Por Fernando Pereira
En el mes de diciembre aumenta
el número de víctimas de hechos violentos, bien sea por accidentes u
homicidios, tal y como lo refiere Cecodap en un estudio sobre el impacto de
la violencia en los niños y adolescentes con base en la
información de los anuarios de mortalidad del Ministerio del Poder Popular
para la Salud.
La pregunta es ¿cómo hacer
para prevenir la violencia especialmente en estas fechas decembrinas?
¿Cómo se sienten?
Algunos muchachos
manifiestan rabia cuando no los dejan salir a jugar, pasear, llegar a
ciertas horas a la casa, transitar por determinados lugares o calles o cuando
son víctimas de un robo o de una agresión.
Pueden sentir miedo a
que le quiten sus dispositivos electrónicos, celulares o cualquier otra
pertenencia o que le pase algo a algún familiar o amigo.
Vivirán la contradicción por
saber que tienen derecho a la vida y que se respete su integridad
física, que el Estado debe garantizar nuestra protección y desarrollo
(Art. 15 y Art. 32 LOPNNA); sin embargo, saber que en la realidad se viola
permanentemente ese derecho humano.
¿Qué podemos hacer?
Conversar con nuestros niños
sobre el tema. Algunos padres nos comentan que se niegan a hacerlo movidos por
la intención de proteger su salud mental. Sin embargo, consideramos que
el peligro acecha y conversar no acabará con su infancia. Tenemos que
tomar precauciones, todos, incluyéndolos.
Ante una situación de peligro
es importante buscar la ayuda de un familiar o persona cercana. Es importante
que tengan sus números de teléfono grabados y números de emergencia a
los cuales poder llamar para solicitar ayuda.
Debemos considerar la edad del
niño o del adolescente, dependiendo de sus características y madurez; debemos
plantearle que si un extraño se acerca y siente que es para hacerle daño es
importante buscar ayuda, correr hacia lugares donde haya más gente, entrar a un
establecimiento comercial o cualquier otro lugar para buscar apoyo.
Está bien gritar para pedir
ayuda. No debe sentir vergüenza. Si la persona está apuntando con un arma
de fuego es preferible quedarse tranquilo y no ofrecer resistencia.
Si pasa por algún lugar donde
se escuchan disparos es importante resguardarse e inclusive lanzarse
al piso. Nunca ir a investigar para ver qué pasó por más que vea gente
curioseando porque puede correr peligro.
Si está en su casa y escucha
tiros, nunca asomarse por la ventana, balcón, puerta o subir a la azotea porque
puede ser impactado por un proyectil.
Las camas no deben estar al
lado de ventanas que den hacia la calle; sobre todo en lugares donde se
escuchen tiros o ráfagas con frecuencia
Si en la casa nuestra o de
algún familiar o vecino hay un arma no debemos manipularla delante de los
muchachos
Si en la casa nuestra o de
algún familiar o vecino hay un arma no debemos manipularla delante de los
muchachos o dejar que ellos lo hagan ni siquiera en nuestra presencia. Las
armas deben estar guardadas adecuadamente teniendo la seguridad de que ellos no
podrán tomarlas cuando no estemos.
Cuando van a una fiesta y
salen tarde es preferible analizar la posibilidad de que se queden a dormir en
la casa donde se hizo la fiesta (si conocemos bien a la familia) o hacer un
grupo y trasladarse en grupo.
Conocer cuáles son los lugares
riesgosos porque se generan conflictos permanentes, se venden drogas, se
ingiere licor o viven personas violentas, que están armadas
Deben evitar exhibir objetos
de valor, relojes, equipos como celulares en lugares públicos, especialmente
zonas peligrosas, por los cuales podemos ser asaltados y agredidos
Recordemos que
los zapatos, gorras de marca son prendas de vestir muy cotizadas por
los asaltantes. Debemos tener cuidado dónde y cuándo las utilizan.
Tomar estas precauciones no implica llenarnos de más angustia, estrés hasta caer en la paranoia. De lo que se trata es de celebrar las fiestas navideñas estando atentos a los riesgos presentes.
14-12-17
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