Por Vanessa Davies
Para Venezuela el
cambio climático implica mayor cantidad de eventos extremos en menos tiempo, un
mes más -por lo menos- de sequía al año, olas de calor, migración interna,
advierte el ingeniero venezolano coganador del Premio Nobel de la Paz en 2007.
“No hay un plan de acción climática en el país, no hay una ley de cambio
climático” y tampoco una autoridad única para esta materia. Fustiga a China
porque las autoridades de ese país van a las cumbres “a darse golpes de pecho,
a decir que van a hacer y que van a invertir, y no hacen absolutamente nada”
A Juan Carlos Sánchez
le preocupa que los informes sobre cambio climático puedan ser vistos como un
montón de cálculos que nada le dicen a la gente. Por eso, este investigador
venezolano prefiere decirles a las personas la gravedad del problema sin dar
muchas vueltas. Para Venezuela el cambio climático implicará, según sus
advertencias, mayor cantidad de eventos extremos en menos tiempo, un mes más
-por lo menos- de sequía al año, olas de calor, migración interna por aumento
de las condiciones extremas. “Uno se preocupa por lo que vienen atrás. A pesar
de que el cambio climático ya está ocurriendo nosotros no lo vamos a sentir
tanto como lo va a sentir la generación que viene detrás de nosotros”, explica
en entrevista con contrapunto.com.
Sánchez es un hombre
que no hace aspavientos, que anda por ahí mostrando su currículum. Pero este
ingeniero venezolano es, no solo uno de los expertos mundiales en cambio
climático, sino coganador del Premio Nobel de la Paz en 2007 por sus aportes
para el conocimiento de la gravedad del fenómeno.
Llegaron ya
Con un solo evento es
imposible decir si se debe o no al cambio climático, aclara. “Quienes
investigamos este tema lo que hacemos es mirar cuántos de estos eventos se
producen en 30 años, y si se está incrementando la cantidad de eventos o su
intensidad sí podemos hablar de cambio climático”.
Pero en Venezuela se
observan modificaciones: “Estas lluvias muy intensas, que provocan
desbordamiento de los ríos y los terrenos se derrumban, se producían con una
frecuencia de una vez cada 10 años. Esa frecuencia está aumentando, estamos
observando que esa frecuencia ha comenzado a aumentar. Popularmente se dice que
el cambio climático se está acelerando, pero no es que se está acelerando, es
que los modelos con los que tratábamos de prever esto en el pasado eran
imperfectos y lo que nos está ocurriendo es que la realidad va más rápido de lo
que podíamos prever en los modelos. Las previsiones que teníamos se están
quedando cortas con todo esto que está ocurriendo de las olas de calor en
Europa, en Estados Unidos, en Asia con los desbordamientos de las lluvias, con
el derretimiento del hielo en los casquetes polares. Todo esto se está
produciendo de una manera más rápida de lo que teníamos previsto, y eso nos
obliga a revisar esos modelos, a perfeccionarlos. Estamos sumamente preocupados
porque todo esto está teniendo consecuencias”.
De la tragedia de
Vargas en adelante (1999) se han sumado otras, como la crecida del río Limón,
las inundaciones en Mérida, las inundaciones de Guasdualito, la crecida del río
Orinoco. “Y si uno las suma todas, entonces uno dice que sí es cambio climático
porque hay una frecuencia mayor de este tipo de eventos”.
-¿El cambio climático
ya lo estamos sintiendo en Venezuela?
-Sin ninguna duda. Se
está sintiendo no solamente en Venezuela; en numerosos lugares del planeta.
Para los países
tropicales, como Venezuela, lo que se espera “es que estas lluvias intensas que
antes ocurrían una vez cada 10 años van a ocurrir tres veces cada 10 años; se
va a multiplicar por tres la frecuencia”. Sánchez alerta que la sequía se va a
extender “por lo menos un mes”, es decir, que el periodo seco se va a prolongar
por un mes más, “y eso tiene sus consecuencias”. Por ejemplo: falta de agua, el
embalse de Guri no se llenará lo suficiente. Son “efectos secundarios muy
importantes para la economía del país, y sobre todo, porque afectan a los más
pobres”.
En Venezuela “es
posible que tengamos olas de calor, lo que sería terrible porque nuestro país
ya es bastante caluroso, y es posible que ocurran también, no inundaciones en
la zona de la costa por la elevación del nivel del mar porque eso no lo vamos a
experimentar todavía, pero sí las tormentas tropicales van a traer oleaje más
fuerte y va a venir un avance del agua hacia la playa”. Los huracanes “no nos
pegan directamente, sino que nos pega el coletazo”. Al momento de las tormentas
“habrá que desalojar temporalmente a las personas, pero para eso hay que tener
un plan de defensa civil muy bien articulado entre los distintos participantes
para proteger la vida de las personas; todo eso requiere de una coordinación
intergubernamental entre distintos entes del gobierno, porque inmediatamente
surgen los problemas de salud”.
