Por Luis Carlos Díaz
1
Pedro
Carreño ya había subido y bajado del estrado de la Asamblea Nacional cuatro veces
con la intención de figurar en lo que podría ser el día que ha tenido más
rating una aparición suya en la televisión nacional. La quinta vez fue la más
notoria. Se veía, de espaldas, discutiendo con el recién juramentado Presidente
de la Asamblea Nacional, el diputado Henry Ramos Allup, mientras intentaba
poner los puños en su mesa. Lo secundaban Héctor Rodríguez y otras figuras del
PSUV. Todos reclamaban. Sí: ellos reclamaban que no se estaba cumpliendo con lo
que indicaba el reglamento de la instalación de la Asamblea. Todos de espaldas
y sin bajar el tono.
A quien querían interrumpir,
el diputado que estaba de frente al público presente y las cámaras, era Julio
Borges.
El jefe de la fracción
parlamentaria de la Unidad, con mayoría de dos terceras partes de los diputados
electos, estaba en el micrófono y conservaba la calma mientras se aireaba una
discusión detrás de él. Sonreía a la cámara. Miraba a los lados. Esperaba su
turno. Vigilaba que no le tocaran los micrófonos mientras sostenía su
carpeta amarilla con los puntos a tratar.
Era el alumno que había hecho
la tarea mientras los otros le reclamaban al profesor posponer el examen.
Habló y le hicieron poco caso.
El barullo, la multitud y el frenteo seguían en el mismo cuadro de la cámara.
Sin embargo, Borges se deslizó por la propuesta legislativa inmediata para este
este primer periodo. Cuatro leyes, cuatro propuestas. La tarea hecha
como Plan B, después de no haber sido electo para presidir la Asamblea Nacional
este año, pero sí el siguiente.
2
Vista
la capacidad de respuesta de Ramos Allup para indicar quién y
cómo controlaba el tiempo y con cuánta mano izquierda se le responde a quienes
quieren bochinche en el patio, parece que fue mejor así. Uno preside mientras
el otro plantea y abre el juego. Patea balones. Saca los apuntes y lee hasta
que el ruido cesa. Lee hasta que sale del hemiciclo el presidente de la
Asamblea Nacional saliente, como para remachar la idea.
En el mundo de los pico de
plata y los improvisados, un hombre en paz y con la tarea hecha, que se apega a
un papel escrito y comprensible, parece un antisistema. No necesitó apelar
al catálogo de rencores pasados, como hizo Héctor Rodríguez, ni ser otra oveja
negra en el Manual de Carreño: le bastó convertir el Parlamento en un
espacio de ideas y propuestas durante unos minutos.
Ése que hablaba en paz era un
hombre que hace algunas horas abrazó a su familia y se puso una gorra de la
Virgen del Valle antes de salir de su casa, a pesar del traje y la corbata.
Julio Borges retratado por
Andrés Kerese para el trabajo especial de #Prodavinci5E //© [05/01/2016]
3
Julio Borges no desayuna, pero
toma refresco de cola ligera. Con eso sustituye el café. En su casa se nota que
hay un torbellino infantil a diario. No es secreto de Estado que Borges y su
esposa Daniella tuvieron cuatrillizos en 2007. Tampoco son muchos los chamos
que vivan en la palestra política ni estén muy enterados de eso. Pero estos
evidentemente han visto afiches, chapitas, caricaturas y hasta muñequitos de su
padre.
Zapatos por aquí, un arbolito
de navidad por allá, en la casa de los Borges amanece tranquilo. A las
seis y media de la mañana todos duermen porque no son días de colegio y está
permitido acostarse tarde. A muchos puede sorprenderles, pero no hay ayas,
ni criadas ni niñeras que viajen en aviones de PDVSA hasta Brasil o hasta
Francia en primera clase, como en las casas de algunos diputados de la
otra bancada. Minutos después, más a solas, Daniella comparte que ese trajín es
todos los días. Lo hace sin dejar de sonreír. Cuatro muchachos,
cuatro promesas. Menos mal que desde hace rato no necesitan pañales.
4
El diputado Julio Borges
decide entre una corbata roja y otra azul.
Conversa un poco sobre las propuestas. Las tiene estudiadas, las comparte. La
agenda es transparente. Está en la misma carpeta amarilla donde está su
acreditación para el tercer periodo legislativo que pasará en la Asamblea
Nacional desde el año 2000. Hace mella el bache de 2005, cuando la oposición
decidió no participar. Su partido, Primero Justicia, fue el último en ceder a
las presiones por el retiro de las candidaturas.
