ROMÁN IBARRA 09 de marzo de 2017
El
agravamiento de la situación de Venezuela como nunca antes en nuestra historia
republicana, además de que nos tiene viviendo en condiciones miserables social,
y económicamente, en las manos del totalitarismo que encarna el Presidente
Maduro, impide la posibilidad de que se expresen políticamente las formas de
cambiar y darle un vuelco a la crisis mediante el ejercicio electoral, tal y como
está previsto en la Constitución.
Efectivamente,
hay que presionar de manera incisiva e indeclinable para que todos los procesos
electorales vencidos como es el caso de Gobernadores y Alcaldes, así como sus
respectivos parlamentos –regional, y municipal- se renueven, y con ello
contribuyan a impulsar un proyecto que preserve el sistema político democrático
que garantice la participación de todos los factores, incluyéndolos a ellos (el
oficialismo).-
Aunque
ellos desde el gobierno se empeñen en cerrar puertas, nosotros los demócratas
tenemos la obligación de luchar para abrirlas a todos los venezolanos, y
reconquistar lo mucho que hemos perdido en esta larga y fracasada ¨revolución¨,
que solo ha servido para arruinar nuestras libertades, y potencialidades
económicas destruyendo la dignidad de las mayorías que hoy en estado de pobreza
atroz acuden –sin remedio- a los basureros para compartir y competir por
desperdicios contra toda clase de alimañas, suciedad e infecciones.
No
podemos permitir que nos sigan robando los avances alcanzados por la democracia
como sistema y por el estudio y el trabajo sistemático de nuestros
compatriotas, cuya sólida formación hoy es fuente de enriquecimiento de los
países donde han tenido que emigrar huyendo de la barbarie del comunismo y la
corrupción, que son la misma cosa. Tenemos que evitar que sigan cerrando
empresas y luchar para que el país ofrezca garantías jurídicas para la
inversión de nuestros empresarios, emprendedores y comerciantes para la
generación de riquezas y empleos bien remunerados; trabajar para que el país se
vuelva a comprometer con la docencia, investigación y extensión de nuestras
universidades para el desarrollo tecnológico, científico y humanístico; ofrecer
condiciones de dignidad para el desarrollo integral de nuestros trabajadores, y
sus familias; garantizar que nuestros muchachos accedan sin cortapisas a la
educación formal; proteger a toda la ciudadanía en materia de seguridad de sus
vidas y sus bienes, y en fin garantizar calidad de vida para toda nuestra gente
que bien se lo merece, y está harta de tanta mentira, y postergación.
Por
ello, se hace necesario que salgamos a contribuir con la validación –injusta y
miserable- a la que están sometidos los partidos políticos de oposición, y
también algunos aliados del oficialismo, y con ello demostrar que, a pesar de
la adversidad que impone el gobierno malandro y sus secuaces del TSJ, y del
CNE, los venezolanos de bien estamos por encima de sus miserias y dispuestos a
llevar adelante un proyecto de sociedad en la que todos tengamos posibilidad de
desarrollarnos en paz, lo cual, como hemos dicho debe incluir a quienes como
estos totalitarios del gobierno, intentan impedir la democracia, para demostrar
que somos diferentes.
Luego
de la validación de los partidos que así decidan hacerlo, convocar elecciones
primarias de la oposición para elegir los candidatos en cada región, imbricar a
la MUD con la lucha social de todos los venezolanos que sufren, y todos juntos
presionar nacional e internacionalmente para lograr la convocatoria para elegir
gobernadores y alcaldes este año. Todos los días podemos avanzar un paso en la
lucha por el rescate de la democracia y con ella procurar sin descanso la
realización de la felicidad de todos. Usemos la inteligencia, si se puede.
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