Papa Francisco 16 de diciembre de 2017
El
Papa Francisco regresó a la Plaza de San Pedro para la tradicional recitación
del Ángelus dominical después de su regreso de un viaje apostólico a Myanmar y
Bangladesh.
Desde
la ventana de su estudio, el Santo Padre agradeció a todos los que lo
acompañaron allí en oración.
El
Papa Francisco dijo a todos los que estaban reunidos en la plaza de San Pedro
que estaba impresionado por los muchos rostros nobles y sonrientes que
presenció a pesar de sus dificultades y les expresó su cercanía.
El
Papa también recordó en sus oraciones a la nación de Hondurasque ha
sido testigo de violentas protestas como resultado de una disputada elección
presidencial. El Papa Francisco, al respecto de esto dijo:
"Recuerdo
especialmente al pueblo de Honduras y rezo para que puedan superar el momento
actual de dificultad de una manera pacífica".
Papa
Francisco y el Adviento
Antes
de la recitación de la Oración Mariana, el Papa Francisco centró su atención en
este primer domingo de Adviento y expresó acerca de este tiempo lo siguiente:
Es el
momento que se nos da para recibir al Señor que viene a nuestro encuentro, para
verificar nuestro deseo de Dios y para mira hacia adelante y prepárate para el
regreso de Cristo.
Jesús
nos exhorta a prestar atención y observar, a estar listos para darle la
bienvenida en el momento de su regreso.
Atentos
y vigilantes en Adviento
La
persona que presta atención, es la que, en el ruido del mundo, no se deja
abatir por la distracción o la superficialidad, sino que vive de manera
plena y consciente, con una preocupación dirigida sobre todo a otros.
Con
esta actitud tomamos conciencia de las lágrimas y las necesidades de los
demás...
La
persona atenta trata de contrarrestar la indiferencia y la crueldad en
el mundo y se regocija en los tesoros de belleza que también existen en él.
La
persona vigilante es la que acoge la invitación a observar y no se siente abrumada
por el cansancio del desánimo, la falta de esperanza o la desilusión.
Estar
alerta y vigilante, son las condiciones previas que nos ayudan a
dejar de vagar por los caminos del Señor, perdidos en nuestros pecados y en
nuestras infidelidades.
Estas
son las condiciones que le permiten a Dios irrumpir en nuestra existencia, para
restaurar el significado y el valor lleno de bondad y ternura.
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