Por Susana Morffe,
15/10/2016
Cada vez con los
días, y deseamos que no siga con los años, la situación del país se va
convirtiendo en una bomba de tiempo, como la anunciada Tercera Guerra Mundial.
El presupuesto de la nación quedó consumado por una vía distinta. Voces del
área política, militar, económica y colectiva, van
colocando un grano de explosión con sus anuncios verbales y escritos, por lo que tenemos y lo que ha de venir. Nada estimulante para brindar tranquilidad a
una población arrodillada, tal como la querían.
Años atrás, el
General (r) Guaicaipuro Lameda escribió en detalle lo que a juicio ha sido una
“conspiración extranjera” que se gestó en La Habana, con los cerebros
tenebrosos de Fidel Castro, su hermano y el combo que los acompaña. El escrito
ha vuelto a circular por las redes sociales, titulado “La receta de Fidel”.
En líneas
generales, Lameda acentuó una “receta política” que se ha ido ejecutando en
Venezuela, interrumpida brevemente por el
fallecimiento del líder revolucionario eterno del país y agudizada por el inapropiado heredero, aún en vigencia.
Hemos leído de
nuevo cada uno de los ingredientes de la “receta” que se la dio a conocer
Castro a Lameda, durante un almuerzo (año2000) escenario bien apropiado para
crear la “receta” y llamar la atención de una de las exquisiteces: “Empobrecimiento colectivo como medio de
dominación política”. Se agrega: “A la gente hay que mantenerla ocupada aunque
sea buscando comida. Mientras buscan cubrir sus necesidades básicas,
manténgalos presionados con los cuerpos de seguridad e inteligencia para que no
murmuren y sientan temor”.
La estrategia, que sin duda es un plato
monumental de atrocidades para digerirlo en el Sahara, tiene un tiempo de cocción de 30 años. “Tres
generaciones, los mayores se resisten pero desaparecen por razón natural de
edad, los jóvenes viven la ambigüedad entre lo que impone la revolución y lo
que le transfieren los mayores, y finalmente los niños que aprenden lo que les
inculca la revolución. Eso requiere un mínimo de 30 años hasta que los niños
formados con nuevo pensamiento puedan llegar a posiciones de poder”, se lee en
la “providencia militar”.
Con todo lo que ha ocurrido hasta el
momento, la “receta” sigue en el horno. El desmembramiento del poder
legislativo de la nación es apenas un aperitivo de acuerdo al estilacho cubano
y lo del revocatorio resultará un postre para quien guste de lo agridulce.
Leyendo toda la tenebrosa estrategia
castrense contra nuestro país y la maltrecha democracia, la cual sucumbe por
horas y de la manera más barata, me detuve en los comentarios que generó el
escrito del General Lameda.
De una u otra manera todos los lectores
coinciden en la pregunta dirigida a Lameda: ¿Por qué no lo dijo en su momento y
esperar tantos años para divulgarlo? Algunos creen que la conspiración es
interna.
Incluso, si todo lo apuntado es verdad,
un lector anónimo pregunta: “¿Por qué hay tan pocos políticos y analistas que
tocan este tema y la inmensa mayoría nunca se refiere a él? ¿Por qué la
Asamblea Nacional calla frente a lo que es el tema medular en esta tragedia
nacional? ¿Por qué el gobierno de Obama que ha dado todo a Cuba y no ha
obtenido nada, sin embargo ratifica el decreto contra los chavistas? ¿Hay gente
de la oposición, como se ha denunciado, actuando a favor de la dictadura cubana
en la organización de eventos para la inversión en la isla? ¿Quién entiende y
explica esta maraña de asuntos turbios?”.
Después de una
“verdad” tan añeja como la descrita, la misma que repitió Lameda hace años por
un medio de comunicación social, preguntamos: ¿Habrá algo más que esperar para
actuar? Ojalá el epilogo de esta obra se resuelva en Venezuela para no concluir
con la frase “tarde piaste”.
Susana Morffe
@susanamorffe
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