Miguel Méndez Rodulfo 17 de octubre de 2014
En apenas dos meses el precio de la
cesta petrolera venezolana ha caído 23%, aproximadamente, algo grave para el
país aunque el gobierno en su recurrente línea de estrategia comunicacional
pretenda negarlo. Las razones de tal desplome se encuentran, en un conjunto de
factores difíciles de analizar por su complejidad y amplitud. En primer lugar
se encuentra el estimado de un menor crecimiento de la economía mundial, que ha
hecho el FMI para 2014 y 2015, basado en el estancamiento económico y la deflación
en la que se debate Europa. El conjunto de planes y medidas económicas que han
tomado las autoridades financieras de la eurozona, aunque preservaron el euro y
han saneado muchas economías como las de Irlanda, Portugal, España y Grecia, no
ha logrado sacar del atolladero a Francia y a Italia, con el agravante que
ahora Alemania se desacelera. Por otra parte la combinación de medidas de
austeridad con medidas de inyección de dinero a la economía, ha traído
confusión y por lo pronto no han logrado rescatar la confianza en el
crecimiento europeo. China, por su parte, muestra signos inequívocos de
desaceleración, también la India luce estancada, Brasil está inmerso en una
recesión, Argentina envuelta en otro default, los conflictos armados en Ucrania
(lo cual le ha costado a Rusia una severa crisis económica) así como en el
Levante, la incidencia del Ebola en África occidental, todas son piezas del
rompecabezas que explican el bajo crecimiento mundial y en consecuencia una
disminución de la demanda de hidrocarburos.
Adicionalmente el aumento
significativo de la producción de shale gas y shale oil (gas y petróleo de
esquisto, obtenidos por tecnología de fracturación hidráulica –fracking-) en
los Estados Unidos y Canadá, ha incidido en la caída del precio petrolero. Como
vemos, las causas de la disminución de los precios obedecen a razones
económicas y geopolíticas; en otras palabras a los imponderables del mercado.
Sin embargo, no es esa la explicación que nos da Nicolás, él nos dice: “…el desplome ocurrido en los
últimos días en la cotización del petróleo en los mercados internacionales está
relacionado con una estrategia de Estados Unidos de "inundar" el
mercado buscando perjudicar a Rusia”. La verdad es que, como siempre, se
equivoca el señor Maduro. En el fondo, una causa de envergadura que explica la
caída de los precios no viene tanto de la intención de USA de inundar el
mercado, como si del propósito expreso, en ese sentido, que tienen Arabia
Saudita y otros productores del golfo.
En efecto, los saudíes ya desecharon
la propuesta venezolana de convocar a una reunión extraordinaria de la OPEP
para defender los precios reduciendo producción; pero también expresaron en un
comunicado que: “Había que acostumbrarse a precios bajos”. Los analistas
petroleros han logrado determinar que la estrategia de Arabia Saudita va
dirigida a lograr que los precios del crudo caigan por debajo de los 90 dólares
el barril, con lo que expulsarían del mercado a los productores de Canadá y
EE.UU, que producen en tierra hidrocarburos de alto costo debido al uso del
fracking, o que su producción proviene de aguas profundas, proceso igualmente
caro. La producción de hidrocarburos de Arabia Saudita es muy económica ya que
se trata de crudos livianos, fáciles de producir. La intención saudí, que es
capaz de producir hasta 10 millones de barriles diarios, si es inundar el
mercado para desestimular nuevas exploraciones y operaciones más complejas y caras, con el objeto de dejar
afuera del mercado a países como Canadá y EE.UU.
A lo que tiene que ponerle cuidado
Nicolás es al mensaje que también dieron los saudíes en relación a que se
“conformarían con 80 dólares el barril”. En ese escenario, no solamente
Venezuela, sino Rusia e Irak, podrían ver como cualquier chispa incendia la
pradera.
Caracas 17 de octubre de 2014
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