Gente del Deporte le dice al país “Nosotros revocamos” de su cargo al mandatario que ha provocado la peor crisis que hemos vivido alguna vez como nación. El trato discriminatorio de los entrenadores deportivos activos, pensionados y jubilados al desconocerles su derecho a la homologación salarial y la aplicación de las normas establecidas en su contratación colectiva.
Una de las más importantes
características de los diecisiete años del gobierno “Revolucionario del Siglo
XXI” es, sin lugar a dudas, el elevado nivel de corrupción. Esa grave
desviación de la ética pública tuvo su origen en el inmenso desorden
administrativo que se impuso en dicho gobierno por expresa voluntad del
presidente de la República y líder fundamental de la mal llamada Revolución
bolivariana.
Desde su propio inicio, se observó que existía un marcado interés
en destruir todos los elementos de control que exigen obligatoriamente las
Finanzas Públicas, para de esa manera lograr comprometer a los funcionarios
públicos, por encima de la lealtad normal que debe existir con un
gobierno, y al mismo tiempo permitir que los dineros públicos se manejaran, sin
ningún control, para poder ser utilizados con absoluta libertad por el régimen
en sus objetivos políticos.
En el sector deportivo,
quienes han pasado por los cargos administrativos: Ministerio del Deporte y
Presidencia del Instituto Nacional de Deporte han implantado y desarrollado una
política que bien podemos caracterizarla como “El saqueo de los recursos
presupuestarios”. Diferentes encargados de los puestos burocráticos, han
permitido en sus gestiones que los dineros del deporte hayan sido malversados o
apropiados indebidamente a favor de una minoría corrupta.
Bajo sus mandatos como
gerentes de gobierno permitieron, de la manera más descarada, la firma de un
leonino convenio con Cuba para la traída de 10.000 “Entrenadores” al país, que
solo ha servido como una fuente inagotable de entrega de divisas al régimen
dictatorial de los hermanos Castro.
El trato discriminatorio de
los entrenadores deportivos activos, pensionados y jubilados al desconocerles
su derecho a la homologación salarial y la aplicación de las normas
establecidas en su contratación colectiva. Destaca el hecho de la remuneración
en dólares para los cubanos y en bolívares devaluados para los entrenadores
criollos.
La eliminación de los procesos
de licitaciones para dar paso a la asignación directa de contratos para los
servicios de alojamiento, alimentación, dotación de uniformes y transporte.
Igualmente, vieron en la asignación de contratos para la construcción y
reparación de las instalaciones deportivas una de las principales fuentes de
enriquecimiento ilícito. Ejemplo de ello, entre otros, lo constituyen los
Juegos Deportivos Nacionales, el Estadio Iberoamericano de Maracay, el Estadio
de Softbol en Fuerte Tiuna y los Estadios construidos para la Copa America de
Futbol.
Al mejor estilo de la mafia
siciliana o la “Cosa Nostra”, transformaron el proceso de tramitación de
divisas a Cadivi, en un mecanismo de estafa con la falsificación de expedientes
y el cobro de peajes a los dirigentes deportivos para acelerar la entrega de
recursos.
No podían, estos corruptos
gerentes, dejar por fuera la compra de conciencias o silencios cómplices, y
para ello, como unos Antonini Wilson cualesquiera implementaron los
maletinzazos cargados de dólares para tales operaciones en el marco de los
eventos internacionales.
Establecieron una política de
persecución y cerco presupuestario contra las federaciones deportivas, con la
finalidad de silenciar cualquier intento de protesta o reclamo. Además,
mantienen en el limbo la legalidad del sector deportivo federado al no
entregarles las Providencias Administrativas una vez culminado sus procesos
electorales. La inseguridad del deporte se profundiza cuando las autoridades
niegan o no responden a la presentación de los Programas Operativos Anuales de
las federaciones.
