Por Maru Morales P.
El experto en negociación e
integrante de la delegación técnica de la oposición que viajará a República
Dominicana pidió no esperar soluciones mágicas, pero sí un proceso serio y con
garantías. Velásquez contó a Crónica.Uno detalles de la metodología
de trabajo a seguir en las reuniones del próximo 1° y 2 de diciembre.
Caracas. Ni el rostro ni el
nombre de Gustavo Velásquez eran familiares para la opinión pública hasta hace
15 días, cuando el diputado Luis Florido (VP-Lara) lo mencionó como parte de la
delegación técnica de la oposición que viajaría a República Dominicana a
establecer las bases metodológicas para un nuevo intento de negociación política
con el gobierno de Nicolás Maduro.
Pese a su rol esencial dentro
del equipo técnico de la Unidad, este lunes su presencia pasó inadvertida para
muchos de los asistentes al acto donde la oposición presentó a la totalidad de
su delegación técnica y política para
sentarse con el Gobierno.
Velásquez es el experto en
negociación y conflictos, egresado de la Universidad de Harvard, abogado de la
UCAB, y doctor en ciencias políticas de la USM que dirigirá la metodología de
trabajo de la oposición en Santo Domingo.
Al finalizar el acto, conversó
con Crónica.Uno para ofrecer su visión sobre este proceso de
negociación que está por comenzar formalmente bajo el auspicio del presidente
de Dominicana, Danilo Medina, dentro de unas escasas horas.
Velásquez habla con tono
pausado y método docente. Explicando conceptos esenciales para la mejor
comprensión de lo que se va a enfrentar durante los días 1° y 2 de diciembre.
“Esta negociación, como toda negociación, es un proceso. Y en la medida en que
lo planifiquemos bien nos ayudará a ahorrar tiempo, ir directamente a los
puntos que se tratarán y tener posibilidades concretas de lograr acuerdos”,
dice.
¿En qué consistió la reunión
preparatoria del pasado 15 de noviembre?
—Se estableció el orden de la
palabra de cada vocero, se fijó la agenda (del lado opositor los cuatro puntos
ya conocidos: elecciones, canal humanitario, presos políticos y respeto a la
Asamblea Nacional), cuánto tiempo durarán las sesiones, cuánto tiempo durarán
las intervenciones, cuál es el papel de los actores. Hay que recordar que en
este proceso, los actores son el Gobierno, la oposición, el gobierno de
Dominicana y los cancilleres. Nada de eso se deja en el aire, sino que se
define el papel de cada uno.
¿Cómo será la metodología de
esta negociación? ¿Se establecieron mesas de trabajo temáticas o una agenda de
varios puntos a ser discutida por todos los actores?
—Es una agenda donde ambas
delegaciones van a tocar todos los temas. No está previsto en esta instancia
fijar mesas de trabajo pero sí una secuencia de temas que se van a tratar. Como
se habló de que las delegaciones podrían llevar equipos técnicos, entonces se amplió
la delegación, en este caso de la oposición que fue lo que se presentó hoy
(lunes). Pero en la mesa de negociaciones solo se sentaría la delegación
original que comenzó el proceso.
¿Es decir los representantes
de los partidos políticos junto con usted y Vicente Díaz?
—Exactamente. Nuestro papel
será esencialmente de coordinación, metodológico, para orientar el proceso.
¿Entonces todos los 22
integrantes de la delegación que fueron anunciados este lunes no se van a
sentar todos en la mesa?
—No. Ellos estarán en un salón
anexo en calidad de asesores, pero además ellos son los oídos y las voces de
los diferentes sectores del país, de manera que uno pueda escucharlos e
informarles al instante sobre cómo va el proceso. Esta es una negociación muy
importante porque Venezuela está en la crisis más grave de los últimos 100 años
y porque aquí se podría definir el futuro de la economía, el tema social,
político.
¿Qué puntos plantea el
Gobierno? ¿Qué es lo que pide en esta negociación?
—Ellos concretamente de lo que
han hablado es del efecto de las sanciones internacionales y del reconocimiento
de la Constituyente. Ese es el planteamiento de ellos, no el de la oposición.
El planteamiento de la oposición se centra primero en resolver los graves
problemas que tenemos, porque vivimos un drama social que no espera. Esta
negociación debería llevar a un acuerdo que tiene muchos componentes.
¿Cuáles serían esos
componentes?
—Bueno, por ejemplo, no se
puede llegar a un posible acuerdo solo en lo social porque el hilo democrático
en Venezuela está pendiendo y necesitamos resolver eso. No se puede llevar una
negociación que se enfoque solo en los presos porque lo social es importante y
las elecciones son vitales para que Venezuela siga siendo una república. En
definitiva, lo que hay que buscar es un acuerdo para el país. Hay un conflicto
entre dos partes pero lo que está por detrás es cómo resolveremos la grave
crisis.