China, el campeón de emisiones
-¿Las consecuencias se
irán agravando paulatinamente?
-Van a irse agravando
paulatinamente. Y lo que es muy lamentable es que desde el mundo de la ciencia
lo estamos diciendo desde hace 30 años. Tengo más de 30 años trabajando en este
tema, y desde la década delos 80 hemos hecho declaraciones. Nada. Los gobiernos
no han querido escucharnos. No solamente en Venezuela. Muchos gobiernos no han
querido escucharnos. Ya tuvimos el caso de Estados Unidos con un presidente que
se negó a aceptar que esto existía. Hay otros gobiernos, como el de China, que
tiene 25 años diciendo que van a tomar medidas, que van a invertir no sé
cuántos millones de dólares, pero sus emisiones siguen creciendo año tras año y
nunca se han detenido. La causa del cambio climático, que son las emisiones de
gases, nunca se han detenido a lo largo de las últimas tres décadas. China es
el campeón, porque ellos solos representan 30% de todas las emisiones. Van a
las cumbres de Naciones Unidas a darse golpes de pecho, a decir que van a hacer
y que van a invertir, y no hacen absolutamente nada. Lo que hacen no es
suficiente. Es para aparentar que están haciendo, pero no están haciendo lo
suficiente.
-¿Usted pondría la
mayor carga en China?
-Los mayores emisores
son China, India, Estados Unidos y la Comunidad Europea. Esos son el conjunto
de los países que están ocasionando el problema. Si esos países se pusieran de
acuerdo la solución vendría, porque el resto de los países emitimos muy poco.
Nosotros, Venezuela, el último inventario que se hizo, en 2010, emitíamos 0,7%
del total mundial. Con la debacle que hemos tenido de la actividad petrolera,
de la actividad industrial, de las plantas termoeléctricas que se pararon, no
debemos estar emitiendo más de 0,3% del total mundial. Nosotros no emitimos
nada. No estamos ocasionando el problema pero sí estamos recibiendo los
impactos, y ese es el tema de injusticia del problema climático.
Sánchez recuerda que,
para el problema global, se propone captar el dióxido de carbono de las
actividades humanas e inyectarlo en el subsuelo. Particularmente esta
tecnología le interesó porque Venezuela tiene pozos petroleros abandonados
donde se podría colocar el gas, pero la tecnología es costosa y no se ha
demostrado que el gas se mantendrá bajo la tierra.
Un aumento de
temperatura es una amenaza real. “Cuarenta grados usted los soporta máximo
media hora. El mecanismo natural de protección es sudando. Usted suda, y cuando
el sudor sobre la piel se evapora, refresca un poquito. Si usted está en un
entorno en el cual la humedad es muy alta, como Maracaibo o Ciudad Bolívar, el
mecanismo de la sudoración deja de funcionar porque el aire está cargado de
humedad y no puede desalojar más humedad. No se evapora el sudor y usted se
ahoga del calor. Ese es el caso de nuestro país en numerosas regiones”.
En estas condiciones la
persona busca el aire acondicionado, describe el científico, pero ¿cuántas
personas tienen acceso a él? “Los modelos están diciendo que, a finales de
siglo, en todos los países tropicales habrá muchas regiones de las que la gente
va a salir espantada; van a comenzar a migrar porque no se va a poder vivir del
calor. Va a haber una migración interna, y una tendencia a aumentar la
migración externa, pero va a ser más difícil porque los otros países van a
tener problemas de cambio climático. ¿Y qué van a hacer? Van a levantar las
barreras para que no siga entrando migración. Además, la ayuda humanitaria será
escasa porque habrá muchos países solicitando ayuda humanitaria por los
problemas del clima, y va a haber mucha competencia por esa ayuda humanitaria”.
Para el investigador es
muy lamentable que Venezuela haya tenido una bonanza petrolera a comienzos del
siglo XXI, “recibimos petrodólares como nunca en la historia de Venezuela, y
debimos haber fortalecido las instituciones para poder tener capacidad para
aguantar el problema del cambio climático. Pero no lo hicimos. Hicimos todo lo
contrario. Y uno de los errores, en medio de esa borrachera de petrodólares,
fue prácticamente desentendernos del problema climático”.
