lapatilla.com 09 de diciembre de 2023
@la_patilla
El
pasado 3 de diciembre se llevó a cabo el referendo sobre el Esequibo organizado
por el régimen de Nicolás Maduro, un evento electoral que no contó con la
participación de un grueso de la población, lo cual quedó evidenciado en los centros
de votación totalmente vacíos en todo el territorio nacional.
Sin
embargo, el régimen de Maduro calificó la elección como exitosa tras los
resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral en el que señalaban más
de 10 millones de “votantes”, generando dudas en la
población venezolana.
En
este sentido y ante un escenario complejo debido a la persecución a algunos
líderes políticos de la oposición tras el referendo consultivo, el equipo
de LaPatilla conversó con el director del Centro
de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello
(Ucab), Benigno
Alarcón, sobre lo ocurrido el 3 de diciembre y lo que se espera
será el camino a la próxima contienda electoral por la presidencia de la
república en 2024.
¿Cuál es su interpretación de lo que ocurrió el domingo 3 de diciembre con el referendo sobre el Esequibo?
-Lo
que pasó, desde mi punto de vista, es lo que todos vimos. No hay que
complicarse en buscar lo que pasó o el diagnóstico. Fue evidente que
el referendo no funcionó como el Gobierno esperaba, que la
participación masiva que trató de empujarse desde todas las instancias del
Gobierno utilizando todo el aparataje estatal, utilizando todos los medios de
comunicación en una campaña que, yo diría, estaba bien orquestada y que fue muy
intensa, al final no dio resultados.
Es
difícil saber cuántas personas pudieron haber votado, particularmente
no hicimos un seguimiento sistematizado ni teníamos testigos o gente en las
mesas, pero digamos que las pocas personas que uno conocía, porque eran
miembros de mesa de aquí y de allá, más o menos coinciden en un 10 % y 15 %.
Creo que esa cifra puede corresponderse a la realidad, porque al final del día
teníamos 28 mil centros de votación, pero no vimos ninguna cola en un centro,
así como movilización importante de votantes.
Un
dato que confirma que la participación fue muy baja, fue el reporte
muy ambiguo que se dio el domingo en la noche sobre los
resultados, que al hablar de votos y no votantes, la gente interpretó que se
hablaba de dos millones de votantes que multiplicado por las cinco preguntas
daba diez millones de respuestas. Entonces, la gente confirmó que era coherente
con lo que se había visto.
Otro
dato curioso que de alguna manera confirma la sospecha de que el resultado no
fue favorable, es el hecho de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha
publicado en su página resultados oficiales y lo que sospechamos que no va a
ocurrir es que publiquen las actas de los centros de votación.
La
razón por la que no se publican las actas es que van a contrastar con los
resultados. Es muy difícil hablar de 10 millones de
votantes y encontrarse con que si uno toma una muestra de las actas publicadas,
uno lo que va encontrar es que no van a coincidir, tomando en cuenta que el
padrón electoral real puede estar entre unos 14 o 15 millones de votantes,
hablar de 10 (millones) en ese escenario es un porcentaje muy superior al 70 %.
¿Qué
opina sobre la actuación del CNE al anunciar tres resultados diferentes del
referendo? Según información no confirmada, aparentemente no hubo transmisión
de datos desde los centros de votación, con lo que se infiere que estos
resultados son inventados.
-El
CNE se puso en una posición muy incómoda para anunciar unos
resultados que para el mismo Gobierno resultaban inaceptable. Creo
que eso fue lo que hizo que hubiese una declaración tan ambigua el domingo en
la noche, que necesitó una aclaratoria el lunes en la mañana, que lejos de
aclarar, dejó aún muchas más dudas.
Eso es
lo que hace que no tengamos resultados oficiales con las actas que respaldan
ese resultado oficial.
Honestamente,
no creo que no haya habido transmisión de datos, es muy difícil tomando en
consideración que el Gobierno tiene pleno control sobre el aparataje
comunicacional. No hay forma de que esa transmisión no se dé, siempre hay
canales alternativos.
Lo que
sí creo es que, si las actas no han sido publicadas, no es por falta de
transmisión, sino simplemente porque los resultados transmitidos no
se parecen al resultado final.
¿Cuál
cree usted es la lectura tras la baja participación de los venezolanos que se
evidenció en los centros de votación vacíos?
-Los
bajos niveles de participación no tiene que ver con una negativa a dar un apoyo
a la recuperación del Esequibo. Creo que tiene que ver con un
rechazo al Gobierno.
En una
encuesta reciente que tuvimos la oportunidad de ver, algo que sí constatamos es
que una minoría de la población, posiblemente los que fueron a votar, pensaban
que el referendo tenía una relación real con el problema con el Esequibo.
La
mayoría de la gente pensaba que la iniciativa del referendo estaba más
vinculada a los problemas políticos internos. La realidad es que yo coincido
con esa explicación, y entre las razones por las cuales la gente piensa que en
este momento se llamó a un referendo, creo que hay varias que la gente
considera en esa medición.
