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lunes, 28 de noviembre de 2016

Resolución pacífica de conflictos en 5 C por @luisaconpaz


Por Luisa Pernalete


En otra oportunidad hemos hablado de Derechos Humanos en 6 D, ahora ofrecemos nuestro esquema de resolución pacífica de conflictos en 5 C, que es posible que no sea útil para conflictos con C mayúscula, como los bélicos, por ejemplo pero aun en esos grandes, con muertos de por medio, se requieren algunos de los verbos-acciones que propongo.

Pensemos en esos conflictos familiares, escolares o vecinales. ¿Por dónde comenzar cuando aparecen y los queremos resolver?



1. Cálmese. Es lo primero, y a veces lo segundo y lo tercero, porque en el proceso se puede perder la calma. Una persona llena de rabia, alterada, ofuscada, no puede resolver favorablemente un conflicto. La rabia impulsa acciones, pero si no se controla, las acciones serán descontroladas y probablemente agravará la situación. La madre muy brava podrá resolver el problema pegándole al hijo para que aprenda y no lo haga más, o la vecina furiosa insultará al vecino, y podemos anticipar desde ya mayores problemas. Hay que calmarse, bajarle dos como se dice ahora. Así que: cálmese, respire profundo, cuente hasta 10, o hasta 20 si fuere necesario.

2. Converse. No sé en donde leí que conversar supone -o significa, conversión, cambio pues. Conversar para resolver un conflicto implica que se escuchará al otro, que no se está esperando que el otro termine de hablar para literalmente caerle encima con insultos y descalificaciones y en casos extremos, con golpes… Se conversa para entender al otro, para encontrar una salida favorable al conflicto. En ocasiones se requiere de un mediador, o al menos algún testigo que pueda ver lo que las partes en conflicto no ven, y a veces, si el caso es muy grave y complejo, habrá que buscar un árbitro que ponga orden en esa conversación. Claro, ese tercero debe ser aceptado por las partes y debe ser imparcial ¿Me siguen?


3. Comprométase. Hay que llegar a algunos acuerdos, consensuados por supuesto. La hija no irá a fiestas hasta que no pase las materias y la madre no estará rezongando todos los días con su disco rayado de Te lo dije; el vecino se compromete a no seguir echando la basura en el pasillo; el estudiante se compromete a respetar al compañero… las partes se comprometen a no seguirse insultando, o no se detiene a más nadie de manera arbitraria, o todo el mundo respeta la Constitución… en fin, se exploran posibilidades para que la situación conflictiva no continúe.

4. Caminen juntos. Se acompaña al otro. Es parte del compromiso. La madre, que quiere a su hija, supervisará que la chica estudie a diario, le acompañará. La vecina estará pendiente… la profesora guía vigilará que el estudiante agresivo respete en todo momento al estudiante agredido… se hará seguimiento a las partes para que no se insulten, para que se respete la Constitución.

5. Confíe. Esta puede ser la C más difícil en muchos casos. La confianza es básica, pero es posible que cuando el conflicto ya tiene tiempo andando la desconfianza sea muy grande y aunque hay interés en resolver el conflicto, se hace un esfuerzo por recuperar confianza u obligar de manera no violenta a la otra parte a que cumpla.

Lo deseable sería añadir otra “C”, la de cariño. Cuando se trata de la familia, normalmente existe, cuando se trata de la sociedad, Gandhi decía que se debía terminar amigo del oponente y Jesús decía que hay que amar a los enemigos. En todo caso en Venezuela la mayaría se debe querer a sí misma y lo que esperamos, por el bien de todos, es que estas 5 C sean parte del proceso que nos permita vivir en paz.

25-11-16




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