Militarizaron, la organización
de los Juegos Universitarios y procedieron a la asignación de sedes en base a
criterios de identificación ideológica interviniendo de manera descarada la
autonomía de FEVEDES,
Los eventos deportivos
internacionales, se transformaron en una mina de oro, por las divisas que
emplean en su organización y posterior desarrollo, lo que motivó a las
autoridades a solicitar cualquier cantidad de eventos. Mientras más grande sea
mucho mejor será. No fue gratuita, la solicitud de la sede de los Juegos
Panamericanos para Ciudad Bolívar o los Bolivarianos de Playa para el Estado
Vargas o la Copa America de Futbol…..pidan que algo queda, era la consigna.
Pero, la joya de la corona fue
el manejo de los recursos del Fondo Nacional del Deporte. Allí, el corrupto
gerente, procedió a eliminar las reuniones del Directorio del IND para así
tener plena y absoluta libertad en la administración de los dineros del
fondo. En consecuencia, los 325.143.361 millones de bolívares aportados
por las empresas al Fondo fueron dilapidados “discrecionalmente” sin que hasta
el momento el ministro o quienes lo sucedieron en el cargo hayan presentado las
cuentas correspondientes a los organismos contralores del Estado. Lejos, de
aplicar los mecanismos que garantizaran la transparencia en el manejo de los
recursos del Fondo, el Ejecutivo Nacional, lo transfirió a la Tesorería
Nacional, dejando al deporte sin posibilidad alguna de acceder a estos
recursos.
Después de ese festín de
millones, al final nos conseguimos con la insólita suspensión de los Juegos
Deportivos Nacionales 2015 ¡¡¡¡Por falta de recursos presupuestarios!!!!
Todo este andamiaje contó y
sigue contando con la complicidad de los organismos Contralores del Estado que
se han hecho la vista gorda frente a los desmanes de las corruptelas
enquistadas en los organismos gubernamentales y olímpicos del sector deportivo
venezolano.
A manera de conclusión, en
este expediente rojo, los hechos demuestran fehacientemente la
concurrencia de hechos punibles tales como: Peculado de Uso, estafa, extorsión,
chantaje, malversación, hurto, blanqueo de capitales, compras con sobreprecio,
violación a la Ley de Licitaciones, ilícitos cambiarios, convenios leoninos
etc. etc. Situación tipificada por el Código Penal como “El
Concurso Real de Delitos”, que tiene lugar cuando el mismo agente o funcionario
realiza uno o varios actos encaminados a fines distintos y ocasionan diversas
infracciones, independientes las unas de las otras. Queda claro, que para la
dirigencia corrupta del sector “Hacer deporte es…Hacer dinero.”
El Deporte merece dejar de ser
un antro de corrupción. No solo lo merece, lo demanda. Por eso, se impone que
atletas, entrenadores, dirigentes, obreros y empleados del sector, padres y
representantes tome el protagonismo de su destino. Nos toca escribir nuestra
propia historia. Pacifica y democráticamente, nos incorporamos al llamado
ciudadano para buscar una salida a la crisis económica, política y social en la
cual estamos inmersos por la manifiesta incapacidad gubernamental. Solo con la
salida de un régimen autocrático, corrupto y totalitario se podrá lograr un cambio
para el país. Es el tiempo constitucional del revocatorio.
Firmemente, Gente del Deporte
le dice al país “Nosotros revocamos” de su cargo al mandatario que ha provocado
la peor crisis que hemos vivido alguna vez como nación.
El Deporte Revoca la corrupción.
El Deporte Revoca la
incapacidad gubernamental.
El Deporte Revoca la violencia
institucional generada por los colectivos armados y los Pranes protegidos por
el régimen.
El Deporte Revoca a quien como
gobernante ha militarizado el regimen y criminalizado la protesta social.
El Deporte Revoca a los
dirigentes de una mal llamada “revolución” que hizo de la actividad deportiva
una fuente de enriquecimiento ilícito.
Jesús
Elorza
John
Muñoz
Alberto Centeno
Robert Rodríguez
Héctor López
José A. Rodriguez
18-04-16
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