Añadir leyenda |
Heinz Dieterich | Martes, 24/06/2014
1. La caída de un político anacrónico
Jorge Giordani, ex ministro de
Planificación de Venezuela, cayó por anacrónico. Es decir, cayó por estar fuera
de su tiempo. Trató de implementar dentro del proyecto
desarrollista-capitalista del Presidente Hugo Chávez el Socialismo del Siglo
XX, cuando éste ya había fracasado y demostrado en todo el
mundo que no funciona en el Siglo 21. Anclado científica e
ideológicamente en el pasado, Giordani nunca comprendió que Chávez lo
empleaba ---al igual que a Eduardo Samán y Vielma Mora--- en una
coyuntura táctica; no en una alianza estratégica.
Hugo Chávez entendió a la perfección
que el Socialismo del Siglo XX era un sistema moribundo y que era un
anacronismo tratar de implementarlo en Venezuela. ¿Por qué, entonces, permitió
la presencia de Giordani en su gabinete? La respuesta es obvia. El atractor
principal de su política después del golpe de Estado de 2002/3, era la
contención dominante de la burguesía. Para lograr ese objetivo usó dos medidas:
a) comprar la burguesía con la renta petrolera; b) amedrentarla con la
intervención estatista en la economía.
La gravitación natural del ministro
hacia estratagemas centralistas-burocráticas del fracasado Socialismo del Siglo
20, lo hacía útil para el paradigma de dominación del Chávez pos-golpista.
El software decimonónico de Giordani nunca le permitió entender al
mercado contemporáneo como un sofisticado sistema informático y
decisorio, cuya cibernética sólo puede ser remplazada exitosamente por el
Socialismo del Siglo 21. Chávez lo usó como amenaza político-económica contra
la burguesía, tal como usó a Samán en la supuesta guerra contra los precios y a
Vielma Mora en la supuesta guerra contra las prebendas fiscales del Gran
Capital. Y cada uno de ellos, sin entenderlo, sirvió como testaferro del
Socialismo que Chávez supuestamente estaba construyendo.
Con el agotamiento económico del
modelo de dominación de Chávez, hacia el año 2010, Giordani tenía los días
contados. Lo que le prolongó su carrera política en el Modelo de Gobernanza
Desarrollista de Chávez, fueron dos factores: la decisión del Presidente de
no-reformar el modelo y después, su terrible enfermedad. Sin embargo, con la
muerte del Comandante y la instalación de la disfuncional troika gobernante, la
erosión del modelo chavista se aceleró exponencialmente. Y el sobreviviente del
pasado, el anacrónico Giordani, con toda la información a su disposición,
no alertó al pueblo sobre el pronto naufragio del Titanic bolivariano por el
iceberg del capitalismo, de la corrupción y de la ineptitud: como era su
deber político y moral como revolucionario. Hasta que ---ya semi-hundido
y con el agua al cuello--- se refugió en el bote salvavidas de su renuncia,
donde rema ahora solitariamiente como el protagonista de The Life of Pi,
rodeado de hienas y tigres.
2. El futuro de Venezuela
Hasta aquí, la historia de Giordani es
la biografía de un tragicómico hecho individual, como el que construye
magistralmente Ernest Hemingway en El viejo y el Mar. Lo que importa, sin
embargo, es el futuro inmediato de la nación, no de un individuo. Este futuro
se perfila de la siguiente manera.
Ante la crisis estructural, Miraflores
busca evitar el colapso del sistema económico y político bolivariano mediante
un plan de rescate. Es decir, mediante una reestructuración capitalista. La
crisis es una stagflation (estanflación: alta inflación, cero
crecimiento), que se caracteriza por dos aspectos específicos venezolanos:
1. Sus cadenas causantes
son endógenas, sobre todo, la incompetente gestión económica del equipo gubernamental;
2. nunca ha habido
socialismo de ningún tipo en el sistema. La superación de la crisis económica
venezolana es, por lo tanto, una tarea clásica de los intelectuales
colectivos e individuales del capital que se dedican a tales misiones: el FMI,
la banca de inversión privada, la OCDE, etcétera.
Se entiende que la troika pretende
esconder el hecho, ya en curso, de que el plan de rescate de la economía está
en manos del gran capital nacional (Fedecamaras, Polar) y, sobre todo, del
capital financiero global. Después de tantos años de mentiras sobre el
socialismo, la situación económica y sus factores causantes, la troika no
quiere acudir directamente a la Grande Dame del capitalismo financiero
global, Christine Lagarde, sustituto de Dominique Strauss-Kahn en la Dirección
del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sería demasiado humillante y
desestabilizador que los abanderados del socialismo bolivariano y
latinoamericano pidieran ayuda a la institución que su fundador pretendía
destruir como símbolo par excellence de la tiranía
capitalista mundial.
