Por Ángel Oropeza
Venezuela se nos muere poco a
poco. Ya 87% de nuestros hogares se encuentra por debajo de la línea de pobreza
de ingreso, mientras 61,2% se ubica en la categoría de pobreza extrema. En
2017, 6 de cada 10 venezolanos (64,3%) perdieron en promedio 11 kilogramos de
peso de manera involuntaria. Más de 68% de la población no tiene ningún tipo de
seguro de atención médica. Somos hoy el país más violento e inseguro del mundo
y el del costo de la vida más elevado del planeta.
Los responsables de esta
tragedia, en vez de atender la emergencia humanitaria y responder por sus
errores, pretenden perpetuarse en el poder para eternizar las causas que provocan
tanto dolor y sufrimiento. Así, se quieren robar el derecho del pueblo a elegir
e inventaron un parapeto fraudulento para el próximo 20 de mayo, que ni son
elecciones ni nada que se le parezca.
Frente a esta pretensión
irresponsable y criminal, los venezolanos se han venido expresando en las
últimas semanas a través de asambleas, protestas y pronunciamientos, exigiendo
acciones ante la grave crisis social y económica, unido ahora a la
imposibilidad del ejercicio libre del derecho a elegir. La pregunta de todo el
país es: ¿qué hacemos?
En esta búsqueda de
respuestas, surge una conjunción inédita en Venezuela de las iglesias,
universidades, estudiantes, sindicatos, empresarios, partidos políticos,
movimientos del chavismo disidente y organizaciones sociales, quienes han
coincidido en crear la semilla de lo que se ha denominado el Frente Amplio
Venezuela Libre, como respuesta al reto de darle concreción organizativa y
funcional a esas demandas.
Se inicia así en los 23
estados, 335 municipios y 1.136 parroquias del país, la conformación progresiva
de un gran “movimiento de movimientos”, amplio y horizontal, que respeta la
autonomía de cada sector y donde cada uno de ellos actúa en su ámbito de
especificidad, unidos en la causa de superar la crisis y luchar por elecciones
de verdad para poder salir de ella.
De nuevo, el Frente surge como
respuesta al “qué hacemos” que se grita desde todos los rincones del país. Pero
aquí hay que huir de la crónica y políticamente infantil trampa mesiánica de
pensar que algunos sabios esclarecidos ya saben muy bien lo que hay que hacer,
y el trámite es simplemente crear un “frente” para informarle a la gente. No.
El Frente Amplio Venezuela Libre surge precisamente porque lo primero que hay
que hacer, lo esencial y al mismo tiempo más urgente, es organizarnos como
sociedad en demanda de cambio.
Por eso, ante la pregunta
angustiante de “qué hacemos”, la primera tarea concreta del Frente Amplio es
iniciar y desarrollar un proceso acelerado de organización ciudadana, de
generación de vínculos entre distintos sectores sociales y políticos. La
primera e ineludible respuesta al “qué hacemos” es construir plataformas en
todos los niveles geográficos (nacional, estadal, municipal y parroquial) para
facilitar el encuentro, la comunicación y la articulación de todos los factores
de la sociedad. No solo porque la respuesta y las acciones para enfrentar
la tragedia nacional tienen que ser, para que funcionen, inevitablemente
colectivas, sino porque cualquier escenario por venir tendrá un desenlace
distinto si nos encuentra organizados, articulados y en comunicación, formando
parte de una gran red orgánica de respuesta y acción rápidas. Sin eso, sin un
Frente Amplio de coordinación social y política, cualquier respuesta al “qué
hacemos” terminará solo en gritos de tarima o en clichés de estéril
voluntarismo, eternos generadores de frustración y desesperanza.
Nuestro reto, el de quienes ya
estamos y el de quienes irán progresivamente, desde todos los rincones y
sectores de Venezuela, construyendo este gran Frente, amplio y plural como
somos los venezolanos, es dotar de sentido y contenido a la esperanza de cambio
de todo un país, de modo que ella deje de ser solo un deseo, y se convierta en
una formidable fuerza social y política que lo haga indetenible.
19-03-18
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