Por Tulio Ramírez
Bueno camarada, Tibi no pudo
aguantar más, al final tuvo que entregar las planillas. La amenaza de marchar
hasta las puertas del CNE, pudo más que la corajuda resistencia de nuestra
compañera revolucionaria. La cosa no estaba fácil. Nuestros leales seguidores
días atrás pudieron detener, a punta de pescozones y peinillazos, la pretensión
de un grupete de diputados, diputadas, periodistas y periodistos, de hacerse de
las planillas. Pero para el día de la gran marcha difícilmente se podía contar
con ellos. La inflación desatada ha hecho que nuestros más resteados militantes
no arriesguen el pellejo por las 4 lochas que le abonamos a su cuenta por cada
contramarcha o acción violenta que les encomendamos. Ni modo, había que
entregar las planillas.
Pero no importa camarada.
Apelaremos a una de las más sesudas tácticas creadas por nuestro Comandante
Eterno, “los agarraremos en la bajaíta” decía cual General Patton en la Guerra
de los Sexos, cuando se veía contra la pared. Ya nuestro querido Capitán lo
anunció, “no nos calaremos firmas planas”. Ese es un mensaje claro y
contundente. A buen entendedor, y las Rectoras entienden, pocas palabras. Pero
no nos confiaremos y utilizaremos otras estrategias. Por cierto, y hablando de
otra cosa, por allí escuché que en la UCV unos encapuchados armados se robaron
unas planillas firmadas. Bueno ese es el peligro de recoger firmas en lugares
tan peligrosos como esa universidad. Si te llegaran a preguntar, la respuesta
es sencilla, esa es la oposición que se auto roba para después echarnos la
culpa.
¿Que la situación esta
complicada?, no te puedo decir no, si, si. Nuestro Líder Obrero la ha embarrado
como dicen en su tierra natal. Pero qué le vamos a hacer, es lo que hay. Ahora
toca arriar para que no lo revoquen. Pero lo que dices es verdad, él tampoco
ayuda. Ya lo de la guerra económica nadie lo cree, y cuidado si nosotros
tampoco. Pero nada, el que duda pierde y lo nuestro es llevar adelante esta
revolución que convertirá a nuestra patria en una potencia que superara a
Japón. Claro, con tantos días sin trabajar no entiendo como lo vamos a hacer.
Como buen militante he
decidido poner a la disposición de la revolución mi sapiencia en materia de
firmas. Tengo vasta experiencia en esos asuntos. Mis primeros pininos fue
imitando la de mi mamá en los Boletines del Liceo, años después perfeccioné ese
arte con sus cheques. En materia de invalidación no soy menos. Las primeras que
invalide fueron las que se recolectaron en mi edificio con el propósito de
declararme persona no grata por las parrandas de los fines de semana. Me
percate que fueron recolectadas en horas laborales, por lo que quienes firmaron
fueron los abuelitos. Además lo hicieron de pie y sin apoyo alguno. Ante la
seguridad de que esas firmas estaban chuecas, solicite que se contrastarán con
las de las cédulas de identidad. Se invalidaron el 60 % El resultado: sigo
viviendo allí.
En este caso, dada la
importancia del asunto, consignare en la Oficina para Asuntos Electorales del
Gobierno algunas recomendaciones para cuestionar las firmas de los apátridas.
Se debe comenzar por invalidar las que tienen sobre ellas rayonsitos que
impiden leer con claridad el nombre del firmante, se puede alegar intento de
ocultamiento de la identidad. Las firmas que terminan con piquitos o sombreritos
deben ser invalidadas por sospechosas de falsedad ya que una persona seria no
firma de esa manera. También se pueden desechar las que ocupan más espacio que
el indicado, se debe alegar apropiación indebida de espacio ajeno. Si el que
firma es mayor de 80 años hay que citarlo para que lo vuelva a hacer, si la
segunda firma no es idéntica a la primera se debe asumir que la primera es
falsa, esa es la que vale. Si alguien colocó el nombre y apellido en letra de
molde, hay que invalidarlo, porque eso no es una firma.
Podría dar más
recomendaciones pero no quiero enredar a los encargados de enredar la
validación de firmas. Solo espero que me hagan caso, pues de eso se trata la
democracia participativa y protagónica. Todos tenemos derecho a joder y
fastidiar a la oposición. Ese es un derecho constitucional de acuerdo a la
jurisprudencia que se está instaurando en el país. Si me hicieran caso estoy
seguro que en el proceso de validación de firmas se repetirá con mucha
frecuencia el siguiente estribillo: “esta firma no va, y esta,…. tampoco”.
02-05-16
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