Por Luisa Pernalete
En otra oportunidad hemos
hablado de Derechos Humanos en 6 D, ahora ofrecemos nuestro esquema de
resolución pacífica de conflictos en 5 C, que es posible que no sea útil para
conflictos con C mayúscula, como los bélicos, por ejemplo pero aun en esos
grandes, con muertos de por medio, se requieren algunos de los verbos-acciones
que propongo.
Pensemos en esos conflictos
familiares, escolares o vecinales. ¿Por dónde comenzar cuando aparecen y los
queremos resolver?
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1. Cálmese. Es lo
primero, y a veces lo segundo y lo tercero, porque en el proceso se puede
perder la calma. Una persona llena de rabia, alterada, ofuscada, no puede
resolver favorablemente un conflicto. La rabia impulsa acciones, pero si no se
controla, las acciones serán descontroladas y probablemente agravará
la situación. La madre muy brava podrá resolver el problema pegándole al
hijo para que aprenda y no lo haga más, o la vecina furiosa insultará al
vecino, y podemos anticipar desde ya mayores problemas. Hay que
calmarse, bajarle dos como se dice ahora. Así que: cálmese, respire
profundo, cuente hasta 10, o hasta 20 si fuere necesario.
2. Converse. No sé en donde
leí que conversar supone -o significa, conversión, cambio pues.
Conversar para resolver un conflicto implica que se escuchará al otro, que no
se está esperando que el otro termine de hablar para literalmente caerle encima
con insultos y descalificaciones y en casos extremos, con golpes… Se conversa
para entender al otro, para encontrar una salida favorable al conflicto. En
ocasiones se requiere de un mediador, o al menos algún testigo que pueda ver lo
que las partes en conflicto no ven, y a veces, si el caso es muy grave y
complejo, habrá que buscar un árbitro que ponga orden en esa conversación.
Claro, ese tercero debe ser aceptado por las partes y debe ser
imparcial ¿Me siguen?
3. Comprométase. Hay
que llegar a algunos acuerdos, consensuados por supuesto. La hija no irá a
fiestas hasta que no pase las materias y la madre no estará rezongando todos
los días con su disco rayado de Te lo dije; el vecino se compromete a no
seguir echando la basura en el pasillo; el estudiante se compromete a respetar
al compañero… las partes se comprometen a no seguirse insultando, o no se
detiene a más nadie de manera arbitraria, o todo el mundo respeta la
Constitución… en fin, se exploran posibilidades para que la situación
conflictiva no continúe.
4. Caminen juntos.
Se acompaña al otro. Es parte del compromiso. La madre, que quiere a su hija,
supervisará que la chica estudie a diario, le acompañará. La vecina estará
pendiente… la profesora guía vigilará que el estudiante agresivo respete en
todo momento al estudiante agredido… se hará seguimiento a las partes para que
no se insulten, para que se respete la Constitución.
5. Confíe. Esta puede
ser la C más difícil en muchos casos. La confianza es básica, pero es posible
que cuando el conflicto ya tiene tiempo andando la desconfianza sea muy grande
y aunque hay interés en resolver el conflicto, se hace un esfuerzo por
recuperar confianza u obligar de manera no violenta a la otra parte a que
cumpla.
Lo deseable sería añadir
otra “C”, la de cariño. Cuando se trata de la familia, normalmente existe,
cuando se trata de la sociedad, Gandhi decía que se debía terminar amigo del
oponente y Jesús decía que hay que amar a los enemigos. En todo caso en
Venezuela la mayaría se debe querer a sí misma y lo que esperamos, por el bien de
todos, es que estas 5 C sean parte del proceso que nos permita vivir en paz.
25-11-16
http://www.correodelcaroni.com/index.php/opinion/item/51931-resolucion-pacifica-de-conflictos-en-5-c
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