Por Froilán Barrios
La población venezolana que
lucha por restablecer el hilo constitucional ha sido sometida en los últimos
días a duras pruebas. La primera: presenciar la instalación impune de una
constituyente comunal truculenta y luego conocer la decisión unilateral de la
MUD de inscribirse a las regionales, sin un mensaje de contenido que
justificara la decisión, da la imagen de una oposición buscapuestos que
pareciera olvidar la gesta heroica tras 4 meses de protestas, con el saldo
trágico que conocemos.
Desde 2015 esta mayoría
opositora se ha expresado con datos precisos: el 6D de ese año y en la reciente
consulta del 16J, cercanos a los 8 millones de votos, además con decenas
de movilizaciones de millones de asistentes a nivel nacional, indican hasta la
saciedad que los venezolanos aspiramos a reconquistar pacíficamente el sistema
democrático.
De allí el brutal impacto
psicológico de ver avanzar a una turba de analfabetas funcionales, electos con
votaciones exiguas y manipuladas, para decidir el destino de la nación, por
ejemplo. En el marco territorial un municipio de 9.000 electores elige 1
diputado, al igual que un municipio de 200.000 electores; si vamos al ámbito
sectorial, el caso de pensionados constituyentes electos con 500 a 2.000 votos,
igual al resto de sectores, pescadores, servicios, en una especie de corte de
mamarrachos con poderes plenipotenciarios.
Por tanto, el error garrafal
de la MUD es saltar hacia adelante ignorando el modus operandi de la jauría y
no reconocer la sensibilidad popular ante la tragedia. Se debe partir de la
constatación de una dictadura que no irá nunca más a consulta universal alguna,
que solo espera agazapada la posición del adversario para actuar. De esta
manera, si la oposición no inscribe candidatos, adelantará las elecciones de
inmediato; pero si los inscribe, recurrirá al delito de violar una vez más la
Constitución, suspendiéndolas mediante su comodín: la constituyente
fraudulenta. Lo que determina la estrategia de llevarlos al escenario de
reconfirmación del totalitarismo inscribiendo candidatos opositores. En
definitiva, estamos en un contexto no convencional en el cual el que se
equivoque menos opción de triunfo tendrá.
Por tanto, los candidatos
opositores que se inscriban solo serán un señuelo ante la vorágine oficialista,
que buscará inhabilitarlos con toda suerte de trampas, pues el proceso será
libre y universal cuando se restablezca el Estado de Derecho, si no véanlo en
los sindicatos. Al saberse perdedor, el gobierno utiliza el CNE y el Mintra
para impedir elecciones en las federaciones de trabajadores petroleros, Sidor,
ministerios, etc.
En definitiva, el
régimen quemó las naves. No regresará jamás a la democracia, selló
su suerte, embriagado de poder ha trazado su destino. De ahora en adelante, a
partir de la instalación de la constituyente comunal, debe establecerse una
línea ineluctable del pueblo en su lucha hasta derrocar la dictadura. Así que
todas las fuerzas internas de la sociedad deberán unirse: trabajadores,
empresarios, partidos políticos, juventud, Iglesia, fuerzas armadas
constitucionales, en un frente de salvación nacional hasta rescatar la
democracia, contando con el apoyo demostrado de la comunidad internacional
Las elecciones regionales son
una circunstancia, no el centro del problema. Para superar la tragedia es
esencial echar abajo la dictadura. El mensaje opositor debe contener claridad y
esperanza para desplazar la actual frustración y confusión de la población.
09-08-17
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