Por René Núñez, 05/04/2016
El mundo de buenas intenciones, porque existe también
uno dedicado hacer mal, ha estado preocupado y ocupado en las últimas décadas
por el futuro de la humanidad, en cuanto a las tres necesidades fundamentales
garantes de la vida humana como lo son el agua, la energía y los alimentos.
Esenciales para el bienestar y desarrollo humano de todas las razas.
Los países más pobres que carecen de estos vitales
recursos se encuentran en Asia y en África, pueblos con escaso desarrollo
tecnológico, una escolaridad baja y una mortalidad alta. En Asia y el Pacífico
hay 650 millones de hambrientos; en África 280. América Latina y el Caribe 55;
en los países desarrollados, los llamados del primer mundo, suman unos 15. Unas
cifras aterradoras de la profunda crisis alimentaria y humanitaria que viven
estos seres humanos, siendo los niños los principales afectados.
Una población con desigualdades sociales
diferenciadas, imposibilitadas de comprar alimentos básicos para
sobrevivir por falta de oportunidades de educación, trabajo y medios para
superarlas.
El crecimiento poblacional, la movilidad social, la
modernidad, el desarrollo tecnológico, industrial y comercial, el cambio
climático, se adiciona como causales agravantes de esta tragedia; hasta tal
punto que la ONU ha declarado en este milenio a la pobreza como una de sus
principales prioridades de lucha y combate.
Como consecuencia de lo anterior, la demanda de agua,
energía y alimentos crecerá significativamente en los próximos treinta años.
Según estudios del Instituto del Agua, Medio Ambiente y Salud de la ONU, para
el año 2050, la humanidad demandará un 70% más de alimentos que en la
actualidad; 50% más de producción de energía; mientras el consumo de agua se
estima un aumento de 20%.
Venezuela, en especial, nuestro Estado Bolívar, con
una inmensa y variada riqueza hídrica, energética y minera, como ninguna otra
región en el mundo, atraviesa por una casi crisis humanitaria similar de
proporciones vergonzosas y frustrantes, inmerecida pero real, producida por la
desidia e irresponsabilidad de quienes desde el poder y el Estado no actuaron
ni tomaron las debidas y oportunas previsiones y decisiones para no llegar al
estado infrahumano en que nos encontramos la mayoría de los venezolanos, al
no contar con agua, con energía, con alimentos seguros y suficientes como
existieron en abundancia antes del año 2000.
Criminal que reservas naturales como la del Cerro
Guayana, El Caura, La Paragua, Embalse de Guri, Cuenca del Caroní, Reserva
Forestal Imataca y la del Parque Nacional Canaima, se encuentra hoy en día en
peligro. Inexplicable un Estado que concentra la mayor reserva hídrica nacional
(600 millones de m3/año) tenga a las urbes sometidas a racionamiento de agua y
electricidad; y a los municipios del Sur, cercanos a las fuentes naturales,
prácticamente sin el vital líquido.
El embalse Guri, de donde proviene la energía
eléctrica, dicho por el gobierno, está a punto de llegar a la cota mínima de
seguridad; momento que nos dejaría en oscurana por no haber invertido a tiempo
con eficiencia y transparencia el dinero que requería su mantenimiento y
expansión; por haber permitido la alteración del ciclo hidrológico de la Cuenca
del Caroní; por no haber impedido la desforestación irracional de nuestros
bosques; por haber permitido sin control alguno la explotación de la minera
ilegal causantes de la contaminación de ríos y afluentes, de la cuenca y el
embalse por más de 30 mil mineros: brasileros, guyaneses, colombianos,
ecuatorianos y venezolanos; y no evitar las quemas frecuentes de la
sabana. Esa es la verdadera explicación que tienen que reconocer el gobierno;
más allá de los efectos de El Niño que han afectado el clima y la periodicidad de
las lluvias. Chávez ofreció salvar la Sierra de Imataca, proteger a Guayana,
para garantizarnos agua limpia y aire puro. Ni lo uno ni lo otro, todo lo
contrario. Escasez, racionamiento, colas, oscurana y enfermedades.
Presidente del Ifedec Capítulo Bolívar
@renenunez51
Los domingos, 8 a 9 am, en Onda Global por Onda 97.3 F,
Guayana
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