Por Vanessa Davies
En el mesón que Amelia
Belisario y otras legisladoras colocaron en la plaza Brión de Chacaíto era
posible observar una muestra de la pauperización de la economía venezolana: las
"tetas" o bolsitas para comprar alimentos al detal
Como un Amador Bendayán en sus
mejores tiempos, la diputada Amelia Belisario recibió, este miércoles 13 de
diciembre, a quienes se acercaron a la plaza Brión de Chacaíto. Claro, sin
micrófono ni megáfono, porque como ella misma lo confesó después
a Contrapunto, "no nos alcanzó para las pilas y no nos da pena
decirlo".
"Bienvenidos a la Feria
de Navidad del Hambre", convocó la parlamentaria de Primero Justicia por
el estado Aragua. Quienes aceptaron su invitación, se encontraron con un
retrato de cómo será la Navidad de 2017 para la gran mayoría de la población:
sin hallacas, porque "con un salario integral se compra 0,43
hallacas".
Con la cebolla a más de 67 mil
bolívares y el pimentón a más de 48 mil bolívares es imposible, realmente, que
una familia elabore sus hallacas.
En el mesón que Amelia
Belisario y otras legisladoras colocaron en la plaza Brión de Chacaíto era
posible observar una muestra de la pauperización de la economía venezolana: las
"tetas" o bolsitas para comprar comida al menudo con el poquito
dinero que la gente tiene en sus manos. Es decir, "una teta" de
aceite, "una teta" de aceitunas, "una teta" de
alcaparras... lo necesario para el día.
Cada quien le contó su
historia a Belisario. Durante varias horas ese rinconcito de la plaza Brión se
convirtió en un consultorio psiquiátrico al aire libre. "Nos espera más
hambre de la que estamos pasando", le dijo una madre a su hijo. "Un
día de trabajo no nos da ni para comprar un huevo", se lamentó una ama de
casa.
En la tragicomedia que las
dirigentes de PJ mostraron en Chacaíto, tal vez la peor parte es la de 2018: un
plato vacío y un microscopio. Saque usted sus conclusiones.
13-12-17
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