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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Experimentar la democracia local nos lleva a ser ciudadanos y no simple electores.

Carlos Romero Mendoza 05 de noviembre de 2013
@carome31

Hace unas semanas atrás se celebró la Semana Europea de la Democracia Local, que anualmente impulsa el Consejo de Europa y a través del cual las ciudades europeas diseñan e impulsan iniciativas y actividades con el fin de facilitar el encuentro y la reflexión de los ciudadanos sobre los asuntos públicos locales y el significado de la democracia desde la vida local.

Cada año la Semana Europea de la Democracia Local pone en la agenda pública la conmemoración de la aprobación de la Carta Europea de Autonomía Local, aprobada el 15 de octubre de 1985 y ratificada por 46 paises integrantes del Consejo de Europa.

Las actividades que se desarrollaron éste año en la Semana tenían como slogan: Ciudadanía Activada: votando, compartiendo y participando (Active Citizenship: voting, sharing and participating). 

La Carta Europea de Autonomía Local, nos dice que por autonomía local debemos entender “el derecho y la capacidad efectiva de las Entidades Locales de ordenar y gestionar una parte importante de los asuntos públicos, en el marco de la Ley, bajo su propia responsabilidad y en beneficio de sus habitantes.”[1]

En el Preámbulo de esa Carta Europea se reconoce que es en el ámbito local donde el ciudadano tiene la oportunidad de ejercer con mayor efectividad su derecho a participar en la gestión pública y es allí donde las Entidades Locales investidas de competencias efectivas permiten una administración más efectiva y cercana al ciudadano.

Para Alina Tatarenko y Oliver Terrien, la democracia local no puede verse como accesoria y en base a esta Carta Europea, sostienen que el concepto de “democracia local podría describirse globalmente en torno a dos series de relaciones fundamentales, distintas pero interconectadas; por un lado, las relaciones entre el Estado central y las entidades locales; por otro, las relaciones entre los ciudadanos y las entidades locales.”[2]

Resulta complejo tratar de construir un concepto de democracia local desde la experiencia de la vida local en Venezuela; pues precisamente, en esas dos relaciones interdependientes, mencionadas en el párrafo anterior, es donde reposa el enfrentamiento entre el diseño comunal y el diseño político-institucional municipal.  

El enfrentamiento entre dos modelos se percibe a través del tejido legal que desde la Asamblea Nacional han creado y mediante el cual de manera progresiva ha venido asfixiando la libertad del ciudadano para incluirse activamente en los asuntos públicos locales, dificultando de esta manera y en la práctica, la oportunidad real para experimentar de manera directa el valor de la democracia para el progreso y para el desarrollo.

Alexis de Tocqueville (1905-1859), en su obra Democracia en América, nos dice que “las instituciones municipales son a la libertad lo que la enseñanza es para una escuela“;  y en ese sentido, destacando el valor de lo local en el fortalecimiento de la democracia, sostiene Tocqueville que es precisamente en el municipio donde reside la fuerza de los pueblos libres, porque en lo local es donde el ciudadano puede experimentar y saborear el uso pacífico de la libertad, así como también, acostumbrarse a servirse de ella. 

Las elecciones locales del 8 de diciembre, representan la oportunidad para poner en la agenda pública el debate sobre la libertad parar ejercer la ciudadanía desde lo local, es la oportunidad para abrir las puertas de los partidos políticos y generar espacios de encuentro para lograr reinterpretar el concepto de “asuntos propios de la vida local”, para que en ese marco, podamos defender al Municipio como la unidad política primaria y redefinir el significado de la autonomía local.

Entender las elecciones del 8 de diciembre como una oportunidad exige comprender que el municipio no es accesorio a la democracia, sino que por el contrario es una pieza esencial que se convierte en herramienta directa para volver a comprender el significado de la Democracia.  Sólo experimentando la democracia local podremos recuperar nuestra condición de ciudadanos para así comprender mejor la Democracia. 

Participando como electores el 8 de diciembre es nuestro mejor aporte cívico para no ser indiferentes y complices de la destrucción del Estado.
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[1] CARTA EUROPEA DE AUTONOMIA LOCAL. BOE número 47 de fecha 24 de febrero de 1989.
[2] TATARENKO, Aliana y TERRIEN, Oliver. El Sello Europeo de Excelencia en materia de Gobernanza, una herramienta del Consejo de Europa al servicio de la gobernanza local.  En: Revista Democracia y Gobierno Local. Fundación Democracia y Gobierno Local. No. 20 Primer trimestre 2013. P. 15.


Carlos Romero Mendoza.

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