Como experto negociador ¿qué
fortalezas le ve a este proceso en comparación con otros intentos previos de
diálogo entre las partes?
—Primero, que hay una
preparación metodológica bastante elaborada. Segundo, que se han integrado al
proceso diversos sectores de la sociedad. Tercero, la participación de la
facilitación internacional porque este es un proceso donde hay tanta
desconfianza entre las partes que es necesario tener reglas claras y
facilitadores para que el proceso fluya. Todo esto va a permitir diseñar los
mejores acuerdos posibles, que el proceso sea eficiente, que no se pierda
tiempo, que si se llegan a acuerdos estos sean factibles, es decir, que se
puedan cumplir.
En caso de llegarse a acuerdos
¿qué características deberían tener para que se cumplan?
—Uno de los elementos de la
negociación es el compromiso. Un buen compromiso tiene tres características:
primero que sea factible. Segundo que sea suficiente, es decir, que este todo
previsto, que cuando alguien pregunte ¿cuándo son las elecciones y cómo es esto
y cómo es lo otro? todo esté contenido. Y en tercer lugar que sea operativo,
que cada quien sepa qué va a hacer, cuándo lo va a hacer y cómo lo va a hacer.
Si el compromiso final no está bien hecho, no se cumple la meta. La comunidad
internacional está para ser garante de ese proceso y del cumplimiento de los
compromisos de las partes.
¿Qué debe esperar la gente de
la reunión del 1° y 2 de diciembre?
—Es una negociación muy
compleja y delicada. Las expectativas hay que dosificarlas. Nosotros estamos
acostumbrados a esperar soluciones mágicas. Es un proceso largo que no se
termina el 2 de diciembre. Vamos a suponer que llegamos a ese acuerdo ideal
sobre el canal humanitario, unas fechas de elecciones, la libertad de los
presos, que el Gobierno y la oposición llegan a un acuerdo para un plan de
emergencia, que se reconoce a la Asamblea Nacional, etc. Ojo, estoy suponiendo,
ojalá eso pase, a eso vamos, a buscar el mejor resultado, pero ese compromiso
para que se ejecute toma pasos, tiempos y a veces no es fácil ejecutarlo. Y
tenemos que entender también que hay gente dentro del Gobierno que no quiere
ninguna negociación y que es posible que pongan obstáculos para que el Gobierno
no pueda cumplir con lo que se logró. Entonces es una negociación política que
busca resolver la crisis nacional pero es también un proceso político de
cambio. Si se logran los acuerdos, estaríamos ante una transición. Por lo menos
una transición de una crisis social y política hacia una vía de normalización
del libre juego democrático.
Una de las críticas a otros
procesos de negociación o intentos de diálogo tuvo que ver con la falta de
información hacia la ciudadanía ¿cómo se va a manejar la comunicación de la
información en esta ocasión?
—La comunicación adecuada de
los avances y resultados es una parte esencial de una negociación exitosa. Hay
una comisión de comunicación que se está ocupando de ese tema.
Otros datos sobre Gustavo
Velásquez
Ha sido consultor del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), de la División Económica de la ONU, de la
Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Corporación Andina de Fomento
(CAF). Forma parte del buró de exalumnos de la Escuela de Gobierno John F.
Kennedy de la Universidad de Harvard y ha sido presidente de la Asociación
Venezolana para la Resolución Alternativa de Conflicto. Actualmente, es
articulista del portal digital El Estímuloy cuenta con una larga
trayectoria como consultor en negociaciones para la resolución de conflictos
laborales, sociales y empresariales. En la última década del siglo pasado fue
consultor jurídico de la Presidencia de la República, viceministro de
Relaciones Interiores y diputado al extinto Congreso Nacional para el período
1994-1999.
La experiencia de 2004
En un análisis retrospectivo sobre la Mesa de Negociación y Acuerdos de 2004, (Politeia, junio de 2010), el politólogo y especialista en resolución de conflictos Miguel Martínez Meucci concluye que la facilitación, aunque alcanzó una cierta pacificación de la crisis política y de gobernabilidad de 2003 y 2004, no logró modificar el origen del conflicto, como lo era el enfrentamiento entre dos modelos casi incompatibles de gobierno. Señala que en aquel entonces se obtuvo el reconocimiento mutuo de los actores, bajó la conflictividad y se realizó el referendo revocatorio en el marco constitucional. Pero los poderes públicos se alinearon por completo a los intereses de uno de los polos enfrentados (el del presidente Chávez), no se concretó la Comisión de la Verdad sobre el golpe de abril de 2002 ni se hizo nada para el desarme de la población, que eran exigencias centrales de la oposición.
Foto: Maru Morales P.
28-11-17
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