MUD 09 de marzo de 2017
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“No
hay una sola ciudad en Venezuela donde el tema del agua no sea un sufrimiento,
una cruz a cuesta que lleva la gente, especialmente la más humilde de nuestro
país”, aseguró este jueves José María de Viana, expresidente de Hicrocapital, a
propósito de las graves fallas en la prestación de este servicio por parte de
las actuales autoridades de ese organismo.
“Es
uno de los grandes sufrimientos en todos los rincones del país”, dijo de Viana
al ser entrevistado en el programa La Fuerza es la Unión, que conduce el
periodista Jesús Chuo Torrealba.
El
experto en gerencia de servicios públicos explicó que las fallas en ese
servicio se deben, en primer lugar, al hecho de que no se han concluido obras
fundamentales programadas para el sistema Tuy IV, el embalse de Yacambú o las
tuberías submarinas de Margarita, por citar solo tres ejemplos. “Y no es porque
no se dedicaron recursos: se consumieron más de 9 mil 700 millones de dólares
de acuerdo a datos oficiales de Hidroven”, aseguró.
“Lo
que se hizo fue un enorme despilfarro de recursos porque se utilizaron en forma
poco sana”, añadió.
Refirió
que en el caso de las obras para la isla de Margarita se hizo un convenio con
Irán; para las del Tuy IV el convenio fue con los brasileños y en el caso del
acueducto bolivariano de Falcón hay un convenio con China. “Pero al final esos
convenios sirvieron para tapar una enorme vagabundería en el uso de los
recursos”, señaló.
“Pero
lo más grave de todo es que los sistemas que estaban funcionando hace 18 años
se deterioraron porque no se repararon ni se mantuvieron adecuadamente. En el
caso de Caracas, por ejemplo, de 20 mil litros por segundo que recibió en
funcionamiento en marzo de 1999 la señora Jacqueline Farías, en este momento
tenemos cinco mil litros menos llegando a la ciudad, y eso es porque las obras
viejas fueron mal mantenidas”, enfatizó.
De
Viana criticó el poco profesionalismo con el cual se ha venido manejando esta
industria. “Una industria de producción de agua potable para la salud de la
gente tiene que ser manejada en forma honesta y profesionalmente. En los
últimos tiempos hasta militares han sido nombrados en esos cargos. Eso es un
desprecio al talento y al conocimiento y es un desprecio al sufrimiento de la
gente”, refirió.
Añadió
que Venezuela es un “caso extraño” en comparación con otros países de América
Latina, donde también sufrieron crisis en estos sectores pero supieron aprender
de ellas.
Como
ejemplo refirió la crisis de energía eléctrica que tuvieron los colombianos en
los años ochenta y noventa, la cual llegó a ser de enormes dimensiones. “Eso
los llevó a enseriar y a dar normas muy severas para manejar las empresas de
servicios en forma profesional”, indicó.
En ese
sentido destacó el caso de Empresas Públicas de Medellín (EPM), propiedad del
municipio de Medellín, que presta servicios de energía, gas, agua y
telecomunicaciones a esa ciudad. “Esa empresa logró desarrollar una capacidad
operativa de tal magnitud que hoy está presente en siete países de América
Latina. Factura siete mil millones de dólares al año, tiene excedentes de más
de dos mil millones de dólares y le entrega al municipio mil millones de
dólares al año en dividendos para el desarrollo de obras sociales”, precisó.
“Las
empresas de servicio público en el siglo XX son joyas de la sociedad”, dijo.
“Tener
unas empresas que dan pena y que dan
dolor como las que tenemos nosotros en Venezuela puede ser la ocasión para
aprender que hay maneras de convertirlas en empresas de excelencia”, concluyó.
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