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martes, 20 de septiembre de 2016

Unión o hecatombe ¡así de simple!, @jesusalexisgon




Por Jesús Alexis González, 18/09/2016

Asumimos de inicio, que Venezuela se encuentra en impaciente espera para darle formalidad jurídica con transversalidad constitucional a la revocación de N. Maduro,quien de hecho ya lo está en la conciencia de un 80% (o más) de la población que rechaza no solo su pésima gestión sino el catastrófico experimento chavista de una “presidencia colegiada” que alterna titulares acorde con las circunstancias (¡adversidades!); hecho que confiere manifiesta obviedad a que en lo especifico del referendo revocatorio en 2016 el agonizante oficialismo está procurando la fragmentación de la férrea voluntad del soberano, mediante variados subterfugios (huida por debajo o simulada/excusa artifiosa para huir de algo o evitarlo), para alterar su percepción en relación a si es posible (por fin) salir por completo del presente oscurantismo gubernamental (práctica deliberada de evitar que determinados hechos y conocimientos sean difundidos a la población), valiéndose no tanto de su aparente “fuerza” (armas y subordinación militar) sino apelando a la muy vieja estrategia “criolla” de intentar (como en el pasado inmediato lo realizó el dueto chavismo-notables) destruir la imagen de capacidad y honestidad de la dirigencia política  (la  gubernamental en la etapa golpista) y la opositora de hoy focalizada en la MUD, a sabiendas del sadismo (conductas imaginadas con el consentimiento de la otra parte) que se corresponde con el “disfrute” de opinar siempre en contrario o de “nadar felizmente contra la corriente” , en inaceptable comportamiento impulsado tanto por “forjadores de opinión” (que en ningún caso son dueños de la verdad) apoyándose en improperios(injuria grave especialmente como reproche, utilizada para echar en cara algo a alguien) formulados por algunos “voceros de la oposición” que experimentan una repetitiva “fiebre de micrófono” con implícita metedera de “pata” por la declaradera (no siempre ingenua) tal como expresar que es “inaceptable la posición de los 4 países fundadores del Mercosur, de suspender y expulsar a Venezuela de dicho bloque comercial”; y de otros (una clara minoría) que se montan en el caballo de Troya (estrategia para introducirse) o manipulan un virus troyano (en informática, un software malicioso que se presenta como un programa aparentemente inofensivo)con manifiestas intenciones soterradas vinculadas con “proyectos institucionales privados” apartados de lo único importante: VENEZUELA.

Es así, que el “gobierno” en la desesperación de su agonía apela a la miseria humana (carencia absoluta de Valores para causar daño y confusión en personas que se encuentran en un momento de debilidad emocional) con el propósito de desprestigiar y “debilitar” la MUD en pro de  intentar una supervivencia de corto plazo (¿evitar la rendición de cuentas?), soslayando el muy importante detalle que revocar el mandato de N. Maduro (Art. 72 Constitucional) no es una aspiración aislada de los partidos políticos sino que surge de forma armónica con grupos de la sociedad civil y muy especialmente por la iniciativa que emana del firme e irreversible deseo del pueblo (electores o electoras) que ¡desafortunadamente lo eligió!; al tiempo de compartir con la Mesa de la Unidad su rol de “bisagra” organizativa (mecanismo para articular dos superficies separadas generalmente una móvil y otra fija) a los fines de interceder ante los organismos competentes para exigir se cumpla con la aspiración ciudadana, a la luz de un hecho situado en el campo de lo obvio: ¡unidos podemos ser exitosos!

La hecatombe económica (catástrofe o desgracia que produce muchos destrozos y un gran número de víctimas), cuya potencia en el caso venezolano aumenta con un referendo revocatorio “retardado”con la complicidad del poder electoral (minúsculas intencionales) hasta extender la debacle (desastre que produce mucho desorden y desconcierto, especialmente al final de un proceso) al tiempo de satisfacer al chavismo en su  empecinamientode permanecer en el poder como un ejercicio de autoritarismo (régimen político sustentado en el sometimiento absoluto a una autoridad) “ideológicamente” subordinado a la utopía socialista-comunista que ha venido desapareciendo a nivel del planeta tierra ante su efecto demoledor del bienestar, en nada vinculado con un gobierno ajustado a una visión de país. En tal sentido vale resaltar, por ejemplo, que el movimiento chavista ha perpetuado un ineficiente régimen cambiario con tres tasas oficiales dentro de un arco de una mínima disponibilidad de divisas susceptibles de ser destinadas a importaciones y de (lo que más les preocupa) no estar el Presidente en capacidad fiscal (como su antecesor) de efectuar transferencias directas de recursos a los estratos de bajos ingresos que “compensan” con expansión fiscal y un elevado déficit del sector público, mediante un creciente gasto apuntalado con dinero inorgánico bajo la premisa (¿sueño?) de “revivir” (buscando el apoyo popular perdido) el marco de políticas socio-económicas populistas (Misiones) instauradas por H. Chávez. De igual modo, están complementando su maléfica gestión con aterradores controles de precios, ganancias y de distribución (recientemente militarizado con el “Generalato”) en un escenario de contracción económica que ha profundizado la dependencia petrolera y el endeudamiento público, que creció desmesuradamente desde el 2005 a pesar del alza persistente del precio promedio de nuestro crudo a partir del 2003, hasta situar dicho endeudamiento para finales del 2014 en unos US$ 150.000 millones adicional al continuo financiamiento monetario por parte del BCV a PDVSA y a otros entes burocráticos, y del “financiamiento implícito” por más de US$ 23.000 millones por concepto de la deuda comercial del Gobierno Central y de PDVSA por unos US$ 21.000 millones con proveedores y contratistas (en ambos casos). El panorama descrito, se inserta en un amorfo contexto de socialismo de Estado bajo la denominación de “socialismo del siglo XXI” iniciado por H. Chávez en enero 2007 promovido en el Plan Socialista I y II.

Desde un ángulo complementario, resulta pertinente recordar que el CNE convocó el proceso electoral para elegir un nuevo Presidente de la Republica el 09/03/2013 (luego del fallecimiento de H. Chávez) y las elecciones se realizaron el 14/04/2013, quedando marcadamente evidenciado que el ente electoral (cuando actúa correctamente) está en capacidad de organizar un proceso electoral presidencial en 36 días (extensible para el caso de  un referendo revocatorio);siendo así, no debe existir ningún motivo--salvo la trampa oficialista que con toda seguridad impedirá la presión de calle--para que el RR Presidencial en gestación se efectuéantes del 10/01/2017 para luego, en función  a la percepción de los resultados esperados, el CNE organice nuevas elecciones para el 15/02/2007. A tono con ello, debe igualmente exigirse a la MUD que promuevade inmediato la formulación de un Plan Nacional de Desarrollo 2017-2023entendido como un modelo sistemáticoperfilado bajo la figura de herramienta de gestión para concretar acciones en aras de promover el progreso social, económico, cultural, social y político al sentar las bases para atender las necesidades insatisfechas de la población y para mejorar su calidad de vida; iluminando el Plan  la luz del adagio: “Donde está tu corazón ahí está tu tesoro”.


Economista Jesús Alexis González
@jesusalexisgon

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