Julio Borges retratado por
Andrés Kerese para el trabajo especial de #Prodavinci5E //© [05/01/2016]
Hoy se alista para la
instalación de un periodo legislativo inédito. No sólo por la abrumadora
victoria opositora, que aún el chavismo intenta digerir por pedacitos y con
impugnaciones, sino porque Primero Justicia es el partido que más diputados
aportó a la bancada de los 112 que ganaron bajo la coalición de la Unidad: unos
35. Sin embargo, se queda por fuera de la directiva de la Asamblea Nacional
este año.
Borges lo plantea abiertamente:
su postulación fue vencida por Ramos Allup y los acuerdos de Acción Democrática
con Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y otros partidos. Pero esto no representa
un conflicto. Hay más tareas por hacer y la política apunta más allá de estas
cuentas iniciales.
5
No desayuna, pero acompaña el
segundo refresco con un sánduche de pan blanco con queso. Algo tan sencillo
gana mucho cuando está tostado y tiene algo mostaza. Uno de sus cuatro hijos sí
se para de la cama y viene corriendo a la cocina donde está su madre para ser
parte de la conversación. Le
roba un mordisco del pan. Los otros tres prefirieron una segunda
tanda de sueño, tapándose de la luz caraqueña.
Julio se despide de Daniella
en la puerta. acompañado de la Milagrosa en la pared, la Virgen del Valle en la
gorra y la próxima visita de ambos a la Divina Pastora. Nunca están de más las
protecciones.
Julio Borges retratado por
Andrés Kerese para el trabajo especial de #Prodavinci5E //© [05/01/2016]
Los diputados de Primero
Justicia ya se preparan para salir de Chacaíto hasta la Asamblea en un par de
autobuses. Pero Borges asistirá a un desayuno formal, que en realidad es una
reunión de trabajo para arrancar la jornada. Hasta dentro de algunos minutos
volveremos a verlo, ahora acompañado por Tomás Guanipa, quien también lleva una
gorra tricolor sobre el traje, la corbata y su proclamación bien agarrada.
6
La agenda de trabajo sigue en
pie y se evalúan escenarios. A esta hora de la mañana todavía no se sabe
qué hará el chavismo dentro y fuera del Parlamento. Vamos
recorriendo la ciudad y nos enteramos de un
problema entre guardias y diputados que llegaron antes que
el protocolo de la Asamblea. Supimos de las estaciones de Metro cerradas a
propósito y los piquetes de policías y guardias para evitar la llegada de
quienes iban a acompañar a los diputados desde La Hoyada.
Aún el chavismo es poder y
necesita que se note en cualquier resquicio posible.
Muchas paredes en los
alrededores tienen pintas que advierten que se está entrando en “territorio
chavista”, lo que resulta curioso porque la parroquia Catedral es parte del
Circuito 2 del Distrito Capital, donde el candidato de la Unidad ganó con más
de 23 mil votos de diferencia. Borges, por su parte, ganó el voto lista del
estado Miranda con el 59% de los votos y más de 290 mil votos de diferencia sobre
Haiman El Troudi, quien se dedicó a inaugurar obras públicas durante su campaña
como candidato del PSUV.
Borges no es el líder
carismático de los discursos épicos ni la mano en el hombro para tratar de
compadre a cualquiera. No ha llegado a ser
líder de su partido ni de la bancada mayoritaria por
hacer eso. Distinto a ese estilo, la gente en la calle y los empleados públicos
lo saludan con respeto, cariño y confianza, algo que también parece subversivo
en un contexto donde gobiernan las emociones.
7
Al llegar a las afueras del
Palacio, la prensa lo aborda con decenas de preguntas. La
estructura para responderlas es similar todo el tiempo: “Hay cosas que se hacen
mal. Nosotros proponemos hacerla bien y éste es el plan”. Hay gente alrededor
que con gritos pide no olvidar a los presos políticos y aparece la primera
de las cuatro propuestas: la Ley de Amnistía.
Julio Borges retratado por
Andrés Kerese para el trabajo especial de #Prodavinci5E //© [05/01/2016]
Si el chavismo plantea que no
los derrotó la oposición sino el malestar, la fórmula de Borges parece
estudiada para tocar los puntos débiles. Por ejemplo: su bancada propone
darle títulos de propiedad a los beneficiarios de la Misión Vivienda, algo que
el Gobierno ha negado porque la gente empoderada se vuelve autónoma del
partido. Otra propuesta es darle un subsidio directo a los pensionados para
complementar con alimentos y medicinas los 9.600 bolívares que ya se les
disuelven en las manos. Y, en caso de que el foco económico se pierda, la
cuarta propuesta de ley busca impulsar la producción nacional, la única palanca
en la que parece haber consenso para unos y otros, a pesar de los matices.
Hasta Diosdado Cabello, cuando
se retiró del hemiciclo y se encontró otra vez con la prensa independiente en las
afueras, tartamudeó al responder sobre estas leyes cuatrillizas, ésas que
salieron de una carpetica amarilla que ahora abre el juego y plantea muchos más
en el futuro Parlamento.
05-01-16
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