Miguel Méndez Rodulfo 10 de julio de 2016
Una de
las cuestiones que más contribuye a lesionar la imagen de este régimen en el
mundo es la manera como desprecia e irrespeta los derechos humanos. Para las
democracias del mundo este es un asunto delicado, grave e intolerable. La
existencia de presos políticos, de presos de conciencia, es considerada en
todas las instancias supranacionales como una afectación imperdonable a la
democracia y al estado de derecho. Cuando uno observa que la principal
condición para la adhesión de un país a la Unión Europea, es que existan
instituciones independientes que garanticen los derechos humanos, se da cuenta
que cuando se configura el incumplimiento de este precepto, no hay
incorporación posible; esto ha dado lugar en la práctica a que Turquía, por
ejemplo, durante décadas no se haya podido constituir en miembro de la UE. La
humanidad ha reflexionado y madurado mucho con respecto a la defensa de los
derechos humanos: la Corte Penal Internacional, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, el Alto Comisionado de la ONU para la Defensa de los Derechos
Humanos, Human Right Watch y miles de ONG que a nivel planetario se dedican a
defender a los débiles frente al poder de los gobiernos, es prueba de la
importancia de este tema.
En el
caso de Leopoldo López, nuestro más emblemático preso político, cuya sufrida
figura recorre al mundo a diario, a través de los noticieros, periódicos y
redes sociales, este régimen despiadado no se conduele en absoluto y humilla no
solamente al político reducido al enclaustramiento, sino que maltrata también a
su esposa y a su madre, haciéndoles más penoso a estas damas trajinar con tan
injusta causa. No menos importante y sentida, es la situación de Manuel Rosales
cuya dignidad pretende doblegar y mancillar este gobierno moribundo. Rosales
Guerrero, como lo indica su apellido, no cede un ápice en sus principios y
desde la minusvalía enfrenta con resiliencia el fragor de la infamia. Para
quien conoce a Manuel, no es de extrañar su entereza, su condición de hombre
íntegro y su valor a toda prueba. Antonio Ledezma, es otro de nuestros líderes
fundamentales, encarcelado por el delito de pensar diferente, de hacerle frente
con hidalguía y pundonor a este régimen corrompido que abusa de la fuerza,
intenta amedrentarnos encarcelando arbitrariamente a nuestros políticos
ilustres y se vale de bandas armadas para intimidar a la población.
Los
casos recientes en que se difieren reiteradamente las apelaciones de Leopoldo
López, por el motivo más baladí, evidencia lo poco que este gobierno nefasto
respeta la ley. El impedimento al acceso
de los abogados españoles de Leopoldo, es sólo una prueba más de esto;
igualmente la prohibición de la visita de la Comisión de DDHH del Parlasur al
Alcalde Ledezma, ratifica lo antes dicho. Daniel Ceballos, igualmente sufre
cárcel. Pero no solamente este régimen desalmado apresa a políticos
importantes, sino que destacados luchadores como Villca Fernández, Rosmit
Mantilla Renzo Prieto, Ronny Navarro, Juan Giraldo, Leocenis García, Raúl
Emilio Baduel, Comisarios Juan y Rolando Guevara, han ido a parar con su
humanidad a las mazmorras del gobierno. No sabemos si esta actitud de “matón de
barrio”, es una manera de adelantarnos que así como no se cumple la ley en
materia de derechos humanos, así mismo se incumplirá la letra constitucional
que prevé el referéndum revocatorio.
El
gobierno juega con fuego, su actitud de que no le importa lo que pueda pasar
con un pueblo hambreado, que siente que no hay salidas por ningún lado, es
altísimamente peligrosa. Es verdad que a todos nos afectará el caos, pero lo
que es seguro es que el régimen no saldrá indemne, luego el revocatorio es una
salida constitucional, ordenada que le permitirá al PSUV mostrar un talante
democrático que le signifique sobrevivir en el panorama político venezolano y
concurrir, como partido democrático a futuras elecciones.
Caracas
8 de julio de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico