Por Arnaldo Esté
Da nervios mirarlos tan
enredados. Con su tradicional ineptitud, no se pusieron de acuerdo en la
artimaña, a pesar de haberla querido hacer desde hace tiempo. Desde que jugaban
a una de vaqueros empañuelados en la plaza de las Tres Gracias. Se colearon en el
tren del eterno, se las arreglaron para desplazar a los extraños al grupo y
allí están, encompinchados con unos generales muy vivos, ¡por cierto!
Una dictadura con un
viejo afán de comunitarismo que termina en un repetido corporativismo:
organizaciones populares con personas negadas. Empanadas sin carne. Con unos
seguidores autobuseados que parecen ser hechos en Corea del Norte. Y que nunca
van a funcionar por estar viciada en el clientelismo petrolero.
La crisis general ha seguido
creciendo y, con ella, la propia crisis e inseguridad de un gobierno que lanza
eso de una constituyente para profundizar la Constitución y llenar sus vacíos.
Una serie de burladeros con medidas discordantes.
No es nuevo eso de un
galimatías de nombres viejos para ideas huecas. Para explicar esas cosas el
supremo se traía unos escribidores de esos itinerantes turistas de las
revoluciones. Ahora no sé quién es el genio, pero seguro que tiene problemas de
lenguaje. Alguna variedad de dislexia que le impide comunicar con claridad.
Lo muy malo es el costo, el
lenguaje de la violencia, ya no solo en hambre, mengua, inseguridad y ruina
sino en muertos y heridos. Un costo que, deben saberlo, se le cargará a lo que
llaman “costo de salida”.
La oposición, en cambio, ha
dejado de ser “opositores”. Se han unido, tomado la calle y acordado en un modo
que se resume en cuatro propuestas que van tomando la forma de símbolos:
Asamblea Nacional, elecciones, libertad a los presos políticos y comida. Además
de eso se enriquece con imaginación e imaginadores de una generación que abona
esperanzas. Sin embargo, así, fortalecida, le va a resultar difícil tomar el
rumbo hacia la negociación. Hacia una inevitable negociación.
Desde una posición de fuerza
tendrá que venir el entendimiento primero, la negociación segundo y el gobierno
de coalición tercero. ¿Verdad que suena ácido? A pesar de haberlo escrito
muchas veces, a mí mismo me suena feo.
arnaldoeste@gmail.com
13-05-17
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