Venezuela, sin ley ni autoridad
El Estado venezolano ha
elaborado dos comunicaciones nacionales de cambio climático: La primera se
presentó en 2005 con datos del año 2000. La segunda se presentó en 2010. “Son
muy buenas las dos, muy completas. La segunda se hizo como un esfuerzo de la
academia de ciencias, que se movilizó, tomó la iniciativa, y puso en contacto a
todos los que están trabajando en cambio climático en el país para elaborar ese
informe que es muy bueno. El gobierno no motorizó esto. El gobierno no hizo
nada. Eso lo hizo la academia por su iniciativa”.
Hay fondos
multilaterales para ayudar a los países “y Venezuela nunca ha hecho una
petición, ni ha recurrido a esos fondos. Venezuela se comporta como si el
cambio climático no existiera, o existiera solamente para dar declaraciones
políticas en las reuniones de Naciones Unidas”, fustiga. “No hay un plan de
acción climática en el país, no hay una ley de cambio climático. Propuse un
anteproyecto de ley hace algunos años, que ni siquiera se discutió en la
Asamblea Nacional. No hay una autoridad nacional de cambio climático, que es un
requisito de Naciones Unidas para poder acceder a los fondos multilaterales.
Está todo por hacerse”.
Es el gobierno de
turno, precisa, el que debe designar una autoridad nacional. El cambio
climático “es un problema social, es un problema de salud, es un problema de
ecosistemas, de infraestructuras. El rol de la autoridad nacional de cambio
climático es reunir información de las necesidades del país para proponer
proyectos para ser financiados por fondos multilaterales”.
La ley es necesaria
para saber qué hacer en el país, porque el cambio climático se va a manifestar
de manera diferente en cada región. El impacto que pueda tener en el estado
Monagas es diferente del de Zulia o los Andes. “El cambio climático hay que
atacarlo regionalmente, y de una manera descentralizada; no se puede
centralizar el problema. Esta ley lo que debe hacer es orientar a las distintas
regiones para que atiendan sus problemas particulares. Las regiones costeras
deben ver cómo protegen la línea de costa, a la población. Los que están en los
llanos, que van a tener que aguantar el sol terrible, tienen que dotar a los
hospitales, ver a dónde van a llegar a las personas más vulnerables (adultos
mayores y niños) en caso de una ola de calor. Esos planes específicos son
descentralizados, son a escala regional. Esta ley da orientaciones generales de
cómo hacer mitigación y adaptación en el país. La actividad principal debe ir a
la adaptación, que es lo que protege a las personas”.
Sánchez piensa en el
aprovechamiento de las fortalezas que tiene Venezuela en biodiversidad y
turismo. “Otras actividades tienen que ser más responsables. La minería que se
está llevando por delante los bosques de Guayana… Eso hay que detenerlo de
alguna manera”.
-¿Qué impacto tiene el
arco minero en el cambio climático?
-Fundamentalmente es la
deforestación, porque se elimina la capacidad de fotosíntesis que tienen los
bosques para absorber dióxido de carbono. En la medida en que arruinamos los
bosques estamos perdiendo esa capacidad que tiene el país de eliminar el
dióxido de carbono.
-¿Cuáles deberían ser
los lineamientos de un plan de acción?
-Ese plan le da
directrices específicas a los distintos ministerios. Al ministerio de
infraestructura, porque hay que fortalecer la infraestructura vial, la que esté
más vulnerable al desbordamiento de ríos; puentes hay que fortalecerlos para
que no se caigan. En el sector salud se necesitan directrices específicas para
atender las enfermedades infecciosas, que no son solamente las que producen los
vectores, sino también cuando se desborda el Guaire y se expone a las personas
a las aguas contaminadas. Da directrices al sector de agricultura que se pueda
ver impactado: ¿De dónde va a salir la comida si se anegan los campos? Esas
directrices muy específicas deberían estar incluidas en ese plan.
Juan Carlos Sánchez
tomaría varias medidas en lo inmediato: recuperar la electricidad, porque sin
ella “las cosas funcionan muy mal”, en el país “teníamos un sistema eléctrico
muy robusto y lo echamos abajo”. Restablecer el sistema de salud pública,
porque “va a haber que atender a muchas personas afectadas”. Seguridad
alimentaria. Mucha información para la gente, porque en un escenario de
recuperación del país hay que hacer un uso racional de recursos como el agua.
-Hay un ministerio de
ecosocialismo. ¿Está ocupándose de esto? Pareciera que no.
-No es que me parece;
estoy seguro de que no. Estoy absolutamente seguro de que no se está ocupando
de esto. Hay un viceministro al que le dijeron “usted, dentro de sus
responsabilidades, va a tener el cambio climático”. El cambio climático no es
de una sola persona; hay que atacarlo con la participación de distintos
sectores. Eso parece que no se ha entendido. Te confieso que todavía no he
entendido qué es el ecosocialismo.
29-08-21
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