Sin embargo, gracias a The French
Connection (la conexión francesa) todavía no es necesario izar la
bandera blanca sobre el Palacio de Miraflores. Se puede ocultar un poco más la
capitulación ante el capital financiero que terminará con esos 14 años (que)
han transformado copernicamente a Venezuela, como alucinaba el año pasado uno
de los intelectuales que más se ha beneficiado de la Revolución Bolivariana:
Ignacio Ramonet. Esta conexión francesa data de inicios del gobierno de Chávez,
cuando Ramonet --capitalizando su cargo de Director de Le Monde
Diplomatique-- logró colocar en el Palacio de Miraflores a Monsieur
Max (Maximilian Sánchez Arveláez), como asesor internacional de
Chávez; junto con otros señoritos de la izquierda light de Paris y Londres,
vinculados a la fauna global socialdemócrata y altermundista (Attac, Foro de
Sao Paulo, Foro Social Mundial, etc.). Max, que en Miraflores pronto cayó bajo
las riendas de Marta Harnecker, es actualmente Encargado de Negocios de
Venezuela en Estados Unidos, nombrado por eñ Presidente Nicolás Maduro.
A esta nube de asesores
"socialistas" franceses se refiere Giordani críticamente en su carta
de despedida, sin mencionar él de mayor importancia actual: Matthieu Pigasse,
banquero multimillonario, Jefe de la Sovereign Advisory Group and Chief
Executive Officer del banco de inversión global, Lazard France
at Lazard Ltd.; co-dueño de Le Monde Diplomatique y auto-declarado rebelde
contra el establishment burgués ("I am very anti-bourgeois", le dijo
al Financial Times), quién ha asesorado a los gobiernos de Ecuador,
Argentina y Grecia en planes macroeconómicos.
Si Pigasse fue recomendado a
Miraflores por Ramonet, Rafael Correa, Cristina Fernández de Kirchner, Monsieur Max,
su exjefe directo Strauss-Kahn o interposita persona (otro
testaferro), es secundario. También es secundario si la Grande Dame,
el Presidente imperialista francés Hollande, o el Strauss-Kahn de instintos
salvajes están directamente involucrado en el plan de rescate de Venezuela. Lo
importatnte aquí es que la Troika ha perdido el control de la economía y que lo
está entregando a escondidas al capitalismo global.
Siendo fiel a la nomenclatura a la que
pertenece, Giordani ---en lugar de informar al pueblo sobre las internas
de Miraflores que son vitales para que los trabajadores y el
pueblo configuren su propio Proyecto de Nación, de Defensa de sus empleos
y las conquistas sociales--- no revela datos de importancia para superar la
crisis de transición actual, desde los intereses populares.
Sin embargo, la situación nacional
está radicalizándose rápidamente. Mientras la burguesía intensifica su ofensiva
política contra los derechos laborales de los trabajadores, saboreando una vez
más su triunfo en la lucha de clases contra la plebe y sabiendo que la
Revolución Bolivariana es cosa del pasado, los trabajadores empiezan a
desesperarse y radicalizarse ante la ineptitud e inacción del gobierno.
Por ejemplo, después de un revelador
análisis sobre la parálisis total del sector automotriz manufacturero y la
inercia total del gobierno de Maduro, los sindicatos de ese sector mandan una
carta al Presidente (ver carta de la FUTACC), en la cual le advierten que:
"Con la misma convicción y
voluntad que hemos defendido la Revolución, saldremos ahora a defender el
empleo y el salario, sin temor alguno de lo que puedan tildarnos de patronales
o contrarrevolucionarios. De continuar la situación presente, los pronósticos
no son muy alentadores para la clase trabajadora automotriz, pues si sigue como
va, ocurrirá lo que ocurría en la cuarta república. ¡Que no se repita la
historia compañero Presidente!"
Esta carta abierta es un pequeño
indicio del fin de la hegemonía del proyecto chavista sobre crecientes sectores
populares y de la clase trabajadora. Y cuando un gobierno pierde la hegemonía,
sólo le quedan las bayonetas para gobernar. Cuando esto suceda, la guarimba de
los sifrinos universitarios y de su jefes terroristas profesionales de
Washington, parecerá una brisa de primavera ante el huracán que podría
desatarse.
¿Podrá el Congreso del PSUV impedir la
tempestad? Esperemos que sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico