Por Vanessa Davies
Para el sistema hidroeléctrico
del país lo importante son las lluvias del sur y no las del norte, aclara el
experto Valdemar Andrade
Las lluvias que se han
registrado en Caracas desde el martes 19 de abril, atribuidas por el Instituto
Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) a un frente frío, no alivian la
falta de agua en el embalse de Guri, ubicado en el sur venezolano, a unos mil
kilómetros de distancia de la capital del país. Guri tiene sobre sus hombros la
responsabilidad de la generación de casi 70% de la electricidad que se consume
en Venezuela y su situación actual -atribuida por las autoridades al fenómeno
El Niño y achacada por expertos al mal manejo del reservorio de agua- sigue
siendo crítica.
El ministro de Energía
Eléctrica, Luis Motta Domínguez, informó en su cuenta en Twitter, @LMOTTAD, que en la madrugada
de este miércoles cayeron sobre Guri precipitaciones moderadas. Pero también
señaló que, donde antes había agua, hoy hay lodo. "La altas temperaturas y
la sequía han afectado enormemente el nivel del embalse de Guri", resaltó
Motta en las redes sociales.
El último registro oficial
disponible del nivel de Guri corresponde al 13 de abril de este año: 242,88
metros sobre el nivel del mar.
Se necesita que llueva en el
sur
Para el sistema hidroeléctrico
venezolano lo importante son las lluvias del sur, que no han comenzado, y no
las del norte, como las experimentadas en las últimas horas en la capital,
puntualiza Valdemar Andrade, profesor jubilado del departamento del ingeniería
hidrometeorológica de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Las
precipitaciones que han caído sobre Caracas son "una situación normal para
la época del año, pero eso no significa la entrada de lluvias en el país",
precisa Andrade en un contacto telefónico con Contrapunto.
Las lluvias fuertes del sur,
las que Guri necesita, florecen con la entrada de la Zona de Convergencia
Intertropical (franja de bajas presiones en la zona ecuatorial), que comienza
en el occidente y luego en el sur y en el este de Venezuela, explica Andrade.
Los chaparrones sobre Caracas, en cambio, responden a "situaciones
atmosféricas del norte del país, a frentes fríos que pueden ser muy
localizados".
Según Andrade, todo indica que
la temporada de lluvias despegará en Venezuela dentro del lapso esperado.
Diversos indicadores mostraban, a finales del mes de marzo, que el
"invierno" venezolano sería seco, pero los parámetros revelan que va
a ser normal y que entrará a tiempo (al terminar abril y florecer mayo). De
hecho, las precipitaciones que arreciaron sobre Caracas este martes y este
miércoles han permitido superar ligeramente el promedio de lluvias para el mes
de abril.
Las precipitaciones del sur
deben llegar entre la primera y la segunda semana de mayo. "La
probabilidad de que Guri no se recupere totalmente es alta", precisa. El
embalse necesitaría dos años de lluvias muy fuertes para recuperar sus niveles
óptimos: una cota de 271 metros sobre el nivel del mar. "El caudal del río
Caroní (que alimenta el embalse de Guri) es de 4.800 metros cúbicos por
segundo; para poderse recuperar, debería tener un caudal de más de 5 mil metros
cúbicos durante dos años seguidos", detalló. Los aguaceros que se disparan
sobre Caracas no son, entonces, la panacea para Guri.
20-04-16
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