Por Roberto Patiño
El llamado de la Mesa de la
Unidad Democrática el pasado lunes 26 de septiembre confirma nuestra posición
acerca de la necesidad impostergable de integrar a las comunidades
populares a los procesos de cambio que actualmente está demandando el
país frente a la situación de crisis que enfrenta.
La MUD solicitó la
participación de todos los sectores de la sociedad en la difícil etapa para
la recolección del 20% de las firmas y lograr la activación del Referendo
Revocatorio. Se enfatizó la necesidad de la presencia de la sociedad civil de
cara a este próximo reto, abriendo un compás de inclusión y encuentro, más allá
del plano electoral, para tener una presencia activa y protagónica en la
presión para lograr el referendo.
Ante el secuestro de las
instancias del Estado y la implementación de una política represiva, ejercidas
por parte del gobierno, creemos que el éxito de los esfuerzos por cambiar la
situación política y revocar la presidencia de Nicolás Maduro, pasa por
laarticulación de los factores políticos con los sectores mayoritarios de la
sociedad. Un espacio donde todos podamos encontrarnos y plantear formas de
manifestación y participación.
Así lo hemos aprendido en
nuestro trabajo en el Movimiento Caracas Mi Convive,buscando
la transformación de la cultura de la violencia a través de la
implementación de políticas de convivencia junto con las comunidades en el
Municipio Libertador. Allí hemos visto cómo las formas represivas y sectarias
para el control de la violencia por parte del gobierno, solo han disgregado y
afectado negativamente a las comunidades, en contraste con las iniciativas
surgidas a partir de la gente, y donde éstas trabajan de forma articulada con
otros entes y organizaciones. Son estas las propuestas que han logrado
prologarse en el tiempo y tener un impacto duradero en las comunidades.
La recolección del 20%
este 26, 27, y 28 de octubre plantea el reto de lograr una
participación masiva en medio de condiciones adversas y frente a un
Estado represor. En las elecciones de 6D de 2015, también se enfrentó
una situación similar, con voceros del gobierno desconociendo de antemano
resultados y apostando a la desmoralización y la inasistencia de la gente. En
la validación de firmas del primero de septiembre, el gobierno activamente
impidió la movilización de firmantes y son reconocidas las trabas logísticas y
materiales que el mismo CNE aplicó en las jornadas. Estas dificultades no
impidieron la realización y la masiva participación (inéditas en este tipo
de comicios) registradas en las elecciones del 6D y el éxito de la validación
de firmas, con casos emblemáticos de personas que permanecieron hasta tres días
seguidos en los centros de validación, o se desplazaron desde locaciones
remotas, incluso a pie.
El 6D, el 1%, y el 1°
de septiembre son los precedentes de una épica de la gente, una épica de
convivencia, que va construyendo, entre todos, formas de resistirse a la
violencia. Las jornadas del 20%, en octubre, deben ser un paso más en esa
dirección, un paso más de participación que derrota al sectarismo del gobierno.
También obligan a
los factores políticos representados por la MUD a coordinar esfuerzos
con diferentes sectores de la sociedad, abriéndose a nuevas propuestas y
liderazgos locales, estableciendo canales de comunicación clara y transparente
y reconociendo las expectativas y exigencias de gran parte de la población.
La activación
del revocatorio es vista, más allá de su alcance político, como un
mecanismo para que se produzcan cambios reales que reviertan efectivamente
la terrible situación de hambre, padecimiento y violencia que constituye la
diaria realidad de los venezolanos. Revocar el gobierno de Nicolás
Maduro se percibe como la única forma de cambiar las políticas económicas
y sociales que han generado las crisis de alimentación, salud e inseguridad que
nos afectan.
Las comunidades populares y
las clases medias de nuestro país están exigiendo respuestas y el Estado
solo ha implementado planes sectarios e ineficaces y formas de represión y
desconocimiento. La exigencia popular es de priorizar la solución de estos
problemas a través de maneras de participación donde las comunidades y las
personas sean sujetos activos, reconocidos y articulados con el resto de la
sociedad. Las jornadas del 26,27 y 28 de octubre deben materializar el
encuentro de las clases medias y populares en esta necesidad de
participación y no violencia.
En nuestra experiencia
en el Municipio Libertador hemos visto casos donde frente a las
condiciones más adversas y brutales, la gente ha reaccionado a través de los
lazos de convivencia y solidaridad. En el encuentro y el reconocimiento
del otro se ha encontrado la fuerza para materializar soluciones. El momento
actual que atravesamos como país también es de conflicto y dificultad, pero nos
plantea la oportunidad de reconocernos en nuestra diversidad, actuar en
conjunto y articularnos en un frente conjunto y masivo.
Es una tarea difícil y llena
de obstáculos pero también la única forma para exigir y producir los cambios
que estamos necesitando y que encuentran en el Referendo Revocatorio una
primera y fundamental vía.
Coordinador de Movimiento Mi
Convive
Miembro de Primero Justicia
03-10-16
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