Prensa UNT 22 de diciembre de 2016
@partidoUNT
¨Me
coloco al lado de la gente que está obstinada de escuchar la retorica violenta,
la repetición y el recordatorio de sus problemas sin darles soluciones¨
La
Navidad a pesar de la grave crisis que vive el país, es una ocasión singular
para abrir paso a valores tan importantes como el amor, la solidaridad y el
reencuentro. Hoy más que nunca los líderes de todos los sectores debemos asumir
posturas personales y políticas con sentido de grandeza. Cada venezolano es
responsable de sus actos. Cada dirigente es responsable de su actuación
asumiendo su pensamiento y conducta con transparencia. Cada uno de los
dirigentes políticos tenemos la obligación de rendir cuentas de lo que hacemos
ante el pueblo venezolano y sus organizaciones.
Buena
época la Navidad para reflexionar sin caer en el pantano de la politiquería, la
calumnia y la actuación infame y mediocre que se mueve en la ambición desmedida
y de la cual he sido víctima en varias oportunidades. Llegará el día que sin
limitaciones pueda hablar claro y enfrentar a los cobardes y traidores que se
escudan en el injusto transe que hoy vivo. A esos oportunistas que no les
importa el país, sino el cargo o el puesto que buscan inescrupulosamente.
Entiendo
el desespero de la gente en medio de las revueltas y precarias condiciones que
tenemos, pero la dirigencia política y el pueblo no deben caer en la trampa de
la violencia, ni dejarse aplastar sus derechos. No seamos indiferentes,
pasivos, ni violentos, sino racionales y protagonistas de las transformaciones.
Lamentablemente,
ante el desastre que vive nuestro país, hoy más que nunca se confirma lo que ha
venido siendo nuestra posición clara y firme de oposición a este fracasado y
obsoleto modelo político y económico que gobierna al país. También nuestro
rechazo a las tentaciones, a la violencia y la confrontación irracional porque
son un salto al vacío, que no nos conduciría a ninguna solución sino que por el
contrario agravarían la crisis, convirtiendo a Venezuela en escombros y
cenizas, como antes ha ocurrido, la fatalidad de la muerte y sus secuelas. En
un escenario de irracionalidad el país seguirá peor, no habrá manera de
solucionar la crisis general que afecta a todos los venezolanos. Es temerario y
peligroso que persistan posiciones extremas en ambos bandos, donde unos
pretenden aplastar a los otros, lo cual es una torpeza descomunal. Lo más grave
es que la agenda y el día a día de la política, son diferentes al día a día de
los venezolanos sumidos en el dolor y la angustia.
El
gobierno, como responsable de la crisis, tiene la obligación política de
rectificar el rumbo, tomar medidas urgentes económicas y sociales, para evitar
males mayores; así como la construcción de mecanismos para solventar la crisis
institucional. El pueblo exige soluciones inmediatas a la calamidad de escasez,
de alimentos y medicinas. Que se establezca un mecanismo o figura legal,
cualquiera que sea, que permita el aporte, la donación o el crédito
internacional para atender esta grave situación. Es el hambre, es el enfermo
sin medicamento lo prioritario. El alto costo de la vida y la inseguridad,
tienen que ser atendidos.
El
objetivo de la democracia, la propia justificación de los partidos políticos y
la existencia de los líderes políticos, es conducir a la sociedad a la paz y la
prosperidad, manejar los conflictos y puntos de vista. La política no es solo
la confrontación partidista, mucho menos adueñarse del poder, porque termina la
ambición y no la idea siendo la palanca de la sociedad. Son muchos años de
agravio que lleva la política venezolana, de acumular venganzas, sin dejar
espacios para rectificar y olvidar, mientras el país se ha venido
desmantelando.
No
acepto ni comparto el ambiente descompuesto, donde el odio y el rencor florecen
como epidemia, apartados de propuestas y soluciones. Me coloco al lado de la
gente que está obstinada de escuchar la retórica violenta, la repetición y el
recordatorio de sus problemas sin darles soluciones. De promesas de un mejor
futuro a costas de un presente peor y catastrófico, sin alternativas, ni
soluciones concretas a sus calamidades.
La
Navidad con su significado piadoso, anímico y de tradiciones, nos mueve a salir
de los sueños muertos, para buscar un futuro que será luminoso. Pido al Niño
Dios que del fondo del alma nos brote la fe y el amor para salir de esta
tormenta. Un abrazo a mis compañeros de exilio con quienes compartí seis años
de mi vida. A los presos políticos, al tener un año y dos meses en prisión. A
pesar de todo Feliz Navidad al pueblo de Venezuela.
@partidoUNT
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