por Román Ibarra
El Presidente Maduro ha
estado dando tumbos a lo largo de sus dos años de gobierno, ignorando todo
cuanto ocurre a su alrededor: emulando –sin suerte, ni condiciones- al extinto
presidente Chávez; impreparado desde todo punto de vista; presa de las
presiones externas desde Cuba, e internas desde la FANB y sus controladores, y
sin ayuda de un partido (PSUV), hoy a la deriva, sin dirigencia, errático y
desesperado por la falta de oxigeno económico que les permita el
dispendio y la corrupción voraz. Todo ello, más la caída de los precios
del petróleo, le ponen el mundo chiquito.
En sus delirios, y extravíos
se propuso levantar la falta de popularidad de su gobierno y se inventó
un escándalo contra Guyana, con muy malos resultados, a pesar de que las
fuerzas de la alternativa democrática le ofrecieron ayuda para darle a ello un
tratamiento patriótico y de carácter nacional, en el que todos debíamos
acompañar al gobierno en el justo reclamo de lo que nos pertenece, a pesar de
las tropelías cometidas por Chávez y por él como su canciller de entonces, en
las que prácticamente cedían nuestro territorio, cual si fuera de su exclusiva
propiedad.
Inmerso en su desvarío
incontinente, ahora se le ocurrió expulsar a los colombianos pobres de la
frontera, en el estado Táchira, con el argumento baladí de estar combatiendo el
paramilitarismo, y el contrabando, siendo que los cables internacionales dan
cuenta de la guerra de las mafias por el control de negocios de toda índole.
Lo cierto, es que hasta el
presente no han mostrado una sola prueba de haber capturado paramilitar alguno,
pero si han logrado exponernos a todos los venezolanos al desprecio público,
convirtiéndonos en el hazmerreir y el bochorno del contexto hemisférico
por los atropellos y violaciones del gobierno venezolano en contra de gente
pobre, a quienes ellos mismos les permitieron asentarse en esos territorios
para sacarles provecho electoral. Todo el mundo civilizado está en contra de la
acción miserable del gobierno, excepto sus aliados de las FARC, quienes
publicaron un comunicado de solidaridad con Maduro.
Lograron presionar y
controlar con la todavía útil petrochequera a algunos países para evitar que la
OEA tratara el tema de las deportaciones ilegales, y sirvieron la mesa para
irse de rumba con muy amplia e inservible comitiva a Vietnam, y China, para
seguir hipotecándonos irresponsablemente.
La frontera está encendida
por la conducta insensata del gobierno de Maduro, y los organismos internacionales
tienen sus ojos puestos en lo que ocurre en Venezuela, pero eso no es
importante para el oficialismo. Prefirieron irse a Asia con un doble propósito:
conseguir otro préstamo para ser utilizado con fines electorales para intentar
dividir a las fuerzas del cambio, y además sacar a la familia y los panas a
pasear con la cobertura de sus gastos con el bolsillo de todos los venezolanos.
Hemos intentado alertar al
gobierno por todos los medios civilizados posibles, para que reflexione y se
deje aconsejar para encontrar en sus propias filas, o incluso fuera de ellas,
las ideas y consejos que le permitan enrumbar su maltrecha gestión; y no se
trata de lavarle la cara al gobierno, sino para evitar que el país siga
descendiendo por el despeñadero de la incapacidad, de la corrupción, y de las
torpezas con las que asumen las tareas de gobierno. No necesitamos más enemigos
presidente; necesitamos recomponernos internamente para que el país tenga
salidas democráticas y perdurables.
Colabore presidente, y
déjese ayudar. Deje que la sociedad se exprese en paz.
03-09-15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico