde homenaje público en cadena nacional
transmitida desde el Palacio de Miraflores. De esa forma, Maduro responde a las
medidas de la administración Obama desconociendo su legalidad y denunciándolas
como injerencias que afectan nuestra soberanía y abren camino a la intervención
militar. Por su parte, los gobiernos de UNASUR, Cuba, Nicaragua, Rusia, China,
y otros cómplices, protestan la “agresión imperialista y callan en actitud
vergonzosa ante la violación de derechos humanos, la persecución y la arbitraria
prisión de líderes opositores.
Hasta
ahora, esa exitosa estrategia confrontacional de naturaleza político ideológica
ha permitido al chavismo vender la idea de un
gobierno revolucionario acosado
por los Estados Unidos y, al igual que en la Cuba comunista, atribuir sus
rotundos fracasos a la intensa conspiración del Departamento de Estado y a la
cruel guerra económica. Sin embargo tal repertorio argumental se agota ante
nuevas situaciones que desnudan ante el
mundo la espantosa realidad venezolana,
y retratan la verdadera naturaleza delincuencial de sus mandatarios.
La
congelación de las cuentas chavistas pone en evidencia la corrupción campante
en nuestra administración pública, y descalifica el supuesto temple
revolucionario de quienes colocaron sus dólares en los bancos del imperio
enemigo. Surge además la inevitable pregunta sobre el origen de esos fondos
pertencientes a burócratas de modestos sueldos, en un país de un rígido control
de cambios que impide convertir lícitamente sus salarios en la impura y costosa
divisa gringa.
La
medida contra la fiscal del Ministerio Público y los siete oficiales
sancionados por violación a los derechos
humanos, fue tan sólo un abreboca tras
el cual se van registrando hechos de mayor gravedad que descolocan peligrosamente al gobierno de
Nicolás Maduro.
En
el Banco de Madrid, propiedad de la
Banca Privada de Andorra, PDVSA comparte honores con las mafias rusa y china
movilizando de manera ilegal más de 4200 millones de dólares, y como
consecuencia de la intervención de esas entidades bancarias la estatal
petrolera pierde 2000 millones de dólares que fueron depositados
irregularmente. Así mismo, la Unidad Anti Lavado del Tesoro de Estados Unidos
detecta empresas fantasmas y pagos de escandalosas comisiones para cubrir
operaciones que han circulado por bancos norteamericanos, inoculándole lo que
algunos llaman “un ente radioactivo” capaz de contaminar al resto del sistema
bancario internacional. De acuerdo con lo señalado por las autoridades
norteamericanas muchas de estos tóxicos lavados realizados por Venezuela
involucran a Irán a Hezbolá y a otros grupos terroristas. Por otra parte, al magnate Diego Salazar
Carreño, poseedor de cuantiosa fortuna construida al amparo de su primo Rafael
Ramírez, le bloquean 200 millones en el Banco de Andorra.
La
medida contra Salazar Carreño ocurre dentro de la llamada “Operación Clotilde”,
laboriosa tarea de investigación y seguimiento al lavado de activos realizada
por la guardia civil española. Y en la lista de millonarias cuentas tramposas
en Andorra y Madrid, aparecen además el ex director del SEBIN Carlos Aguilera;
Javier Alvarado, ex vice ministro de Desarrollo Energético; el empresario Omar
Farías; Nervis Villalobos ex vice ministro de Energía Eléctrica; Alcides Rondón
ex vice ministro de Seguridad Ciudadana; Norman Danilo Puerta ex comisario del
CICPC; Javier Alvarado ex presidente de la Electricidad de Caracas; Rafael
Giménez y Yomar Farías. Este primer sacudón contra la mafiosa lavadora
socialista es apenas el comienzo de una ofensiva de mayor calibre.
Las
diligencias adelantadas por Estados Unidos impiden a la banca mundial esconder
la procedencia de platas cuyo rastro siguen tenazmente los sabuesos del
imperio, y como consecuencia de ello aumentará la lista de involucrados en esos
delitos tipificados por la legislación penal de todos los países.
Es
de recordar que contra el blanqueo de dinero existen convenios suscritos en
la ONU, OEA, Unión Europeo, Consejo de
Europa, Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Estos acuerdos
obligan a los gobiernos a impedir el ocultamiento de fortunas que provengan de
la corrupción, del narcotráfico, del terrorismo o de cualquier negocio ilegal. Por esa razón no será fácil para el actual
régimen escudarse en trajinadas proclamas anti imperialistas cuando sus altos
funcionarios aparecen “con las manos en la masa”, lavando activos y traficando
con recursos de PDVSA y de otras empresas estatales.
El
gobierno de Nicolás Maduro en medio de una grave crisis económica y social enfrenta
ahora su más difícil trance. El expediente Venezuela apenas comienza a
conocerse.
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