Por Héctor Silva Michelena
Hace más de una centuria,
escribía Rubén Darío en Lo Fatal: “Dichoso el árbol, que es apenas
sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más
grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un
futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la
vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne
que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres
ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...”
Está en Cantos
de Vida y Esperanza (1905). Habla de la muerte. Habla de la vida. Las
contrapone. Es el grito del deseo de la muerte y el miedo a morir. El yo
poético toma como dichosa la piedra por no sentir, pues no hay más martirio,
más pesadumbre, que ser conscientes de la vida, del sentimiento de vivir.
Podría tomarse como un poema existencialista, pero entendido dentro de las
características del movimiento literario: El asco a la vida y una inmensa
tristeza, acompañada de angustia y de melancolía.
Es también el sufrimiento de
la vida y el mal que hace pensar en la muerte. La preocupación de que pronto
todo va acabar, y ojalá acabe, pero ojalá no porque da miedo. Sufrir por lo
desconocido. El miedo viene de ahí: de lo desconocido, de donde también viene
el sufrimiento. Y la proximidad de la muerte, y el no querer morir por miedo, y
el querer morir por hastío. Y por último la oposición más clara: la
incertidumbre de no saber a dónde vamos y lo inexplicable de saber de dónde
vinimos. No se pide permiso para nacer o morir, ni se explica para qué está el
hombre en este mundo. El poema se sitúa en la época poca anterior a la Guerra
Mundial, enlazado con una profunda crisis espiritual que afectaba a todas las
clases sociales, crisis que también afectó a Darío.
Estas preguntas ante la
existencia son universales, hombres y mujeres de todos los tiempos se han
planteado en alguna ocasión estas cuestiones. En la actualidad la sociedad está
aterrada ante su futuro, pero no tanto a causa de una crisis personal sino
debido a una crisis que afecta a la economía y la sociedad en general y hace
carecer de trabajo, alimento, salud y seguridad a un gran porcentaje de
personas. Debido a la precariedad de la vida y la anomia que vivimos, y la
falta de una luz en el horizonte, la población, pero más concretamente la
juventud y la vejez, vive atemorizada por su futuro y por la forma en que
obtendrán lo necesario para sobrevivir.
A su vez los jóvenes
actuales que consiguen trabajar no pueden disfrutar de un estilo de vida
despreocupado ya que deben dedicarse casi exclusivamente al trabajo hasta una
edad avanzada, viviendo agónicamente para producir y temiendo quedarse sin la
fuente de su sustento en cualquier momento. Cuando ya no son productivos la
sociedad les excluye y sólo “les aguarda la tumba con sus fúnebres ramos”.
Tampoco saben de dónde ha surgido la crisis que les afecta pero sufren sus
consecuencias y sin rumbo cierto ni trabajo fijo temen tanto por la mala
situación laboral que les están haciendo sufrir unas malas condiciones de vida
como por el futuro económico que parece estar empeorando y en el cual no hay
lugar para ellos ni sus familiares.
Con estos versos
clarividentes podemos describir la crisis humanitaria y la dictadura en
Venezuela, donde el gobierno ha demolido a la República democrática y abolido
la soberanía popular; en Siria donde el ISIS masacra al pueblo en Alepo con el
silencio de Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros cómplices de pasividad. Insisto
que en Venezuela las 6.000 protestas habidas durante este (Observatorio
Venezolano de Conflictividad Social) año no se han convertido en una fuerte
corriente política orientada a cambiar un mal gobierno, que nos golpea y
angustia a todos, incluidos los que, sin ser dogmáticos, simpatizan con el
régimen. Prueba de ello es el enorme rechazo (en torno al 80 por ciento) a la
gestión de Maduro y su circulillo milico-civil, quienes se han apoderado del
poder para su uso y abuso exclusivo.
