Páginas

miércoles, 3 de agosto de 2016

Efecto destituyente por @fanzinero


Por Rafael  Uzcátegui


En nuestra columna de la semana pasada describimos cómo la figura del Referendo Revocatorio (RR) había sido el mecanismo de democracia directa más interesante de la Constitución de 1999. Asimismo, el que su potencial activación pudiera significar la recomposición del escenario sociopolítico del país, generando condiciones para la emergencia de múltiples identidades, más allá del binomio estéril chavista-opositor, y con ello la re-emergencia de movimientos sociales autónomos de base.

A todo lo anterior queremos agregar un elemento. Las consecuencias múltiples que tendría la presión de un amplio universo destituyente, no sólo limitado a los partidos políticos de oposición, independientemente de la fecha en que se realice el revocatorio. Me explico.


Impedir la realización del RR es casi imposible, salvo que Maduro y su combo se asuman, sin florituras, como una dictadura. Como Chávez terminó midiéndose en uno, hasta el papel de clon juega en contra del ex sindicalista del Metro de Caracas. El oficialismo está colocando todos los obstáculos posibles tanto para desanimar la efervescente potencia destituyente como para intentar que se realice en el terreno en el que puedan hacer la mayor contención de daños posible. Sin embargo, en el momento en que la rectora Tibisay Lucena anuncie su fecha de realización final, debido cronograma mediante, se iniciará dentro del chavismo burocrático, el madurismo realmente existente, un tsunami de insospechadas consecuencias. Y repito, sea en el 2016 o en el 2017.

Que la hegemonía bolivariana tenga fecha concreta de expiración permitirá la expresión de todos aquellos que no se querrán hundirse en el titanicmadurista, por eso el misterio con los tiempos. La lista ya comenzó, como sabemos. No entremos a detallar sus razones, sino las consecuencias: La soledad del poder que alguna vez se pretendió omnímodo e infinito, y con ello su fragilidad. Quienes están pensando en este momento cómo será su futuro político en el post-chavismo, se disputarán la representatividad electoral de un movimiento que aunque se reduzca a su mínima expresión, representa una no despreciable cuota de votos que a corto plazo seguirán siendo fieles al recuerdo del zurdo de Sabaneta –curioso dejavú de los votos que arrastró el perezjimenismo durante las citas electorales post-58-. Habla Tibisay y al día siguiente comienza el deslinde, que incluirá renuncias, meas culpas, críticas y denuncias de todo tipo. Y como demuestra la experiencia, no hay peor odio que los mellizales.

El efecto destituyente no serán sólo acciones en negativo. Como por arte de magia una buena parte de los funcionarios ejercerán sus funciones, o por lo menos lo intentarán. Salvo los kamikazes, un sector del chavismo instituido dejará de usar adjetivos calificativos para referirse a sus contrarios y con fervor adolescente descubrirán que democracia es pluralidad y procesamiento de las diferencias, como diría Mario Moreno, “como caballeros y no como lo que somos”.

02-08-16




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico