Ramón Antonio Pérez 13 de mayo de 2017
ste 10
de mayo se cumplieron 40 días en los que en Venezuela ha reinado la
violencia. El balance es muy duro: más de 40 personas fallecidas como
consecuencia de la represión generada por el Gobierno del presidente Nicolás
Maduro, 1991 ciudadanos arrestados y 653 aún se mantienen en prisión por exigir
más democracia. Durante estos días, el tono ha sido el mismo: violencia y
represión de parte del oficialismo; muertos, heridos y detenidos del lado
opositor.
Pero
las marchas convocadas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) como parte de
su estrategia de resistencia al Gobierno de Maduro, no han dejado de contar
entre los manifestantes con grupos de sacerdotes, religiosas y laicos católicos
que oran, rezan y cantan a Dios, mientras gritan sus consignas en favor de la
democracia y la libertad como lo hace la gran mayoría.
Estos
hombres y mujeres no solo han sufrido en carne propia los efectos de las bombas
lacrimógenas también llevan consuelo por las muertes o detenciones de
familiares y amigos que han caído bajo la represión del régimen. Como el resto
de ciudadanos no han logrado llegar a la Defensoría del Pueblo, al Consejo
Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia para pedir unas elecciones
generales que pudieran resolver el conflicto. La iglesia está en la calle.
¿Qué
más ha hecho la Iglesia?
Especialmente,
la Iglesia ha sido muy crítica de la propuesta de Maduro de convocar a una
Asamblea Nacional Constituyente. El petitorio de los obispos el pasado 5 de
mayo fue contundente: “No
reformar la Constitución, sino cumplirla”. En ese sentido, ha sido
consecuente con su misión de fomentar la hermandad y la solidaridad entre los
hombres, denunciado, además, las características de un Gobierno que se aleja
cada vez más de las leyes.
Los
sacerdotes y obispos, religiosos, religiosas y laicos venezolanos han
hecho lo que como iglesia tienen que hacer: acompañar al pueblo en sus
exigencias por la democracia y la libertad; desarrollar planes de
contingencia para ayudar a los más necesitados en medio de la crisis
humanitaria; y orar ante Dios, clamando para que el conflicto se resuelva sin
violencia.
En
efecto, una de las actividades que cumple la iglesia a pesar de la dura
realidad es la campaña compartir entre los más necesitados con el programa:
“Ollas Comunitarias” que Cáritas de Venezuela promueve en todo el país junto a
sus similares diocesanas y parroquiales cuyos números cada vez son mayores.
Simultáneamente, la iglesia lleva asistencia médica, entrega insumos
alimenticios y medicamentos en lugares de difícil acceso, don la gente vive
condiciones peores a las de la ciudad.
Oración
por Venezuela
La
Iglesia ha sido el motor de la fe y la esperanza en medio de ese pueblo que
transita momentos muy dolorosos. La oración ha sido la vía para reforzar el
deseo de volver a ser un país en el que todos se vean con normalidad, con
afecto y se reencuentren. “Este es un momento en el cual necesariamente
debemos fijar nuestra mirada en el Dios de la Vida y de la Paz”, dicen los
obispos.
Como
parte del comunicado en el que rechazaron la “Constituyente de Maduro”, también
invitaron a todas las parroquias y comunidades a organizar una Jornada de
Oración por la Paz de Venezuela, el próximo domingo 21 de mayo. El objetivo: “por
el cese de la violencia, la represión oficial y por la búsqueda de caminos para
el entendimiento y la reconciliación que tanto necesitamos”.
El
cardenal Jorge Urosa Savino ratificó la invitación a debido a que los
venezolanos “tenemos que pedirle mucho a Dios porque actualmente hay muchos
problemas: el hambre, desabastecimiento, violencia, saqueos y falta de
medicamentos”. Especialmente habló del problema político, que en Venezuela
tiene que resolverse: “el acatamiento y obediencia a la Constitución, que no
haya nada que vaya en contra de la Constitución”, manifestó esta semana.
El
CELAM preocupado Venezuela
En el
marco de la de la XXXVI asamblea general de la Conferencia Episcopal
Latinoamericana-CELAM- que se desarrolla del 9 al 12 de mayo en El Salvador, se
creó una comisión para estudiar lo que está ocurriendo en Venezuela,
especialmente en materia de la violación de los derechos humanos.
La
comisión estará presidida por el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua
(Nicaragua) y entre sus integrantes se encuentra monseñor Diego Rafael Padrón
Sánchez, arzobispo de Cumana (Venezuela); monseñor Elkin Fernando Álvarez,
obispo auxiliar de Medellin (Colombia); monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo
de Asunción (Paraguay) y Elvy Monzat, del departamento justicia y solidaridad
del CELAM. No se descarta que esta comisión visite a Venezuela en los próximos días.
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