Por Dayimar Ayala Altuve
“Aquí las cosas cambiaron”,
dijo Henry Ramos Allup, nuevo presidente de la Asamblea Nacional el 5 de enero,
fecha en la que se instaló la nueva legislatura. Y parece que será así.
Este miércoles 6 de enero, un
mes después de que la Mesa de la Unidad Democrática se alzara con 112
diputados, Ramos Allup llegó bien temprano a la Asamblea Nacional.
Ordenó
quitar los pendones del fallecido presidente Hugo Chávez, buscó a un cerrajero
para que cambiara la cerradura de su oficina, pues su antecesor, Diosdado
Cabello, no le había dejado las llaves, empezó a revisar los archivos y hasta
las etiquetas de “Chávez, corazón del pueblo” fueron removidas. En el
inventario, una de las mayores pérdidas fue la de dos vehículos oficiales
blindados que, misteriosamente, no aparecen.
En la tarde, a las 2:55 pm,
entraron por la puerta del hemiciclo de sesiones Henry Ramos Allup, Enrique
Márquez y Simón Calzadilla, la recién estrenada junta directiva. No había
quórum todavía por lo que el inicio de la sesión se extendió por media hora
más. Los diputados entraban por la puerta lateral que da hacia La Ceiba. “Mi
nombre es Darío Vivas. Mucho gusto, el mío es Gaby Arellano”, se dieron la
mano, se registraron en la asistencia e ingresaron al salón de debates sin más
palabras. Para ese momento ya estaban casi todos y se procedió a la lectura del
acta del día anterior.
“Afuera están los diputados
Nirma Guarulla, Julio Ygarza y Romel Guzamana para incorporarse a la sesión”,
sentenció con voz de locutor Roberto Marrero, el nuevo secretario del
Parlamento. Lo que había sido un rumor, se materializaba: los tres impugnados
ante el Tribunal Supremo de Justicia se juramentarían con la anuencia de la
mayoría de la MUD. Entraron con penachos de pluma en la cabeza, verificaron las
actas de proclamación que les diera la junta regional del Consejo Nacional
Electoral el día después de ganar y bajo la premisa de “…si no que el pueblo os
lo demande”, se juramentaron los que completarían la mayoría calificada de dos
tercios.
Diosdado Cabello no aguantó
ver la juramentación de tres impugnados. Llamaba constantemente por su celular.
Secreteaba con Cilia Flores. Volvía a llamar. Hasta que salió del recinto y una
vez afuera dijo que el Parlamento no recibiría ni un “céntimo” para su
funcionamiento. Más adelante, Pedro Carreño secundó la moción en una
intervención.
Héctor Rodríguez, jefe de la
bancada del PSUV, se paró una, dos… diez… veinte veces al estrado de la junta
directiva durante las tres horas y media que duró la sesión. Todas para
reclamar derechos de palabra o consultar algo. En cada punto del orden del día,
intervenía. “Todos los actos que se hacen en esta sesión son nulos. Por lo
tanto, que conste en acta que no estamos de acuerdo pues votaron 112 diputados
desconociendo la sentencia del Poder Judicial”, señaló Rodríguez. En respuesta,
Allup completaba: “Ciudadano secretario, que conste en acta. Pero me permito
decirle, diputado, que se juramentaron pero no están en el hemiciclo. Votaron
109”. Rodríguez enmudeció y los parlamentarios de la MUD comenzaron a pitarlo.
La tortilla se volteó
Los medios de comunicación no
entraban a las sesiones de la AN desde hace cinco años, fecha en la que Cilia
Flores en su condición de presidenta propuso las restricciones en la reforma al
Reglamento de Interior y Debates.
Este 6 de enero el palco de
prensa estaba a reventar. La primera acción de la legislatura 2016-2021 fue
aprobar un acuerdo para el ingreso de la prensa a las sesiones. Ya era oficial.
La bancada del PSUV dijo que siempre habían apoyado el trabajo de la prensa y
que a todas luces le parecía un cinismo que desde la presidencia del
Legislativo se hablara de libertad de expresión cuando se había amenazado a los
trabajadores de ANTV que quedarían desempleados. “Diputado, en cámara
presentaremos un informe detallado del estado de ese canal. Le va a dar pena
conocerlo”, espetó Ramos Allup.
Tradicionalmente los medios
fotografían a los políticos. Por algunos instantes, los políticos retrataron a
los medios como reconocimiento a que estuviesen nuevamente allí.
Al presidente de la AN, pocos
de los del Psuv se atreven a llamarlo “Presidente”. En sus intervenciones unos
le dicen “colega diputado”, otros “ciudadano diputado”, pero fue el diputado
Francisco Torrealba el que lo llamó “diputado de la tercera edad”, argumentando
que de esa forma no le faltaba el respeto. Se desconocen.
La lupa de una
Desde temprano se sabía que
una de las decisiones que se tomaría en la primera sesión ordinaria sería la de
investigar la designación de 13 magistrados por parte de la legislatura
2010-2015.
La diputada Delsa Solórzano
rechazó que el oficialismo hablara de justicia cuando todavía hay presos
políticos, cuando hay desigualdades de unos cuantos privilegiados. El PSUV, con
diferentes discursos, acuso a la oposición de buscar un “golpe parlamentario” y
de “desacato”.
Las barras de los partidos
políticos comenzaron a gritar “los sobrinos, los sobrinos, los sobrinos” a
Cilia Flores en el momento en que uno de los diputados rechazó que a través de
los poderes públicos se otorguen pasaportes diplomáticos a quienes no deben
tenerlo. La primera dama y diputada se molestó. Elías Jaua, que estaba a su
lado, buscó con la mirada al que promovió la consigna y ambos hacían señas de
que les dijeran las cosas “en la cara”.
¿Qué acordó la mayoría
parlamentaria respecto a los 13 magistrados designados el 23 de diciembre de
2015 con mayoría simple? Una comisión que investigará la forma en que se
realizó el nombramiento. El chavismo no quiso estar en la instancia, pero por
la oposición estarán los diputados Juan Matheus, Freddy Valera, Stalin
González, Carlos Berrizbeitia, Freddy Guevara , María Gabriela Hernández y
Américo de Grazia.
Como punto de información,
Ramos Allup dijo que la AN sesionará los días martes y jueves a las 10 de la
mañana y los miércoles serán días de trabajo en comisiones. Pidió votar y los
109 levantaron la mano. El Psuv ni se inmutó, a lo que la bancada de la MUD
comenzó a corear: “Flojos, flojos”.
La sesión culminó y ya había
oscurecido. Varias camionetas último modelo se llevaron a los diputados del
Psuv. Héctor Rodríguez declaró a los medios que no habían presentado el decreto
nacional de emergencia económica porque, a su juicio, todos los actos del
Parlamento son nulos. “Corresponderá al presidente presentarlo”, puntualizó.
Dejó claro que no abandonarán el Parlamento y que entre sus intereses no está
presidir ninguna de las 15 comisiones permanentes.
Al fondo se escuchaban gritos
y música, sonaron tres grandes estruendos de pólvora. Un grupo oficialista
estaba concentrado frente a La Ceiba. Nada más pasó.
07-01-16
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