Papa Francisco 09 de diciembre de 2017
Evangelio
según San Mateo 9,35-10,1.6-8
La
misión de anunciar el Evangelio: En aquel tiempo, Jesús
recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en sus sinagogas,
proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y
dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y
abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al
dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha. Jesús convocó a
sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de
curar cualquier enfermedad o dolencia. Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas
del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está
cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los
leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den
también gratuitamente" Palabra del Señor.
Reflexión
del Papa Francisco
Jesús
envía a sus apóstoles y les da las instrucciones para la misión que les espera.
Son indicaciones muy sencilla... Una misión de salvación, añade
Jesús, que consiste en curar a los enfermos, resucitar a los muertos, purificar
a los leprosos y expulsar los demonios.
Se
trata de una misión para acercar a los hombres al Reino de Dios, para darles la
buena noticia de que el reino de Dios está cerca, es más, ya está aquí. Pero el
Señor quiere para los apóstoles sencillez de corazón y
disponibilidad para dejar espacio al poder de la Palabra de Dios.
Por lo
demás, si ellos no hubieran tenido una gran confianza en la Palabra de Dios,
tal vez hubieran hecho otra cosa, pero no habrían anunciado el Evangelio.
La
frase clave de las consignas de Cristo a sus discípulos es precisamente:
«Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente»: palabras en
las que se comprende toda la gratuidad de la salvación. Porque no
podemos predicar, anunciar el reino de Dios, sin esta certeza
interior de que todo es gratuito, todo es gracia...
Por lo
demás, que la predicación evangélica nace de la gratuidad lo testimonian
diversos episodios de la vida de los primeros apóstoles.
San
Pedro no tenía una cuenta en el banco y cuando tuvo que pagar los
impuestos, el Señor le mandó al mar a pescar para encontrar
dentro del pez la moneda con la cual pagar.
Y
Felipe, cuando encontró al ministro de la reina Candace no pensó crear una
organización para sostener el Evangelio, no negoció; al contrario, anunció,
bautizó y se marchó.
La
buena noticia, por lo tanto, se difunde sembrando la Palabra de Dios.
Jesús mismo lo dice: "el reino de Dios es como la semilla que Dios da, es
un don gratuito"
[...] Al
anuncio del evangelio debe pasar por el camino de la pobreza, por
el testimonio de esta pobreza. "No tengo riquezas, mi riqueza es sólo el
don que he recibido de Dios. Esta gratuidad es nuestra riqueza". Es una
pobreza que nos salva de convertirnos en organizadores, empresarios.
El
Papa es consciente de que se deben llevar adelante obras de la Iglesia y que
algunas son un poco complejas, pero es necesario hacerlo con corazón de
pobreza, no con corazón de inversión o como un empresario.
La
Iglesia no es una ONG: es otra cosa, más importante. Nace de esta
gratuidad recibida y anunciada (Homilía en Santa Marta, 02 de juinio de
2013)
Oración
de Sanación
Mi
Dios, gracias por el don de la vida y por hacer presencia en mi vida de la
manera menos pensada, por ser mi escudo y fortaleza para no ser derrotado.
Tú
eres mi norte y mi libertad. Deseo propagar tu amor, salir de mis encierros y
darte a conocer a los que aún no han sabido encontrar tu dulce rostro.
Lo
que gratis me has dado, también gratis debo darlo. Ayúdame a emprender el viaje
de tu anunciación y convertirme en un canal de luz de tu amor.
Quiero
ser un abanderado de tu perdón, confiar en tu providencia sintiendo tu
cercanía, amistad y sanación para que así se llene de paz toda mi alma.
Ayúdame
a ser coherente, a curar heridas con el bálsamo de tu gracia, a llevar alegría
a los corazones entristecidos, y a construir tu Reino con pasión.
Quiero
ser semilla de fe y esperanza, para poder romper las barreras de mis egoísmos y
sembrar ánimo más allá de las fronteras del dolor y la frustración.
Que
pueda yo, Señor mío, con tu poder y tu gracia, liberar a los tuyos de la
opresión del mal y de las ataduras de los vicios y la corrupción.
Confío
en que me proteges del espíritu malo para llevar a cabo esta misión con un
corazón decidido, manteniendo vivo la llama de tus promesas. Amén
Propósito
para hoy
Mirar
hacia atrás un poco en mi vida pasada, pedir perdón al Señor por mis actos no
tan buenos, y proponerme dar lo mejor en cada situación de mi vida
Frase
de reflexión
"Que
la Virgen María sea siempre nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que
nos conduce a Cristo". Papa Francisco
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico