Por Eddie Ramírez, 09/08/2016
Luchadores y honestos a carta cabal. Pompeyo, conocido en Venezuela y
el mundo. Pablo Eloy popular en Catia. Ambos luchadores y entrados en años.
Pompeyo fue admirador del comunismo ruso, posteriormente de los chinos rojos y
militó en el MAS. Pablo Eloy fue adeco y después mepista. Hoy ninguno es
militante de partido, la única bandera que enarbolan es la de Venezuela. Pompeyo
perdió los mejores años de su vida en búsqueda de una utopía. Estuvo preso, fue
senador y ministro. Viajó por el mundo entero. Valientemente, al igual que mi
admirada Gloria Cuenca y otros, reconoció su error. En una oportunidad le
pregunté por qué había tardado tanto en percatarse de las perversiones del
comunismo. Con toda franqueza contestó que por fanatismo. Es uno de los tantos
ejemplos que desmienten lo que algunos predican sin base de que comunista
siempre será comunista y por ello poco confiable.
Pablo Eloy es un hombre humilde, inteligente y amante de la lectura.
Por destacar como luchador social, los adecos lo enviaron a cursos en Israel y
en Costa Rica. En todas las manifestaciones en contra de la marabunta roja,
Pablo Eloy estaba presente con una pancarta sencilla, escrita sobre un cartón
de caja de supermercado, pero con leyendas sabias y apropiadas al momento
político.
A Pompeyo Márquez lo conocí brevemente en una visita a Ciudad Sucre,
cuando yo trabajaba en Palmaven. Desconozco qué habrá pasado con ese proyecto
que impulsó. Muchos la llamaron Ciudad Pompeya, por aquello de que no tendría
futuro. Ya no por el Vesubio, sino por la dificultad de que tuviese vida
propia. Posteriormente tuve el honor de compartir con él todas las semanas en
fructíferas reuniones de la Mesa de Reflexión Democrática cuyo motor era ese
destacado venezolano que fue Alberto Quirós Corradi. Las intervenciones de
Pompeyo siempre eran ponderadas, instructivas y en favor de la unidad. Una de
sus predicciones es que “aquí vendrá una solución inédita”.
A Pablo Eloy Moscó lo conocí a raíz de los sucesos del 2002. De tez
oscura, muy flaco, camisa manga corta y en cholas. La primera vez que me
acerqué a conversar me impresionó su sabiduría popular, a la vez cultivada por
muchas lecturas. De allí en adelante nos hicimos amigos y Pablo Eloy se
convirtió en un miembro más de Gente del Petróleo. Largas conversaciones
personales y telefónicas. Compartir su dolor por el asesinato de dos de sus
nietos y el fallecimiento de su esposa Hilda estrecharon nuestra amistad y mi
admiración por él.
Hoy ambos están limitados por problemas de salud, pero siguen dando
consejos y seguros de que tendremos una Venezuela mejor. Nuestros votos porque
se recuperen y puedan ver el fin de la dictadura y el renacer de un país que
tenía todo para ser exitoso, pero que perdió el rumbo por errores de algunos de
quienes lo condujeron en el pasado y por la falta de escrúpulos e ineptitud de
quienes hoy están al mando.
Como (había) en botica: Excelentes las notas sobre Economía y Finanzas
que diariamente publica nuestro compañero y amigo Horacio Medina. Eulogio del
Pino, presidente de Pdvsa, pensó que sus palabras reconociendo el error de
haber estatizado las empresas de servicio de la Costa Oriental del Lago no
serían divulgadas. Ante el reclamo de Jaua y de otros tira piedras, no tuvo el
coraje de mantener lo dicho. ¡Pobre infeliz! Está circulando la noticia del
fallecimiento de una trabajadora de Pdvsa que no fue admitida en clínicas
porque la empresa no cumple con los pagos y las deudas son enormes. La prisión
de Coromoto Rodríguez es una de las mayores arbitrariedades del régimen en
complicidad con el poder judicial. Nadie puede creer que un experimentado
detective pudiese ser engañado por unos jóvenes que conversaron con él en una
marcha. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
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