Por Jesús Alexis González, 08/05/2017
La literatura mundial es frondosa, con relación a la represión que han instrumentado
movimientos de “pretensión revolucionaria” luego de alcanzar el poder
(inclusive por vías electorales) los cuales en su mayoría han devenido en gobiernos de fuerza,que de inmediato
inician un “proceso” para “borrar” la historia social y política del país al
tiempo de propiciar un terrorismo de
Estado, persecución política, desprecio a la soberanía nacional, violación de los derechos humanos, uso
intensivo del populismo, la demagogia, el cinismo y la mentira en pro de
instaurar un servilismo en claro
reemplazo del patriotismo; hasta
finalmente estructurar una dictadura (centrada
en una persona o en un grupo dominante) perfilada por una ausencia de la división de poderes y sustentando su permanencia en
el poder a la luz del apoyo de las fuerzas
armadas. En tal escenario, pretenden permanentemente adaptar la Constitución a las aspiraciones del grupo dominantey en unísono
van desvaneciendo la figura del “nuevo”
Presidente (aun cuando simule ejercer el cargo) habida cuenta de haber
desmontado el orden constitucional y democrático (que en teoría continua
funcionando) al punto de inducir una ausencia
de los derechos del pueblo (en especial los
humanos) y en paralelo procuran dominar
y controlar a los ciudadanos a través del miedo; yen sintonía cohíben la
opinión de su “equipo de gobierno” quienes asumen la condición de adláteres y
amanuenses con tal de permanecer cerca de las bondades que confiere el poder,
propiciando un esquema de “errores
gubernamentales silenciados” que van deteriorando, no solo la calidad de
vida del pueblo, sino también la estabilidad
del régimen como consecuencia de un aumento paulatino del rechazo de una
significativa mayoría poblacional.
La democracia,
por el contrario y como bien se conoce, se basa en los valores de igualdad y libertadconsagrados como principios
Constitucionalesen un contexto donde todos somos iguales ante la ley, y con
una apertura a la participación y el
protagonismo que se alcanza a través del voto universal, libre y secreto,
confiriendo un espacio para contribuir
en el funcionamiento del país en un escenario de desconcentración y
descentralización de las decisiones, al contar con la oportunidad de
organizarse y participar con plena
libertad en la vida política, social y económica sin
temor a represalias y agresión gubernamental; de igual maneradefine los derechos humanos con especial énfasis
en el derecho a la vida, a una educación pertinente y de calidad, a la
vivienda, a la salud, a la alimentación y a un sistema jurídico infalible que vele por la ecuanimidad y
transparencia de los procesos, evitando la impunidad.
Desde un ángulo complementario, vale referenciar el “comportamiento”que emerge en algunos
integrantes de la cúpula militar
cuando están compartiendo, directa o indirectamente, el Poder Ejecutivodesde donde, en complicidad con el grupo dominante,
propician la ruptura del principio de la
división de poderes del Estado al punto de convertir el Poder Judicial en
un simple instrumento formal que les permite instaurar un gobierno dictatorial
altamente represivo hacia la sociedad civil en general y en lo
particular a todos aquellos que son calificados como terroristas y subversivos (pretenden alterar el orden establecido), haciendo al
propio tiempo uso del terror como
instrumento para intentar perpetuarse en el poder. Es de perogrullo
afirmar, que los gobiernos
militares-cívicos violan sistemáticamente los derechos humanos dentro de un
marco de represión política en pro de monopolizar el poder del Estado, al
frente del cual luego acostumbran “colocar” a un individuo con personalidad
obsesiva, egocéntrica, con componentes psicópatas, de alto carisma y poder de
convencimiento; quien ha de personificar la fantasía paternalista del protector-benefactor del pueblo con el
fin distraer a los estratos sociales menos favorecidos sobre su pretensión de ¡tiranía! que le permita gobernar de
forma ilegal, ilegitima y déspota en
aras de gobernar con un poder total sin someterse a leyes ni a limitaciones, lo
cual se hace posible a través de la fuerza, la violencia y la manipulación de
la Constitución. Luego de alcanzar su rol de tirano, da rienda suelta al autoritarismo
caracterizado por una criminal
opresión, el engaño y la coacción para imponer su voluntad (o la del grupo
dominante) al amparo de lafuerza militarquienes
pasan a formar parte de la vida cotidiana, al tiempo de “colaborar” para que se
abandone todo tipo de consulta al pueblo al igual que para suprimir los
partidos políticos (excepción hecha del partido único oficialista), sin ofrecer
un pensamiento que guie la función pública salvo enunciados descontextualizados
que son convertidos en “verdad única” por los medios de comunicación ante la censura
y autocensura que les son impuestas en pro de enaltecer al tirano-presidente.
Afortunadamente, la caída de los tiranos se hace irreversible al compás de insurrecciones masivas que tienen en
común las emociones colectivas y los acontecimientos políticos que conllevan
variados movimientos con relevancia de acciones
de calle y de protestas acompañadas de marchas pacíficas y constitucionales; cuyo
detonante se asocia con la pérdida de
autoridad del tirano-presidente como consecuencia de haber transitado hacia
el totalitarismo y de ejercer el
poder de manera totalsin respetar
divisiones ni derechos individuales y colectivos.
Reflexión
final: Venezuela está transitando un
periodo histórico como el que brevemente se esbozó pero en la actualidad se
encuentra muy cerca de volver a su
estado anterior,para lo cual la mayoría del pueblo que se opone al régimen (más
del 80%) ha de mantenerse activamente protestando en la calle,en
el entendido que la CRBV no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza,al tiempo que los
ciudadanos tenemos el deber de colaborar
en el restablecimiento de su efectiva vigencia (Art. 333 Constitucional).
Econ. Jesús Alexis González
@JesusAlexisGo10
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