Por Susana Morffe, 18/03/2017
Los “opositores” al régimen se han aferrado a la
validación de los partidos y se les va la vida en ese ejercicio que, entre
risas, activaron “Las Brujas de Eastwick” con poder electoral, más el otro,
para jugar un rato y hacer ver la ficticia
“democracia” en el país. El complot es sabido por todos y ha servido,
menos por los que se hacen idiotas, para entretener y entretener. Ha sido así
desde que el régimen captó que invocando la Carta Magna, cada minuto, horas y
días, estrujando las manos como el brujo del cuento, con medidas macabras,
aumentan los seguidores y el miedo, especialmente el miedo si llegara a
producirse una respuesta colectiva con presión y sin “razón”.
No es que los venezolanos nos acostumbramos a las
ayudas de los políticos para mantener el rating. Hay que reconocer que abundan
los venezolanos golilleros que si les dan, se colocan donde hay. Es la razón
por la que el país vive en una fiesta nacional del reposerismo activo, ya que
trabajando o no, siempre tienen su “ayudita”, aunque no sirva para mucho en
estos tiempos de hiper inflación. Pero como diría el reposero mayor: ¡Eso es un
jamón!
Es vergonzoso reconocerlo, pero Venezuela ha volteado
todos sus valores morales y lo que impera es la vida fácil y de gratis, sin
esfuerzo, ¡Ponme donde hay! Está más contextualizado hoy, al igual que esta cosa
mal llamada gobierno, sin tener raíces
propias, solamente se merece como la impronta del tuerto negado a ver la
realidad y administrar lo que le conviene.
En esa conveniencia y comodidad han caído los
opositores y oficialistas del momento. Un experto en tecnología y marketing
puede pensar que se trata de individuos medio idiotas, que intentan liberar del
yugo comunista a toda una comunidad empobrecida, mediante las redes sociales.
Abrir un texto de nuestra historia con los personajes
que libraron batallas a brazo partido, hoy no produce satisfacción por su
heroísmo, más bien produce lágrimas de tristeza. Solo imaginar cómo un hombre, pequeño
de estatura, con una inteligencia tan grande, pudo conquistar cinco naciones
sin tener Whatsapp, Twitter y Facebook. No me lo imagino chateando. De haberlo
tenido, estuviéramos aún bajo el yugo español, con Zapatero incluido. Simón
Bolívar sabía lo que era validar a un país. Si argumentan que hizo política de
escritorio solo fue para escribir y firmar proclamas y decretos.
Pasearse por la historia de la conquista de América,
por un hombre acompañado de un ejército de coraje y patriotismo, nada que ver
con el actual, jugándose la vida para
liberar a los pueblos, es una hazaña irrepetible. Así lo reseñan algunos
historiadores: ¿Quién hubiera previsto que ese niño “huérfano de padre a los
tres años, huérfano de madre a los nueve, y viudo a los 20”, libertaría a cinco
naciones?
El Libertador medía “un metro con sesenta y cinco. “Hablaba
con la cadencia y la dicción de las Islas Canarias, y con las formas cultas del
dialecto de Madrid”. Simón Rodríguez fue su mentor y a su lado comenzó a leer a
los románticos en su juventud. Bolívar era muy acaudalado, su fortuna personal
“se tenía entre las más prosperas de las Américas”, gran parte de ella la
“gastó en la guerra de la independencia”. Murió pobre, detestaba la corrupción,
mientras José Antonio Páez murió siendo rico, sin tener fortuna familiar. Qué
raro no haber dicho, en su caso, que ser rico es malo.
Al leer estos detalles fácilmente podemos apreciar y
comparar que el socialismo de hoy no sirve para nada. Bolívar no ayudaba a los
pobres para enriquecerse, sino para servir.
Sigo leyendo y me encuentro con un vaticinio del General:
“El 4 de julio de 1817 “el General tuvo que pasar la noche junto con un grupo
reducido de oficiales para ponerse a salvo de las tropas españolas que
estuvieron a punto de sorprenderlos en descampado. Ese día lanzó una profecía
que se cumpliría al pie de la letra, sobre todo lo que iba a hacer en el
futuro: la toma inmediata de Angostura, el paso de los Andes hasta liberar a la
Nueva Granada y más tarde a Venezuela, para fundar Colombia, y por último la
conquista de los inmensos territorios del sur hasta el Perú.”
No se podría escribir de otra manera las glorias del
Padre de la Patria, como fue bautizado con justa reverencia. No tuvo en contra
una ley mordaza ¿Se imaginan lo que se
podría decir ahora de los “dueños del patio” que tenemos? ¿Cómo hacerlo o
decirlo? Por ejemplo hoy habría que validar las Empresas Básicas, el Arco
Minero, PDVSA y el Banco Central de Venezuela.
Mientras el Libertador construía la Patria en un
siglo, Venezuela ha pasado 18 años derrumbando lo que tanto le costó esfuerzo a
Simón Bolívar. Hoy atormenta la frase: “la ignorancia como instrumento ciego de
nuestra propia destrucción”. Desde tal óptica, convendría actualmente validar
el país con sus empresas y no a los partidos políticos para entretener a la
población y seguirles el juego a “Las Brujas de Eastwick”, más el otro.
(Recuerden la película)
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