Yo
coincido con ellas y que no necesariamente son excluyentes entre ellas, sino
que pueden ser motivaciones que se suman a la razón por la cual se hizo
referendo en este momento. Está, por un lado, la necesidad del Gobierno de
tratar de cohesionar a la población en torno a un discurso nacionalista.
En
segundo lugar, contrastar la movilización que se podía lograr en un referendo
que no tenía adversarios a la de la Primaria, lo cual como vimos tampoco
funcionó.
Por
otro lado, diera la impresión que el Gobierno está buscando un tema
para polarizar la elección y colocarse del lado donde se supone va estar la
mayoría de la gente, que es en la defensa de la integridad
territorial.
La
realidad es que veo difícil que el tema del Esequibo termine de cuajar como un
uso de campaña. Creo que básicamente lo que nosotros vimos el domingo 3 de
diciembre fue un altísimo rechazo al Gobierno.
¿El
resultado del referendo significa un debilitamiento del poder del régimen de
Nicolás Maduro?
-Sí,
sobre todo en lo que tiene que ver con el apoyo político y de la legitimidad
del Gobierno. Lo que quedó claro en este referendo es que incluso en temas que
pudieran ser fácil de construirle legitimidad, la falta de apoyo al Gobierno lo
hace imposible.
No
estoy seguro que lo debilite, creo que hace evidente la falta de apoyo político
que el Gobierno tiene. No
creo que se pierda, pero sí se visibiliza de una manera importante a partir del
referendo.
El
Gobierno ha tenido dos golpes muy fuertes en las últimas semanas: el primero,
constatar que en la Primaria la persona que ganó tenía un apoyo mucho mayor al
que el Gobierno esperaba y que se pudo llevar a cabo de manera exitosa.
Y el
segundo golpe, creo que mucho peor que el de la Primaria: el referendo, no tuvo
oponentes e incluso actores de la oposición participaron, al final del día es
un golpe más. El referendo fue un autogol que se
produce porque la gente vio la oportunidad para expresar su rechazo al
Gobierno.
Ante
esta situación ¿Cómo ve el panorama para las próximas elecciones de 2024? ¿En
su análisis contempla el escenario de una suspensión de las elecciones
presidenciales 2024?
-En
relación al panorama electoral de 2024, sin lugar a dudas, va ser
tremendamente complejo, no será una elección normal. Una elección en la
que, al principio, el Gobierno buscaba su legitimidad y que se convirtiera en
una normalización de relaciones hacia el exterior, pero dada la realidad de las
circunstancias actuales de la falta de apoyo que tiene el Gobierno, pareciera
que el Gobierno ya renunció a ese objetivo electoral y parece que ahora
desesperadamente busca mantener el poder.
Promete
ser un año conflictivo, un año donde es difícil predecir la buena disposición
del Gobierno para ir a un proceso electoral con condiciones.
Pareciera
que al Gobierno no le importa, quiere el poder por las buenas o por las
malas. Creo difícil que se postergue la elección. Creo que el
Gobierno tiene la intención de hacer esta elección lo antes posible. Por
ello este precipitando acciones que pensábamos ver para el segundo semestre del
año. Esto puede implicar más bien un adelanto de elecciones.
Ya
vimos a un Gobierno que a través de su CNE dijo que hubo 10 millones de
votantes, podemos esperar cualquier cosa en un proceso electoral sin
condiciones.
El
Gobierno quiere la elección antes de la de los EEUU por las diferencias que se
tienen con dicho país.
Los
últimos acontecimientos hacen prever una fase de recrudecimiento de
la persecución política en Venezuela, especialmente de actores
directamente relacionados con María Corina Machado. En su opinión, ¿cuáles
consecuencias tendrán estas acciones tanto para la oposición como para el
régimen?
-Evidentemente
ese recrudecimiento de cara al año que viene de un escenario de mucha
conflictividad política, la cual puede tener consecuencias que se derivan de la
relación con el exterior, por ejemplo, con el tema de si hay o no
flexibilización de sanciones, pero también se puede derivar en consecuencias
internas como, por ejemplo, la reaparición de movilizaciones y protestas en
Venezuela.
Creo
que el pueblo venezolano quiere un cambio político, se vio
reflejado en la participación de la Primaria y la abstención del referendo.
Es un
tema que hay que verlo con mucho cuidado. Las condiciones de hoy no creo que
sean las mismas de otros momentos de alta conflictividad, como fue el año 2017.
Hoy tenemos abierto un proceso con la CPI (Corte Penal Internacional), eso
genera mucho ruido dentro del mismo aparato estatal y creo que de alguna manera
hay menos disposición a hacer cualquier cosa para mantener al Gobierno en el
poder. A diferencia en el pasado donde prácticamente la impunidad reinaba, creo
que hoy día la situación es más complicada.
Tomado
de: https://www.lapatilla.com/2023/12/09/benigno-alarcon-el-referendo-fue-un-autogol-y-una-oportunidad/
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