Carlos Crespo 13 de diciembre de 2017
La
contundente victoria del Gobierno en las elecciones municipales no fue una
sorpresa. Sin embargo, la participación de 9.139.564 electores —que representan
47,32 % del Registro Electoral— fue un dato inesperado, luego de que los
principales partidos de la oposición decidieran no participar en los comicios y
los reportes de la asistencia de pocos votantes en todo el país. De acuerdo con
el boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE) el chavismo obtuvo 6,5 millones
de votos y la oposición 2,7 millones.
“Si
esos 9 millones fueran verdad entonces ¿La oposición sin participar sacó tres
millones? No puedo demostrar que son forjados los datos, pero no los puedo
avalar porque no son consistentes a mi manera de ver”, indicó el politólogo
Luis Salamanca.
Salamanca
añade que si se toman esos datos como fidedignos se demuestran dos cosas: que
la votación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) está estancada,
pues luego de 2013 —cuando Maduro obtuvo, 7,5 millones de sufragios— el caudal
electoral del chavismo no ha superado los 6 millones de papeletas y que hay un
considerable sector del electorado —que Salamanca ubica en uno 5 millones de
electores— que es coaccionado o chantajeado a través de “clientelismo
autoritario” para que den su voto al partido de gobierno. “El carnet de la
Patria es el verdadero partido”, sostuvo el analista.
Para
el experto, los comicios del pasado domingo fueron un “ensayo” de cómo utilizar
el carnet de la Patria para consolidar y ampliar la base electoral del PSUV,
que oscila entre 5 y 6 millones de electores.
Es lo
único que le queda porque es muy fácil hacer esto por la vía digital. Les
permite llegar a donde no llega el PSUV, que es un partido burocrático que se
ha venido abajo. Tengo tus datos, te envío plata y te aviso que viene. La gente
que está en situación difícil puede resolver su día a día, para esa gente es
una bendición que te lleven 100.000 bolívares y si viene con un discurso
paternalista la gente se lo termina creyendo y si le agrego que los malos de la
oposición te lo quitarán, redondeas una narrativa que conmueve”.
Las
cifras respaldan las aseveraciones de Salamanca. Maduro fue electo en diciembre
de 2017 con 7,5 millones de votos. En las municipales de ese mismo año el
número de votos disminuyó a 5,6 millones, en las parlamentarias fue de 5,59
millones y en las regionales alcanzaron 5.6 millones de sufragios. “Si sacaron
6 millones el crecimiento es discreto, no ha vuelto a la cantidad que obtuvo
Maduro. Además, tenemos que tomar en cuenta el crecimiento de la población. Si
no es un descenso, entonces están estancados electoralmente”.
El politólogo
señala que el caudal electoral de la oposición oscila entre 8 y 9 millones de
sufragios pero, al contrario del electorado chavista, se dispersa o decide
abstenerse ante la falta de cohesión que muestra la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD). “Los electores opositores son libres, autónomos, se deprimen
y nadie los obliga a votar. Ya se ha dicho que 100 personas bien organizadas
vencen a 1000 desorganizadas y eso es lo que tiene que ver la oposición. La
única manera de enfrentarse a esto, exitosamente, es de manera unitaria. Los
que piensen en otra vía están envueltos en una ilusión”.
Salamanca
considera que, a pesar de los errores cometidos por los partidos de la
oposición, la MUD sigue siendo una organización necesaria para lograr la
derrota del chavismo. “La Mesa sigue siendo el símbolo político de la
oposición, quedarse afuera sería un error”.
Opinó
que la alianza política debe enfocarse en la definición de un candidato
unitario para derrotar al PSUV, que buscará ampliar su base clientelar a través
del documento de control. “No hay tiempo para mayores diagnósticos ni cambios
internos. Los que están de acuerdo con la candidatura unitaria que se unan y lo
escojan y los que no que hagan lo que quieran, esa es su opción y su
responsabilidad”.
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