Venezuela enfrenta un
destino kármico en el Mercosur: ingresó al bloque como miembro pleno gracias a
la solidaridad política de Uruguay, Argentina y Brasil, quienes ahora
utilizaron, junto con Paraguay, la misma ventana y otro artilugio jurídico para
impedir que el país que preside Nicolás Maduro asuma la presidencia pro témpore
del bloque y, al mismo tiempo, abrir la puerta a ser segregada como miembro
pleno de la alianza regional. Esa segunda instancia se resolverá el 2 de
diciembre, plazo fijado como ultimátum en la "nota de consenso"
acordada ayer para que el país caribeño adopte los compromisos asumidos al
momento de su ingreso, so pena de ser "suspendida" en su condición de
miembro pleno de la unión regional.
"Finalmente
solucionamos el impasse creado en el Mercosur por la posibilidad de que
Venezuela asumiera la presidencia del bloque. Los cuatro países fundadores
–Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay– aprobaron hoy una nota de consenso,
según la cual Venezuela no asumirá la presidencia del bloque, que a partir de
ahora será ejercida por medio de la comisión coordinadora formada por un
representante de cada uno de los fundadores. Si al 2 de diciembre Venezuela no
cumple con los compromisos que asumió al inicio de su ingreso, será suspendida
del Mercosur". Con esas palabras el canciller brasileño José Serra comunicó
a través de un post en sus redes sociales la decisión adoptada por los socios
fundadores, que contó con la abstención de Uruguay. En los hechos, como en el
Mercosur las decisiones se toman por consenso, la mano baja de Uruguay al
momento de votar implica su aval a la postura que adoptó el resto. Su negativa
habría hecho naufragar la propuesta impulsada por Brasil, Argentina y Paraguay.
La decisión fue comunicada
asimismo y casi en simultáneo por las cancillerías de Argentina y de Paraguay.
"Esta declaración refleja el consenso alcanzado por Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay para facilitar el funcionamiento del Mercosur y para
coordinar las negociaciones con otros países y grupos de países, así como los
pasos a seguir para asegurar el equilibrio de derechos y obligaciones en el
proceso de adhesión de Venezuela, atento a que este país no ha incorporado
normativa esencial del Mercosur en su legislación nacional", afirmó el
Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.
El gobierno paraguayo de
Horacio Cartes, por su parte, remarcó a través de su cancillería que la
administración de Maduro tampoco ha "suscrito el tratado sobre promoción y
protección de derechos humanos en Mercosur firmado en 2005 en Asunción".
Negociaciones
Desde hace semanas las cancillerías
de los fundadores del Mercosur buscaban la forma de destrabar la parálisis en
la que quedó estancado el bloque a raíz de la transferencia de la presidencia
pro témpore a Venezuela. Esa idea general –que el gobierno uruguayo bautizó
como "salvar al Mercosur"– encontró ayer una fórmula bien concreta.
Para ello, se ampararon en
la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, que permite cambiar el
estatus de Venezuela en la organización por no haber incorporado la normativa
mercosureña a tiempo ni estar en cumplimiento de ella.
El ministro de Relaciones
Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, informó el lunes en el Consejo de Ministros que
los socios fundadores someterían a votación una resolución en ese sentido,
informó ayer El País. El canciller había anticipado que Uruguay iba a
"abstenerse" de tomar una resolución. Fuentes de cancillería
señalaron a El Observador que en este caso "abstenerse" es "no
oponerse", siendo que todas las resoluciones que se adoptan en los órganos
ejecutivos del Mercosur deben ser consensuadas. El gobierno uruguayo quiso
mantener una posición "neutral" que no lo comprometiera con ninguna
de las dos partes.
El director del Departamento
de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica, Ignacio
Bartesaghi, explicó a El Observador que el bloque no tiene definido un sistema
para suspender a un miembro por la no incorporación de normas. La única forma
de promover una suspensión es mediante la aplicación del protocolo de Ushuaia
que prevé la cláusula democrática, un mecanismo que solo Paraguay planteó
aunque nunca llegó a formalizarlo y con el que el presidente argentino,
Mauricio Macri, coqueteó en algún momento.
Al no haber consenso para
recorrer ese camino, los miembros fundadores siguieron la línea que propuso
Brasil, quien –con el cambio de gobierno– puso el acento en el hecho de que
Venezuela no cumple con el protocolo de adhesión.
El Protocolo de Adhesión de
Venezuela –votado por todos los Estados del Mercosur– entró en vigencia en 2012
y abarca cientos de normas que incluyen aspectos comerciales, aduaneros y
migratorios, legislación sanitaria y técnica.
13-09-16
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