Por Henrique Capriles
La forma en que los Estados
manejan sus relaciones internacionales se conoce como diplomacia, siempre
buscando actuar de manera prudente con otros Estados. Pero en los últimos años,
la diplomacia venezolana se ha convertido en una real imprudencia y ha dejado
muy mal parado a nuestro país en el mundo.
A eso llegamos porque el
servicio exterior actual venezolano tiene por características la desprofesionalización,
ideologización y nepotismo. Al inicio de la mal llamada revolución se intentó
mantener la diplomacia basada en formación y méritos profesionales, pero con
los años eso fue cambiando, se eliminó por ley el límite de jefes de misión
nombrados por el presidente, dejaron de convocarse oposiciones para ingresar en
el cuerpo y los que ya habían probado su concurso no fueron enviados a
misiones, además se jubiló a un buen número de funcionarios de carrera.
Es así como hijos o hermanos
de altos funcionarios, dirigentes partidarios, generales, almirantes o ex
ministros, se convirtieron en los nuevos diplomáticos venezolanos. Lejos de
tener estudios para la función que debían desempeñar, la asignación a estos
cargos se hizo por su nivel de lealtad con el régimen psuvista.
La actual canciller, por
ejemplo, ha sido noticia en el mundo por varias declaraciones fuera de tono o
de lugar, como la que hizo acerca del abastecimiento de alimentos en Venezuela.
Esa señora fue la que dijo que podíamos alimentar a tres naciones, y que aún
niega ante las instituciones y organismos internacionales la crisis de
alimentos y medicinas que se vive en Venezuela. Es la misma que busca imponerse
en el Mercosur como si fuera el Rey sentado en un trono. Y ella misma es la que
desmiente que los dos venezolanos detenidos y condenados en Estados Unidos,
condenados por el delito de narcotráfico, llegaron a tener pasaportes
diplomáticos.
Obviamente, es la famosa
forma del gobierno de huir hacia adelante para intentar silenciar un caso de
narcotráfico que involucra directamente a un número importante de enchufados.
Pongamos los hechos a la
vista: La Fiscalía estadounidense mostró pruebas incriminatorias, como
transcripciones de audios y mensajes de texto de teléfonos celulares en las que
Efraín Campos Flores y Franqui Francisco Flores, revelaron su participación
directa en la operación que pretendía el traslado de 800 kilogramos de cocaína
desde Venezuela a Honduras, y que tendría como destino final Estados Unidos.
Según se desprende del juicio, la droga que traficaban provenía de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la sacaban por el aeropuerto de
Maiquetía a través del hangar presidencial. La aeronave era piloteada por Pedro
Miguel Rodríguez, efectivo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Para quien no lo sabe, la
seguridad de todos los aeropuertos venezolanos es manejada por la Guardia
Nacional venezolana y es un grupo de élite quien maneja específicamente la
seguridad en la rampa presidencial.
Yo entiendo que voceros del
gobierno hayan querido ser prudentes dada la relación de los dos venezolanos
con quien ocupa el palacio de Miraflores, pero el silencio no es opción. Las
acusaciones son graves y el gobierno debe dar una explicación de que esto pase
en sus narices.
Este es un caso que debe
llevarse hasta las últimas consecuencias. En cualquier lugar del mundo ya se
hubiese abierto una investigación, pero claro, en Venezuela, mientras los
enchufados impiden el ingreso de ayuda humanitaria al país para que entren los
alimentos y las medicinas que tanta falta hacen en este momento, permiten la
salida de aeronaves con droga desde Venezuela hasta el exterior, el colmo es
que ahora el problema son los pasaportes y no la droga ¡El mundo al revés!
Pero los venezolanos no podemos
perder nuestra capacidad de asombro y reacción con las acciones de un gobierno
que permanece a espaldas de lo que el pueblo requiere con urgencia.
No es posible que por culpa
de un modelo fracasado que ha desatendido sus competencias, violando de esa
manera los derechos humanos de todos los venezolanos, la mortalidad por cáncer
en nuestro país vaya aumentar 11% en 2016. La Sociedad Anticancerosa de
Venezuela pronostica que habrá entre 25.594 y 25.754 muertes por dicha causa.
Nuestro pueblo se está muriendo de mengua y el gobierno sigue negándose a que
se abra el canal humanitario para que ingresen medicinas. Peor aún, se apropian
de los medicamentos de Cáritas declarando un supuesto “abandono legal” para
hacerse de ellos aprovechándose de la buena voluntad de los que intentan ayudar
a nuestro país.
Tenemos muchos problemas y
no se está haciendo nada para resolverlos. Dejamos de ser el país de las
maravillas para convertirnos en el país de las dificultades. La Canasta
Alimentaria en el mes de octubre se ubicó en 429.000 bolívares, mientras que la
Básica se situó en 575.000 bolívares.
¿Qué bolsillo puede aguantar
la subida continua de precios? Por mucho que el gobierno decrete ajustes
salariales, mientras no se tomen correctivos que hagan que nuestra economía se
reactive los aumentos serán un simple saludo a la bandera.
En el mes de octubre, para
cubrir la Canasta Básica Familiar se requerían 14.300 bolívares diarios, es
decir, se necesitaron 19 salarios mínimos. La diferencia entre los precios
controlados y los precios de la calle es de 3.913%, mientras que el 40%
de los productos básicos no se consiguen. Altos costos y escasez, eso
es lo que padecen los venezolanos en su día a día, la inseguridad, que era el
principal problema de los venezolanos, pasó a un segundo plano tras la angustia
de no saber si vas a poder llevar alimento a tu familia cada día.
Vamos de mal en peor, pues a
la caída en la producción nacional se suma el declive en las importaciones que
cada vez es mayor, aunque intenten mostrar lo contrario con una supuesta
navidad adelantada, porque decretaron navidad el 1 de Noviembre, pretendiendo
hacer una nueva especie de Dakazo, y eso tampoco han podido aparentarlo. Así de
grave es la situación.
Históricamente la mercancía
para vender en diciembre llegaba en septiembre, pero en ese mes solo 12 buques
atracaron en el puerto de La Guaira, 75,51% menos que los que llegaron en
septiembre de 2013.
Si buscamos la causa de esta
baja en el ingreso de productos importados, podemos concluir que el gobierno no
está asignando divisas. Esto agrava aún más la parálisis económica que se vive
en el país, incluso ante la contracción de la actividad en los puertos, muchas
empresas que prestan servicios en las aduanas están adelantando las vacaciones
colectivas. Lo mismo está pasando con el parque industrial, ya que debido a la
reducción en el trabajo se están adelantando vacaciones a los trabajadores.
Seguimos rumbo al colapso
total. Urge un cambio en el modelo económico que permita la reactivación del
sector industrial, que recupere el poder de compra de los venezolanos y que
permita llenar los anaqueles del país, eso es lo que oculta la diplomacia
psuvista, es la negación de todo.
La única forma de conseguir
esa transformación es cambiando al gobierno, y el camino es el electoral,
porque es lo que nos va a permitir construir un cambio duradero. Tenemos que
recuperar nuestro derecho al voto, secuestrado por el gobierno. Por eso
insistimos en que si el diálogo no lleva a un proceso electoral, es
completamente inútil.
El pueblo debe estar
organizado y movilizado para que con la presión de calle se libere el
Revocatorio. Si no defendemos el Revocatorio y todos nuestros derechos, no hay
garantía de que volvamos a tener elecciones. Mantengamos claro el norte y no
abandonemos nuestros objetivos. ¡Venezuela quiere cambio! ¡Qué Dios bendiga a
nuestra Venezuela!
27-11-16
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