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lunes, 2 de mayo de 2016

¡Esta firma no va, y esta,… tampoco! Por @tulioramirezc


Por Tulio Ramírez


Bueno camarada, Tibi no pudo aguantar más, al final tuvo que entregar las planillas. La amenaza de marchar hasta las puertas del CNE, pudo más que la corajuda resistencia de nuestra compañera revolucionaria. La cosa no estaba fácil. Nuestros leales seguidores días atrás pudieron detener, a punta de pescozones y peinillazos, la pretensión de un grupete de diputados, diputadas, periodistas y periodistos, de hacerse de las planillas. Pero para el día de la gran marcha difícilmente se podía contar con ellos. La inflación desatada ha hecho que nuestros más resteados militantes no arriesguen el pellejo por las 4 lochas que le abonamos a su cuenta por cada contramarcha o acción violenta que les encomendamos. Ni modo, había que entregar las planillas.


Pero no importa camarada. Apelaremos a una de las más sesudas tácticas creadas por nuestro Comandante Eterno, “los agarraremos en la bajaíta” decía cual General Patton en la Guerra de los Sexos, cuando se veía contra la pared. Ya nuestro querido Capitán lo anunció, “no nos calaremos firmas planas”. Ese es un mensaje claro y contundente. A buen entendedor, y las Rectoras entienden, pocas palabras. Pero no nos confiaremos y utilizaremos otras estrategias. Por cierto, y hablando de otra cosa, por allí escuché que en la UCV unos encapuchados armados se robaron unas planillas firmadas. Bueno ese es el peligro de recoger firmas en lugares tan peligrosos como esa universidad. Si te llegaran a preguntar, la respuesta es sencilla, esa es la oposición que se auto roba para después echarnos la culpa.

¿Que la situación esta complicada?, no te puedo decir no, si, si. Nuestro Líder Obrero la ha embarrado como dicen en su tierra natal. Pero qué le vamos a hacer, es lo que hay. Ahora toca arriar para que no lo revoquen. Pero lo que dices es verdad, él tampoco ayuda. Ya lo de la guerra económica nadie lo cree, y cuidado si nosotros tampoco. Pero nada, el que duda pierde y lo nuestro es llevar adelante esta revolución que convertirá a nuestra patria en una potencia que superara a Japón. Claro, con tantos días sin trabajar no entiendo como lo vamos a hacer.

Como buen militante he decidido poner a la disposición de la revolución mi sapiencia en materia de firmas. Tengo vasta experiencia en esos asuntos. Mis primeros pininos fue imitando la de mi mamá en los Boletines del Liceo, años después perfeccioné ese arte con sus cheques. En materia de invalidación no soy menos. Las primeras que invalide fueron las que se recolectaron en mi edificio con el propósito de declararme persona no grata por las parrandas de los fines de semana. Me percate que fueron recolectadas en horas laborales, por lo que quienes firmaron fueron los abuelitos. Además lo hicieron de pie y sin apoyo alguno. Ante la seguridad de que esas firmas estaban chuecas, solicite que se contrastarán con las de las cédulas de identidad. Se invalidaron el 60 % El resultado: sigo viviendo allí.

En este caso, dada la importancia del asunto, consignare en la Oficina para Asuntos Electorales del Gobierno algunas recomendaciones para cuestionar las firmas de los apátridas. Se debe comenzar por invalidar las que tienen sobre ellas rayonsitos que impiden leer con claridad el nombre del firmante, se puede alegar intento de ocultamiento de la identidad. Las firmas que terminan con piquitos o sombreritos deben ser invalidadas por sospechosas de falsedad ya que una persona seria no firma de esa manera. También se pueden desechar las que ocupan más espacio que el indicado, se debe alegar apropiación indebida de espacio ajeno. Si el que firma es mayor de 80 años hay que citarlo para que lo vuelva a hacer, si la segunda firma no es idéntica a la primera se debe asumir que la primera es falsa, esa es la que vale. Si alguien colocó el nombre y apellido en letra de molde, hay que invalidarlo, porque eso no es una firma.

Podría dar más recomendaciones pero no quiero enredar a los encargados de enredar la validación de firmas. Solo espero que me hagan caso, pues de eso se trata la democracia participativa y protagónica. Todos tenemos derecho a joder y fastidiar a la oposición. Ese es un derecho constitucional de acuerdo a la jurisprudencia que se está instaurando en el país. Si me hicieran caso estoy seguro que en el proceso de validación de firmas se repetirá con mucha frecuencia el siguiente estribillo: “esta firma no va, y esta,…. tampoco”.

02-05-16




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