Son, pues, perros de presa,
terribles sabuesos como el de los Baskerville, la terrorífica novela de Sir
Arthur Conan Doyle, escrita en 1902. “Todo el páramo estaba cubierto de un velo
de melancolía”. Terreno yermo, raso y desamparado. Hugo y sus cómplices habían
secuestrado a una hermosa doncella. Hugo se adelantó. Al encontrar al perro
vieron que estaba parado frete al estrecho valle que tenían delante. Fue
entonces cuando a la luz de la luna vieron en un claro a la joven doncella
tirada en el suelo, cansada. Pero lo que les horrorizó fue el cadáver de Hugo,
sobre el que estaba encima, desgarrándole el cuello, un sabueso infernal, ojos
de azufre, grande y negro.
El distinguido profesor
Roberto Casanova, en un artículo escrito en este diciembre
en Prodavinci, nos dice con claridad: “La Mesa de la Unidad
Democrática es, por diseño, una instancia político-electoral y, como tal, ha
tenido importantes logros. El más reciente fue la resonante victoria
parlamentaria del 6D y lo ocurrido luego no debe desmerecerlo. A pesar de ello
está claro que la MUD –como instancia político-electoral, insisto– no ha estado
a la altura de otros dos desafíos: articular la protesta social y diseñar un
plan de desarrollo nacional. La razón de este hecho es tan sencilla como
contundente: la Mesa no ha logrado cumplir con ese cometido porque no puede
hacerlo. La Mesa tiene una lógica determinante: dar forma y ejecutar acuerdos
político-electorales. Nada más y nada menos”.
Una apreciación certera, a
mi juicio. Luego nos propone:” La MUD debe dar paso al MUD. La Mesa debe
convertirse en parte de un Movimiento de Unidad Democrática. No siempre evolucionar
consiste en destruir para crear. En ocasiones evolucionar supone incluir para
trascender. Nuestro reto como oposición (o, mejor dicho, como resistencia ante
la dictadura) no es acabar con la Mesa sino diseñar otras instancias, otros
sistemas funcionales que atiendan a procesos que la Mesa, dada su naturaleza,
no puede liderar. La acción opositora debería contar pues con tres instancias,
cada una con un ámbito de acción propio: 1) Procesos político-electorales (la
Mesa), 2) Protesta social y, 3) Plan de desarrollo. Estas tres instancias
conformarían el Movimiento de Unidad Democrática (MUD). La Mesa se trascendería
a sí misma al incluirse en un sistema más complejo y con mayor capacidad para
responder a nuestros principales desafíos colectivos. No ahondaré aquí en los
cambios internos que la Mesa debería experimentar pues pienso, con toda
honestidad, que quienes la integran lo saben bien. Me parece más pertinente
ofrecer algunas ideas en relación con las otras dos instancias que, junto a la
Mesa, constituirían al MUD”. Esas ideas, muy bien pensadas, pueden leerse en el
enlace: http://prodavinci.com/blogs/oposicion-reinventada-por-roberto-casanova/.
¿Por qué digo que 2016 es, o
fue un año de trece meses? Porque en diciembre de 2015 ocurrieron dos hitos
importantes: uno, el 6-D, que marca con oro la abrumadora victoria de la
Oposición en las elecciones a la AN; otro, que marca los negros designios del
régimen, encabezada el 23 de diciembre por Diosdado Cabello y “su asamblea
sumisa”, al nombrar contra la Carta Magna a 13 Magistrados principales y
21 suplentes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Con coraje, El diputado
Andrés Velásquez, rechazó la designación de los magistrados y afirmó que “sin
duda alguna creo que estamos en presencia de un asalto, de un desesperado
asalto, de un acto más de desmantelamiento de la institucionalidad del país y
esta sesión podríamos definirla como la sesión del miedo”.
El cielo está encapotado y
anuncia tempestad. Mas recordemos aquel proverbio hindú: “Detrás de una nube
negra brillan mil soles”. Y al sabio Hawking: “Mientras hay vida hay
esperanza”. Y agregó en Tenerife, durante el festival científico Stramus:
“Merry Christmas. En cierto modo mi discapacidad ha sido una ayuda. Me ha
liberado de dar clases o participar en aburridos comités y me ha dado más
tiempo para pensar e investigar"
¡Feliz Año pues, a pesar de
los pesares!
30-12-16
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