Por Redacción de crónica uno
El Observatorio Venezolano de
Violencia (OVV) hizo público su informe anual de 2016 en el
que estima que el país registró una tasa de 91,8 muertes violentas por cada
100.000 habitantes, con un total de 28.479 fallecidos por esta causa. Esto deja
a Venezuela en el segundo puesto entre los países con mayor violencia letal en
el mundo, sólo superada por El Salvador. “En Venezuela se ha expandido la
violencia, en sus modalidades y en su gravedad”, señala la organización.
La ONG atribuye el
incremento de la violencia al proceso de “destrucción de la institucionalidad”,
la “partidización” del sistema de justicia, especialmente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)
y el bloqueo de mecanismos electorales previstos en la Constitución que “han
peligrosamente cerrado los caminos para los procesos pacíficos de resolución de
conflictos”.
En el texto el organismo
también destaca que durante 2016 el delito se hizo más violento. “Un aspecto
que llamó mucho la atención fue la proliferación del uso de granadas en
enfrentamientos con los cuerpos policiales, situaciones de secuestros y en
conflictos a lo interno de las prisiones. El uso de armamento de guerra
permitió no solo enfrentamientos abiertos en batallas defensivas con las
fuerzas de seguridad, sino el pase a la ofensiva con emboscadas y ataques a las
sedes policiales”.
También destacaron el
incremento de los asesinatos a grupos de varias personas. “Las masacres de
Tumeremo, Cariaco o Barlovento son una expresión conocida, pero se estima que
en 2016 ocurrieron al menos 22 asesinatos múltiples en cada mes calendario. Una
cifra preocupante que muestra la expansión de la violencia en el país”.
El Observatorio indicó que
el incremento de la violencia en los delitos ha provocado una respuesta similar
en los cuerpos policiales y militares. De acuerdo con la ONG, menos del 10% de
la población considera como buenos o confiables a la policía, los tribunales o
las penitenciarías.
“En nuestros estimados de
los años anteriores, habíamos calculado que el 65% de los casos clasificados
como de resistencia a la autoridad eran fatales. Este año, a partir las cifras
primarias que disponemos de nuestros estudios, nos muestran que ese porcentaje
se incrementó de una manera importante y para el año 2016 estimamos que al
menos el 80% de los casos de resistencia a la autoridad concluyeron en
muertes”.
Delitos por hambre
El informe también destaca
que el empobrecimiento y la escasez de alimentos incidieron en un “incremento
generalizado” de los “robos por hambre”.
“Los robos colectivos, los
saqueos, a negocios y transporte de alimentos han sido una modalidad violenta
que se ha incrementado en el país y aunque hay casos que han alcanzado
notoriedad, como lo saqueos en Cumaná en junio, en San Cristóbal en julio, o en
Ciudad Bolívar en diciembre, son muchos más frecuentes y generalizados”.
En el informe también se
alerta sobre el aumento de los linchamientos debido a la alta impunidad en el
país, que crea un sentimiento de desamparo en la población. También se reporta
la actitud “cómplice y tolerante” de los cuerpos policías.
“En el 2016 se ha visto un
incremento importante , registrándose cada semana entre 1 y 3 linchamientos con
víctimas fatales (…) Tercero, en los estudios de años anteriores se había
observado que los linchamientos tenían como víctimas a personas que habían
cometido crímenes horribles, asesinos o violadores, mientras que en 2016 se
observó intentos de linchamiento de personas que cometían delitos menores,
hasta ladronzuelos inexpertos, que han recibido un fuerte castigo corporal como
resultado del cansancio y la ira de la población”.
La organización también
explica que “el miedo de la población venezolana a ser víctima del delito y la
violencia se ha generalizado a todos los sectores sociales, pero afecta de
manera más grave a los sectores pobres y de clase media que deben moverse a pie
o en el transporte público por las ciudades y calles del país”.
De acuerdo con la ONG, el
temor llevó a desplazamientos de la población a otras zonas, ciudades y países.
“Lo que por un tiempo fue un fenómeno exclusivo de las zonas fronterizas, en
2016 se pudo observar en las zonas centrales del país. Los territorios
controlados por las bandas se ampliaron y de igual modo la amenaza, el
sometimiento y la extorsión de la población. Ante la ausencia de protección de
las autoridades, y dado que la inhibición no resulta suficiente para
protegerse, las familias han decidido trasladarse completamente o al menos a
sus hijos, hacia otros lugares”.
El OVV destaca las
limitaciones para determinar el número de muertes violentas en el país por el
subregistro de estas y la poca transparencia en la información. Añade que las
universidades que participaron en el estudio combinaron datos primarios con
fuentes secundarias y proyecciones estadísticas.
“En este año 2016 nuestras
fuentes de información se han ampliado y mejorado, y en la actualidad se
analiza y procesa información en seis ciudades distintas con grupos de
investigación de seis universidades”.
La investigación culmina
responsabilizando a las “políticas públicas equivocadas” de la situación.
“Con la voluntad y cooperación de los venezolanos, de todos los sectores
sociales y de todos los colores políticos, podemos modificarla y construir una
sociedad democrática donde se respeten los derechos a la vida, la integridad
personal y la libertad de todas las personas”.
Foto: Miguel González
28-12-16
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