Carlos Eduardo Martínez 14 de noviembre de 2023
Se sabe que el asunto es parte del acuerdo
de Barbados, suscrito entre los representantes del régimen de Maduro y la
oposición. La incorporación de unos cuatro millones de votantes fuera del
territorio y la actualización de los datos de unos dos millones de ciudadanos
dentro del país serán determinantes
Desde
la llegada a Venezuela del chavismo y la “refundación” de los
poderes públicos vivida en el país, una de las principales consignas del Consejo
Nacional Electoral (CNE), cercano siempre al régimen instalado por Hugo
Chávez, fue la inscripción y actualización de los datos de votantes en el
país.
La
medida correspondía a los intereses de la dictadura de legitimarse
electoralmente a través de los nuevos sufragantes, que se presumía
serían adeptos a la ideología socialista.
Sin
embargo, con el inicio de la grave crisis económica, la muerte de Chávez y
la debacle institucional, que acabó por desbaratar la fachada democrática
existente en el país, el panorama cambió.
Las pomposas campañas de inscripción de nuevos votantes y actualización de datos, que otrora se instalaron con mucha fanfarria en las principales ciudades y hasta en pequeños pueblos, fueron reducidas a la disponibilidad de atención de ciudadanos en las oficinas principales del organismo en las capitales de cada región
“Esa
etapa de facilitar la inscripción en el Registro llegó hasta cuando el apoyo popular
al chavismo se mantuvo. Una vez que el apoyo popular ha mermado, no se ha
facilitado la inscripción de nuevos votantes para impedir que nuevos electores,
probablemente contrarios a la revolución bolivariana, puedan inscribirse y
votar”, explicó en diálogo exclusivo con Infobae el periodista
especializado en temas electorales, Eugenio Martínez.
El reclamo
por la actualización de datos se ha hecho cada vez más resonante entre
entre la sociedad civil venezolana y ha cobrado mayor fuerza desde que se dijo
que el asunto forma parte de los puntos establecidos entre la oposición y el chavismo
en el acuerdo de Barbados.
Para
Martínez, quien es también director de Votoscopio.com, una
iniciativa enfocada en recopilar, analizar y difundir información relevante
sobre procesos electorales, “es evidente que el Registro Electoral
en Venezuela necesita una actualización profunda”.
La
medida estaría sustentada “porque los datos que hay al día de hoy no reflejan
la dinámica poblacional a lo interno que se ha generado por la emergencia
humanitaria compleja, el desplazamiento interno de los ciudadanos y mucho menos
refleja la migración de los últimos años. Así que es una base de datos
que tiene un número importante de inconsistencias porque no refleja lo
que ha ocurrido desde el punto de vista migratorio en los últimos años”.
Votantes
dentro de Venezuela
Evitar
a toda costa la inscripción de nuevos votantes y la actualización de datos
parece ser la misión del CNE, después de la desaparición de las activas
jornadas para efectuar cambios en el padrón de votantes que se convocaron hasta
hace una década.
“Al día
de hoy la única forma de inscribirse en el Registro Electoral y actualizar los
datos en el registro implica que cada ciudadano tiene que ir a la capital del
estado donde reside. Y eso en un país donde no hay energía eléctrica,
no hay gasolina y hay problemas inauditos en pleno siglo XXI, pues dificulta
muchísimo cualquier actualización del Registro Electoral” explicó el
periodista.
Los
votantes en el exterior
De
acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas, la
cantidad de venezolanos en el exilio es cercana a los 7.5 millones de
personas. Sin embargo, de acuerdo con el último corte del Registro
Electoral presentado por el ente comicial, a finales del mes de octubre, la
cifra de venezolanos inscritos en las embajadas y consulados del país es de
107.496 ciudadanos.
Desde
la oposición al chavismo estiman que fuera del país existen cerca de cuatro
millones de ciudadanos que están aptos para votar, pero no están inscritos
debido a las restricciones impuestas por el régimen.
De
acuerdo con el artículo 24 de la Ley Orgánica de Procesos
Electorales venezolana “sólo podrán Sufragar en el exterior los
electores y las electoras que posean residencia o cualquier otro régimen que
denote legalidad de permanencia fuera de Venezuela”.
Pese
al mandato legal claro y contunde de la Ley las sedes diplomáticas del régimen,
según explicó Martínez, han interpretado este mandato para convertirlo en un
trámite complejo.
“¿Qué
quiero decir con esto? Que se ponen requisitos adicionales para
presentarse en el Registro Consular primero, y después actualizarse en
el Registro Electoral. Requisitos adicionales a los que pide incluso el país de
acogida”, precisó el comunicador.
Oposición
en “rebanadas”
Suele
decirse que el chavismo durante años ha jugado a la estrategia del rebanado de
la oposición para imponerse en las mediciones electorales ¿En qué consiste esta
jugada?
- Para
ganar en 2024, Maduro necesita al menos tres acciones: tener control electoral
- que evidentemente lo garantiza, especialmente con la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral-
generar abstención y generar dispersión del voto opositor o del voto que va a
ir en contra.
La
abstención la genera, bien sea porque las condiciones para el debate, el debate
sobre el fraude, el debate sobre la actualización del registro electoral o la
imposibilidad de actualizar el registro Electoral porque las zonas que son más
opositoras es donde más dificultades hay. Las zonas geográficas, quiero decir,
es donde más dificultades hay para actualizar el registro electoral, inscribir
nuevos votantes, mientras que las zonas geográficas donde hay cierto control
político territorial del gobierno venezolano. Ahí es muy sencillo inscribir o
actualizar votantes bajo la premisa de que quien vote en esa zona va a estar
bajo el control de algún comisario político el día de la elección.
Lo
otro es generar dispersión del voto, y la dispersión del voto generalmente la
genera el chavismo, permitiendo que existan uno o varios candidatos opositores,
que seguramente es lo que vamos a ver en el año, en el año 2024.
Para
los comicios presidenciales del próximo año está previsto que además de Maduro,
quien se espera sea el candidato del chavismo y María Corina Machado,
recién electa como candidata unitaria de la oposición, también se presenten
como representantes de la “disidencia” el comediante Benjamín Rausseo y
algún otro adverso no aglutinado en la Plataforma Unitaria.
“¿Cuál
es el problema?”, cuestiona Martínez. “El nivel de votación de Maduro en
este momento es bastante bajo, pero es sólido. Podemos decir que el 20% de
los venezolanos al día de hoy votaría por por Nicolás Maduro. El otro 80% se
va a dividir entre los que creen que hay que votar o no, generando la
abstención. Y entre la dispersión del voto entre la candidata de la plataforma
unitaria, el candidato independiente que es Benjamín Rausseo y
el candidato que salga de la Alianza Democrática, que es esa
oposición que está más interesada en ser oposición a la plataforma unitaria que
en ser oposición a Nicolás Maduro”.
De
acuerdo con los datos registrados por el director de Votoscopio las
necesidades de ajuste en el Registro Electoral venezolano son de cuatro
millones de personas que viven el exterior y de dos millones dentro del
territorio.
Los
números son lo suficientemente significativos como para cambiar el
resultado de una elección, en favor o en contra de cualquiera de las
corrientes que se dispute el poder, si es que se presentan las garantías
electorales de transparencia reclamadas para la consulta.
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