Por Erick Mayora
De manera alterna,
los obispos venezolanos Mario Moronta y Víctor Basabe leyeron
el documento de cierre de la Centésima Octava Asamblea Ordinaria
Plenaria de laConferencia Episcopal de Venezuela (CEV) en el que expresan,
entre otras cosas, que “el próximo 16 de julio, promovida por la Asamblea
Nacional, tendrá lugar una consulta popular que goza de toda legitimidad”.
“Consideramos una provocación
de parte del Gobierno y del CNE convocar, para ese mismo
día, un simulacro de votaciones en algunos centros
electorales del país, pues puede generar lamentables conflictos”,
indicaron los obispos.
Monseñor Moronta, citando
el texto bíblico de Jeremías, dijo que “los clamores de mi pueblo se oyen
por todo el país”, haciendo alusión a la situación actual de la población
venezolana. “Hacemos nuestros los clamores de la gente que se siente golpeada
por el hambre, la falta de garantías para la salud, la difícil adquisición de
medicinas, y la inseguridad en todos los sentidos”.
Aunque el pueblo mantiene la
esperanza y la capacidad de superar las dificultades, hoy sufre mucho más, pide
le sea respetada su voluntad democrática, lo estipulado en
el ordenamiento jurídico y constitucional, así como la real posibilidad de
vivir en concordia, paz, libertad y con un creciente desarrollo humano
integral.
En nuestro país se percibe de
manera muy clara como la violencia ha adquirido un carácter
estructural. Son variadas sus expresiones: desde la represión
irracional con su dolorosa cuota de muertos y heridos, los daños a
viviendas y a estructuras residenciales, persecución hasta la
desatención frente a las necesidades básicas de la gente.
Represión oficial y
paraoficial
En la voz de Moronta, los
obispos venezolanos denunciaron acciones represivas por parte del Estado. “La
represión oficial genera también respuestas violentas, lo cual contribuye a
crear un clima de tensión y anarquía con sus peligrosas consecuencias. Nos
encontramos ante una terrible escalada de la violencia; la detención
de personas, sobre todo jóvenes, por disentir del Gobierno, agrava más la
situación”.
“Muchas de nuestras
instituciones y comunidades son azotadas por grupos paramilitares
ilegales, que actúan bajo la miranda complaciente de las autoridades.
Ejemplo de ellos son los acontecimientos del pasado 5 de julio, en el ataque a
los diputados de la Asamblea Nacional“, Aseveró Moronta.
Por su parte, monseñor Víctor
Basabe hizo un llamado a varios sectores de la sociedad venezolana, entre
ellos, al Gobierno nacional, a los funcionarios militares, a la dirigencia
política y a las instituciones educativas y culturales, a cumplir con sus deberes
constitucionales y a colaborar con la paz en el país.
Cambio de rumbo
“Es hora de un cambio de rumbo
en la orientación política del Gobierno”, leyó Basabe, quien aseguró que
“aunque la crisis que padecemos los venezolanos data de varios años, en los últimos
meses se ha profundizado por la iniciativa del Gobierno de convocar
una Asamblea Nacional Constituyente, cuestionada y rechazada por la
mayoría del pueblo venezolano”.
Dijo Basabe que
“la Constitución ha sido violada nuevamente, y el TSJ y
el CNE avalan lo que propone el Ejecutivo, sin tener en cuenta los
principios básicos de la democracia participativa establecidos en la
Constitución”.
“El mencionado proyecto
constituyentista pretende imponer al país un régimen dictatorial. Al
privilegiar unas bases comiciales sin asidero jurídico, se viola el derecho de
todos a elegir y a ser elegidos y el principio constitucional de la
representación proporcional de la población según su distribución territorial”,
explicó el prelado.
“Todo deja entrever que lo que
se busca (con la Constituyente) es instaurar un Estado socialista, marxista y
militar con la desaparición de la autonomía de los poderes, especialmente del
legislativo”, denunciaron los obispos, quienes reiteraron su invitación al
Gobierno a retirar la propuesta de ANC.
12-07-17
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